Los médicos piden un Estauto propio que les "dignifique".
El colectivo de médicos españoles ha exhibido músculo y grandes dosis de unidad en una jornada de
huelga que los sindicatos convocantes,
CESM y SMA, han catalogado de “histórica” no solo por su amplio seguimiento, que en algunos puntos han cifrado por encima del 90 por ciento, sino por la rotundidad y el alcance de su mensaje: “Necesitamos un
Estatuto propio que nos dignifique”, han clamado decenas de miles de facultativos que han tomado parte en las manifestaciones y protestas sucedidas en el grueso del país. Las voces consultadas por
Redacción Médica ponen en valor la gran aportación de los MIR, la nulidad de altercados y el ambiente reivindicativo de unos paros que, eso sí, han tenido menor apoyo en autonomías concretas, como Cataluña y País Vasco, y han constatado la existencia de una grieta en el corazón del sindicalismo médico.
De sobra conocidas son las demandas que buena parte de los profesionales de Medicina exigen al Ministerio de Sanidad, cuya
propuesta de Estatuto Marco del personal de salud (el código que sienta las bases de las condiciones laborales de los facultativos) rechazan por “mantener la estructura del
régimen de jornada actual, con turnos que en el peor de los casos pueden alargarse hasta 24 horas; equiparar a los médicos con otros gremios sanitarios con menor requerimientos formativos y de responsabilidad en el sistema de clasificación profesional; mantener la exclusividad de la
dedicación en el ejercicio público a jefes de servicio y otros altos cargos y eludir la jubilación anticipada y el cómputo de las horas de guardia (que se pagan menos que una ordinaria) a efectos del
cálculo de la pensión tras el retiro.
Incapaces de encontrar una solución pactada con Sanidad, CESM y SMA pidieron la implicación de los médicos de toda España, que este viernes han respondido a la
llamada de huelga: según fuentes sindicales, en algunas comunidades autónomas se ha logrado “la paralización total de la actividad quirúrgica” salvo en procesos urgentes e impostergables. El seguimiento, apuntan, “ha sido masivo” especialmente en hospitales, aunque también celebran los efectos de los paros en la Atención Primaria. “La gente ha despertado y está muy concienciada, ha entendido que tenemos una
oportunidad histórica para cambiar nuestras condiciones laborales”, explica
Diego Torrús, médico de Interna y Enfermedades Infecciosas en el Hospital Doctor Balmis de Alicante.
"No hacemos huelga por el dinero, lo que queremos son condiciones dignas"
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Los médicos valencianos, por cierto, cifran en
más de un 90 por ciento el seguimiento de la huelga descontando los altos servicios mínimos en este territorio (las consejerías rebajan a la mitad este índice). Unos índices similares se han registrado, según los organizadores, en puntos como la Región de Murcia o Andalucía. Desde Granada, Ana Leyva, facultativa de Urgencias y Atención Primaria, enfatiza el “amplísimo apoyo” y el ambiente reivindicativo que se respira en el territorio. “A la protesta ha venido mucha gente de todas las especialidades, también residentes y hasta
médicos que están a punto de jubilarse y que no quieren que se sigan manteniendo estas condiciones de trabajo”, asevera. Esta sanitaria hace hincapié en que el colectivo se encuentra “sobrepasado” y que está dispuesto a continuar por esta senda de confrontación con las administraciones: “
No sé si un solo día (de huelga) va a ser suficiente para que nos escuchen, pero el ruido que hemos hecho hoy no se escuchaba desde hacía 30 años”, ha incidido.
No es Leyva la única que hace hincapié en la significativa y reveladora participación de los médicos residentes. Una de las que ha parado este viernes en
protesta contra el Estatuto Marco ha sido
Mar, residente de primer año de Microbiología, que, en declaraciones a este periódico, exterioriza ese sentimiento de rechazo de los más jóvenes al actual modelo laboral de los facultativos. “Nos espera un futuro con el que no estamos de acuerdo”, resume.
Protesta contra el Estatuto Marco en Asturias.
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Mar comenzó su residencia el viernes pasado. Apenas una semana después, ya está en huelga: “Las condiciones laborales no son dignas, y lo que nos espera en el futuro no es justo ni sostenible.
Esta generación viene más preparada para reivindicar ciertos derechos, y no vamos a mirar hacia otro lado”, sostiene. La joven asume que, como R1, tal vez no es capaz todavía de “marcar una gran diferencia en el servicio”. “Pero eso no quita que tengamos voz. Faltamos para apoyar la manifestación”. También denuncia que muchos compañeros de Madrid se han visto coaccionados para no secundar la huelga a pesar de que no estaban cubriendo servicios mínimos: “No pueden empezar con mal pie, y eso se aprovecha. Pero un residente no puede ser considerado servicio mínimo”. Finalmente, subraya el impacto de la movilización: “
En algunos servicios sí se notó la falta de profesionales, pero el mensaje que se envía es mucho más fuerte: no aceptamos las condiciones actuales”.
"La gente ha entendido que estamos ante una oportunidad histórica para cambiar nuestras condiciones laborales"
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Otros residentes, no obstante, han tomado la decisión de acudir a su puesto. Es el caso, por ejemplo, de
Fran, MIR de primer año de Hematología, que ha tomado la decisión de secundar la huelga pese a entender y “compartir muchas de las motivaciones” que la han impulsado. “Valoro profundamente la importancia de la protesta colectiva como herramienta de cambio -sostiene-. Sin embargo, empecé mi residencia hace apenas una semana y
siento que cada día en esta etapa formativa es crucial. He elegido quedarme en el hospital y continuar con mi rotación en Hematología porque quiero aprovechar al máximo esta oportunidad de aprendizaje y no perder ni un solo día”.
"Respeto profundamente a quienes han decidido manifestarse hoy, y espero que sus voces sean escuchadas. Mi compromiso con mi formación y con los pacientes también es una forma de aportar a la sanidad que queremos construir, añade.
"Respeto a quienes hacen huelga, pero siento cada día en esta etapa formativa es crucial"
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La huelga médica, de las grandes ciudades a los pueblos
En el Hospital Son Espases, en Baleares, imperaba un escenario insólito desde los tiempos del covid, señala
Ignacio García. “En el aparcamiento
se podía aparcar sin problema, normalmente se tardan 20 minutos”; bromea este anestesista, quien incide en que el seguimiento en este centro ha sido “masivo”, así como la posterior manifestación frente a la Delegación del Gobierno. “
Nos ha sorprendido la cantidad de gente joven que había, son conscientes de que el Estatuto Marco les va a afectar a ellos y creo que lo han entendido perfectamente”, afirma.
Según García, existe la impresión de que los facultativos no darán su brazo a torcer, independientemente de que el Ministerio cambie o no de parecer, hasta lograr ese Estatuto propio. “La gente va a estar ahí las veces que haga falta, tengo esa corazonada -asevera-. Queremos el Estatuto, y nos da igual si influye o no esta jornada”.
Por supuesto, la huelga no solo ha afectado a las grandes ciudades sino también a los centros de salud del ámbito rural.
Ángel López, facultativo en Cañada Rosal (Sevilla), apuntaba a
Redacción Médica que ni él ni los MIR de los que es tutor han acudido a su puesto de trabajo. “Afrontamos esta circunstancia con fuerza, está habiendo mucho apoyo y eso nos da ánimos para seguir defendiendo nuestros derechos”, indica. Según el propio López, la administración autonómica “
ha puesto un médico en cada pueblo” para situaciones de gravedad. El resto de los pacientes se han encontrado con la puerta cerrada.
Respecto del apoyo de la ciudadanía a la causa, este médico sevillano destaca que a grandes rasgos
“la gente comprende la postura de los médicos”, lo cual no ha evitado “algún enfado”. “En la medida de lo posible hemos hecho una labor de divulgación entre la población para que entendieran cuáles son nuestras reivindicaciones, que no hacemos huelga por algo económico sino que lo que queremos son condiciones dignas”, añade al respecto Diego Torrús.
Consultas vacías en Mérida.
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Médicos y administraciones se han cuidado en todo momento de preservar la atención no postergable. En esta primera línea ‘de batalla’ se encontraba Jesús Martín, facultativo de Urgencias en Salamanca, a quien le ha tocado hacer servicios mínimos. “Muchos compañeros han tenido la libertad para parar, pero algunos debíamos estar porque nos debemos al paciente y esta prestación no puede detenerse”, señala. Al no poder hacer huelga, Martín ha recurrido, como otros médicos, a
pegatinas y etiquetas para hacer ‘pedagogía’ y exteriorizar su rechazo al Estatuto Marco.
El urgenciólogo denuncia que se está poniendo el foco mediático sobre las demandas económicas del colectivo cuando sus reivindicaciones, incide, tienen que ver mayoritariamente con la penosidad de sus condiciones laborales. Alude, por ejemplo, a la movilidad forzosa por necesidades asistenciales o al mantenimiento de la obligatoriedad de una alta cantidad de guardias que pueden estirar la
jornada semanal más de 50 horas (cuando, subraya, se está debatiendo instaurar las 37,5 e incluso las 35 horas en España). Destaca, además, que las guardias no cotizan, y que se pagan por debajo de la hora ordinaria. “Lo que se consigue es que los médicos no estén en buenas condiciones para dar a los pacientes la atención que merecen -añade-. Sorprende que una ministra que es médica haya surgido una huelga nacional del colectivo”.
División de los sindicatos ante la convocatoria de huelga
En contraste con comunidades como Andalucía, Murcia o Valencia, ha habido otras en las que el seguimiento de la huelga ha sido menor o casi anecdótico. Cataluña, donde
Metges ya había anunciado previamente que no secundaría los paros,
“la situación no ha sido muy candente”, reconocían fuentes del ámbito médico. Lo mismo ha sucedido en puntos como País Vasco. En Galicia, por otro lado, Simega (Sindicato Médico de Galicia) ha informado a primera hora de la jornada de que no apoyaría los paros mientras Apemyf, plataforma de la que forma parte junto a otras 15 centrales, “siga dialogando con el Ministerio de Sanidad”.
“Tras la reunión celebrada esta misma semana entre Apemyf y CESM, convocante del paro, en la que la agrupación solicitó su integración en el comité negociador de la huelga, y trasladó sus propuestas para lograr
una unidad médica sólida y duradera en beneficio del conjunto de la Profesión, la Confederación aún no ha respondido”, han detallado.
Tampoco
Amyts, el sindicato madrileño, se ha sumado de forma activa a la huelga, aunque ha apoyado a los facultativos que sí lo han hecho con una protesta que ha partido del Congreso de los Diputados.
Un instante de la marcha que se ha celebrado en Valencia contra el Estatuto Marco.
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