La atención sanitaria pueden cambiar su enfoque tradicional para tener más en cuenta las desigualdades sociales

El Informe de la OMS sobre determinantes sociales de la salud explica cómo atajar la desigualdades sanitarias y pone como ejemplo la 'lupa' del SNS
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud


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Las condiciones socioeconómicas de cada persona determinan el riesgo que tiene de sufrir enfermedad o muerte, así lo constata el Informe sobre determinantes sociales de la salud publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, el citado estudio remarca la necesidad de crear sociedades más saludables y equitativas, y para ello los sistemas sanitarios son claves. Entre las medidas a seguir, la organización ha destacado la iniciativa del Ministerio de Sanidad de poner el foco en la historia vital de los pacientes.

La pandemia del Covid-19 puso de relieve las relaciones entre la economía, los medios de vida, la salud y la vulnerabilidad social, y descubrió y exacerbó las desigualdades sanitarias. De esta forma, la pandemia amplificó e incluso empeoró las desigualdades de salud a través de algunas de las medidas de control. De esta forma, según dicta la organización, esta situación solo podrá atajarse a través de la cooperación de los gobiernos y otros sectores.


Qué pueden hacer los sistemas sanitarios para hacer frente a la desigualdad


Cuanto mayor es la desventaja social de las personas, peor es su salud. Por tanto, para lograr una mayor equidad en salud, la OMS insiste en abordar las necesidades específicas. De esta forma, las autoridades sanitarias pueden ayudar a convocar, liderar y fomentar enfoques intersectoriales, pero su impacto será limitado sin una estrategia integral que abarque a todo el gobierno y a toda la sociedad. De este modo, los gobiernos deben promover la formación de redes entre departamentos y servicios que trabajen en pro de la equidad y el bienestar. 

Asimismo, las organizaciones de atención sanitaria pueden cambiar su enfoque tradicional en las intervenciones médicas para integrar los determinantes sociales de la salud en su práctica. Y esto va más allá de intervenir para corregir la desigualdad en el acceso o el tratamiento, aunque eso también es esencial. En consecuencia, se pueden mejorar las condiciones de vida cotidianas dentro de las comunidades, influyendo en la salud de las personas.

España, un ejemplo para la OMS


De este modo, es necesario adoptar sistemas de salud colaborativos. Los profesionales sanitarios pueden incorporar los determinantes sociales de la equidad en salud en su práctica diaria, por ejemplo, elaborando una historia social detallada del paciente, además de su historia médica. En este punto, la OMS cita a España como ejemplo.

Recientemente, el Ministerio de Sanidad ha elaborado recomendaciones para que las comunidades autónomas recopilen datos sobre los determinantes sociales como parte del historial médico digital del paciente, incluidos los ingresos, el estatus migratorio, la participación social, el apoyo social y familiar y la privación de área. Ahora bien, destaca que este trabajo debe ser complementado con otras iniciativas gubernamentales de carácter político.
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