Si un profesional da una advertencia sin evidencia científica, "estaría atentando contra el código ético profesional"

Psicología y 'síndrome' postaborto: "Lleva a tomar otra decisión por miedo"
Lidia Budziszewska Popiela, doctora en Psicología y psicóloga perinatal en Open Psychology y Silvia González del Valle, psicóloga en Del Valle Bienestar Emocional y profesora en la Univers


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La reciente propuesta del Ayuntamiento de Madrid de advertir a las mujeres sobre el síndrome postaborto si deciden interrumpir su embarazo ha generado preocupación entre los psicólogos, quienes aseguran a Redacción Médica que este concepto carecen de respaldo científico y puede tener consecuencias negativas para la salud mental de las mujeres, que experimentan miedo y culpa. Además, advierten de que informar a las mujeres sobre esta idea sería atentar contra el código ético profesional.

"Es una manera de asustar y de intentar, de alguna manera, llevarles a tomar otra decisión en base a ese miedo", asegura la psicóloga Lidia Budziszewska. Aunque los efectos van más allá. "Estás poniendo a las mujeres en alerta, lo que genera estrés, ansiedad e incluso más estigmatización en un momento en el que esa mujer está mucho más vulnerable", explica la también psicóloga Silvia González del Valle, que matiza que el síndrome postaborto no tiene "un correlato médico ni está reconocido por ningún organismo como la Organización de Naciones Unidas (ONU) o la Asociación Americana de Psicología (APA)".

Impacto en pacientes sin recursos


Budziszewska subraya que la evidencia científica sobre los efectos del aborto en la salud mental es clara y consistente: "Estamos hablando de 50 años de investigación que avalan lo contrario. Justo restringir el acceso al aborto es lo que causa, puede causar o puede estar asociado a peor salud mental en mujeres". "Entendemos que es una decisión seria y debe estar bien analizada, pero eso no significa que van a sufrir a nivel de salud mental", aclara. De hecho, también advierte que las mujeres de otros países que no tienen acceso al aborto, "son las que están en mayor riesgo" y, sobre todo, este tipo de afirmaciones puede tener más impacto en la población que tiene menor formación, donde es bastante más fácil inculcar el miedo". Sin embargo, señala que si las mujeres tienen "toda la información, tanto sobre el procedimiento desde la parte médica como desde su propia situación de salud, edad, o circunstancia" pueden tomar una decisión "con tranquilidad". "Por algo hay protocolos que aseguran que no sea tomada bajo impulso", añade. 

En caso de que un profesional sanitario utilizara el síndrome postaborto en consulta, estaría "atentando contra el código ético profeisonal y sería un ejercicio de mala praxis", denuncia González del Valle, que insiste en que el código dentológico del psicólogo les exige "solidez en la fundamentación objetiva y científica en nuestras intervenciones", Además, si esta propuesta del Ayuntamiento de Madrid trascendiera al resto de España, observa que podrían surgir disconformidad entre las diferentes comunidades autónomas, lo que podría "dificultar el acceso a los servicios" y a la vez "generar conflictos entre mujeres".

En definitiva, Budziszewska opina que se trata de "un movimiento contra el aborto cuando la evidencia científica respalda la seguridad del aborto cuando se realiza en condiciones legales y sanitarias adecuadas" y denuncia "estas estrategias basadas en el miedo y en información no científica pueden ser muy peligrosas para las mujeres". Por su parte, González del Valle asegura que este tipo de debates surgen de "creencias y movimientos sociales relacionados al feminismo y a la vivencia de la maternidad", por lo que existe "mucha lucha política e ideológica". "Cualquier mujer que lo necesite, ya sea por una situación de duelo, de ansiedad o de estrés, lo que debería recibir es un acompañamiento psicológico empático, sin juicios, sin infantilización, con comprensión y que se reconozca su vivencia", concluye.


Discrepancia en el abordaje de los abortos


Por otro lado, González del valle destaca que existe una "discrepancia" a la hora de tratar una interrupción voluntaria del embarazo y un aborto espontáneo, un tema "que todavía es tabú", aunque "la estadística dice que uno de cada tres embarazos no llega a término". "En muchas ocasiones se llega a negar la necesidad de superar ese aborto como la tragedia que es y se minimizan mucho los sentimientos de dolor que tienen estas mujeres", explica. La psicóloga entonces afirma que "hay esa diferencia" cuando en la interrupción voluntaria del embarazo "la gran mayoría las mujeres que lo deciden y que han llegado hasta esa situación lo han meditado previamente, lo tienen claro de antemano y les supone un alivio". 
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