El diagnóstico precoz y el tratamiento conductual son los mejores instrumentos para controlar la piromanía

Más profesionales que pulseras: el cortafuegos psicólogo contra las llamas
El coordinador del Área de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del COP, Javier Torres.


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España ha vivido en las últimas semanas la peor ola de incendios de su historia. Las llamas han arrasado miles de hectáreas y en apenas 15 días del pasado mes de agosto se ha quemado más superficie que en los últimos cinco años. Una serie de fuegos que tienen su origen mayoritariamente en la mano del hombre, al ser provocados por interés o imprudencia. Eso sí, la patología también estar detrás de su inicio. Los pirómanos pueden ser autores de algunos de ellos, aunque se trata de una de las causas menos frecuentes -según la Estadística General de Incendios Forestales, no llegan al 5 por ciento-. Sin embargo, la propuesta del PP para luchar contra esta clase de catástrofes ecológicas incide en ellos. En concreto, propone crear un registro de pirómanos condenados, a los que obligar a utilizar pulseras telemáticas de localización. Una medida que no convence al ámbito de la Psicología, que cree en una respuesta institucional más centrada en el plano laboral.

"No creo que sea la mejor solución", ha indicado el coordinador del Área de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Consejo General de la Psicología de España (COP), Javier Torres, a Redacción Médica. Y es que dicha medida difícilmente serviría para controlar un trastorno mental basado en impulsos irresistibles y recurrentes, en este caso, de provocar incendios.

Asimismo, el hecho de portar una pulsera de geolocalización "puede chocar con la confidencialidad del paciente", según Torres. Hay que destacar que este derecho queda recogido en la Ley de Autonomía del Paciente o la Ley de Protección de Datos. Eso sí, existen excepciones en los que informar sobre el estado de salud es obligatorio, especialmente si la persona afectada por una patología puede suponer un riesgo para ella misma o los demás.


"El listado propuesto por el PP no creo que sea la mejor solución"



Eso sí, esta afirmación debe provenir de un profesional sanitario tras pasar el paciente por consulta. Motivo por el que desde el COP resaltan la importancia de la asistencia psicológica a la hora de evaluar cada caso.


Actuación del psicólogo


La piromanía no tiene cura directa. Sin embargo, los síntomas se pueden tratar y controlar eficazmente con un enfoque multidisciplinar, en el que el titulado en Psicología tiene un papel importante. Y es que su intervención en consulta puede ayudar a reducir la incidencia de los impulsos incendiarios y dar herramientas al paciente para dominarlos.

Para ello, Torres ha remarcado el empleo de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), a través de la cual se pueden modificar pensamientos disfuncionales y conductas impulsivas. Un instrumento que se debe complementar con estrategias de manejo de la ansiedad y el estrés y el fomento del apoyo familiar. El uso de medicación tan solo se considera necesario en cuadros extremos.


"Es muy importante hacer un diagnóstico diferencial para iniciar un proceso terapéutico"



Otra labor del psicólogo es distinguir entre aquel que siente deseo de quemar y quien prende la vegetación por alguna razón que nada tiene que ver con su estado mental. “No todo incendiario es un pirómano. El pirómano actúa movido por una compulsión interna, mientras que el incendiario suele tener un motivo externo y consciente -interés económico, venganza, sabotaje, negligencia…- Por tanto, es muy importante hacer un diagnóstico diferencial para iniciar un proceso terapéutico”, ha explicado Torres.

Una serie de labores que deben ser afrontadas por el especialista en Psicología Clínica. El representante de la entidad colegial ha agregado la importancia de contar con una especialización en trastornos del control de impulsos y la conducta.


Elevar el número de psicólogos en el SNS


El control del fuego no depende del ámbito de la Psicología, dado el mínimo número de pirómanos. Sin embargo, un mayor número de estos sanitarios en el Sistema Nacional de Salud (SNS) podría evitar alguno de los incendios que son provocados por afectados por el mencionado trastorno mental. "Es una demanda histórica del estamento colegial", ha remarcado el vocal del COP.

Bajo su punto de vista, el refuerzo de las plantillas permitiría "reducir las largas listas de espera" y fomentaría "la detención más temprana de problemas psicológicos", lo que evitaría su agravamiento por la demora en recibir ayuda. “Un mayor número de profesionales facilitaría que las personas acudiesen a buscar apoyo profesional cuando empiezan a manifestarse las primeras señales de malestar”, ha afirmado Torres. Al final, la prevención, sea en el plano sanitario o en el medioambiental, es el mejor cortafuegos contra la devastación provocada por las llamas.
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