El organismo reclama medidas a los gobiernos para proteger a la ciudadanía

Más de mil millones de personas en todo el mundo viven con trastornos de salud mental, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.


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Más de mil millones de personas en todo el mundo viven con trastornos de salud mental, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La organización ha emitido un llamamiento urgente a la comunidad internacional, advirtiendo de que los esfuerzos actuales para abordar esta crisis son insuficientes. En 2025, a más de la mitad del plazo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030, el mundo sigue lejos de cumplir la meta 3.4, que incluye la promoción de la salud mental y el bienestar como componente fundamental, junto con la reducción en un tercio de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles y el suicidio. Por el contrario, los datos disponibles indican que la situación se ha agravado.


Las cifras de salud mental en el mundo


El informe Salud Mental hoy revela que, en 2021, más de mil millones de personas en todo el mundo vivían con algún trastorno mental. Además, se muestra una prevalencia más alta en mujeres (14,8 por ciento) que en hombres (13 por ciento). Los trastornos de ansiedad y depresión fueron los más comunes a nivel global, con un 4,4 y 4 por ciento, respectivamente. El informe también destaca otras afecciones como el TDAH (1,1 por ciento), los trastornos del espectro autista (0,8 por ciento) y la esquizofrenia (0,3 por ciento). Sin embargo, la OMS ha puesto un énfasis especial en el suicidio, calificándolo como una "tragedia" que ocurre con "demasiada frecuencia", especialmente entre los jóvenes. Un total de 727.000 personas perdieron la vida por suicidio en 2021.

A pesar del inmenso sufrimiento humano y las enormes pérdidas económicas que causan los trastornos mentales, los sistemas de salud carecen de los recursos necesarios para enfrentarlos. Según recoge el Atlas de Salud Mental 2024, en promedio, los países solo destinan un 2 por ciento de sus presupuestos de salud a la salud mental. Además, hay grandes diferencias entre regiones: los países de ingresos altos cuentan con más de 60 profesionales de la salud mental por cada 100.000 habitantes, mientras que los países de bajos ingresos apenas tienen un profesional por cada 100.000 habitantes. En paralelo, a cobertura es especialmente preocupante en los países de bajos ingresos, donde menos del 10 por ciento de las personas con psicosis reciben atención, en contraste con más del 50 por ciento en los países de altos ingresos.

A pesar de los esfuerzos por modernizar los sistemas de salud, menos del 10 por ciento de los países han adoptado completamente modelos de atención mental basados en la comunidad, y la mayoría se encuentra aún en las primeras etapas de esta transición. Aunque la integración de la salud mental en la Atención Primaria avanza, con el 71 por ciento de los países cumpliendo al menos tres de los cinco criterios de la OMS, las carencias en los datos siguen siendo una barrera. 


Una acción global por la salud mental


A pesar de los esfuerzos, los datos más recientes indican que los países están muy lejos de cumplir con los objetivos del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental de la OMS. Ante esta situación, la organización hace un llamado urgente a gobiernos y socios globales para intensificar la transformación de los sistemas de salud mental a nivel mundial. Para ello, subraya cuatro puntos clave para lograr este cambio: una financiación equitativa para los servicios de salud mental; la reforma legal y política para proteger los derechos humanos de los pacientes; una inversión sostenida en el personal de salud mental; y, finalmente, la expansión de la atención comunitaria centrada en la persona.

Ya en mayo de este año, la OMS subrayó la importancia de adoptar sistemas de salud colaborativos, tras la publicación de su último Informe sobre determinantes sociales de la salud. En este contexto, destacó la iniciativa del Ministerio de Sanidad de España, que pone el foco en la historia vital de los pacientes como herramienta clave para avanzar hacia una atención más equitativa. Según la OMS, si bien las autoridades sanitarias pueden desempeñar un papel relevante en la convocatoria y liderazgo de enfoques intersectoriales, su impacto será limitado sin una estrategia integral que involucre a todo el gobierno y a la sociedad en su conjunto.
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