Gema Fernández, portavoz de Seimc
Resistente a los
medicamentos antifúngicos, capaz de sobrevivir a altas temperaturas y en diferentes superficies y con potencial para causar consecuencias letales si llega a la sangre. Así es Candidozyma auris (Candida auris), un hongo que, recientemente, hacía saltar las alarmas de los organismos de control europeos al "propagarse rápidamente por los hospitales europeos". Aunque
España figura como el
país con mayor número de casos en el recuento acumulado desde 2013, la experiencia adquirida durante el brote sufrido en la Comunidad Valenciana, ha permitido mantener un
escenario de "epidemicidad controlada".
Con la convicción de quién sabe cómo es la amenaza a la que se enfrenta, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) hace un llamamiento a la calma ante los
1.807 casos registrados en España en 10 años y que supondrían el 45 por ciento del total notificado en Europa, según las cifras que maneja el Centro europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). "Cuando lees esos números, dices '¿qué nos está pasando?' Pero eso es un
acumulado", matiza Gema Fernández, como portavoz de la entidad.
Si bien el número de casos de
candida auris no es cero, "de momento nuestro país
no habría llegado a una situación de brote", aclara la especialista en Especialista en Microbiología y Parasitología. La respuesta estaría en las medidas que su hospital, el Germans Trias i Pujol, y otros muchos centros habrían puesto en marcha para hacer frente a este microorganismo desde que el Hospital La Fe de Valencia registrara en 2016 y 2017 uno de los
focos más preocupantes con más de 40 pacientes afectados.
Mecanismos de control de hongos en hospitales
En el momento en el que se detecta este patógeno en una muestra de piel o el tracto digestivo, se aisla al paciente colonizado "y se hacen
controles repetidamente para intentar evitar que se transmita" y comprobar que se ha conseguido "erradicar del ambiente". La vigilancia, similar a la implementada ante cualquier
hongo multtirresistente, se extiende también a todos aquellos posibles focos de contagio como pueden ser "los compañeros de habitación" o las
superficies del hospital como mesas y camas, en aras de detectar "algún ambiente epidemiológico o
reservorio que pueda ser la causa de que este microorganismo se haya instalado".
"En nuestro hospital tuvimos un caso que vino importado de Grecia, y no tuvimos ningún inconveniente, porque
extremamos las precauciones. En el momento que lo identificas, se puede perfectamente controlar", relata la profesional.
¿Puede ser mortal?
La capacidad de este patógeno para colonizar hace que estemos ante "un
microorganismo oportunista", es decir, "aprovecha un factor de riesgo", lo cual, explicaría por qué su propagación es más común en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) donde abundan los pacientes cuya inmunidad está alterada por el propio estado de gravedad que presentan.
Ahí es cuando el hongo "aprovecha para empezar a
colonizar la sonda urinaria o el catéter y a partir de ahí, llegar a la sangre", lo que conllevaría un alto riesgo de fallecimiento. De hecho, la capacidad de diseminar que tienen estos hongos hace que el
grado de mortalidad sea alto en personas con factores de riesgo.
Por suerte, este microorganismo
no se habría vuelto resistente a más tratamientos antifúngicos. Por tanto, aunque se muestra inmune a unn buen número de fármacos utilizados a menudo en la práctica clínica, "todavía hay opciones terapéuticas", para combatirlo.
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