¿Qué es la incidencia acumulada?


La incidencia acumulada es un término epidemiológico que refleja la expansión de una enfermedad en una población y en un tiempo determinado. Hay varios tipos en función del periodo seleccionado y desde el inicio de la pandemia del Covid-19 ha sido uno de los marcadores que determinaba las decisiones políticas.


¿Cómo se calcula?


Según el Instituto de Salud Carlos III, la incidencia acumulada se calcula dividiendo el número de casos aparecidos en un periodo entre el número de personas que están libres de la enfermedad al inicio del periodo. 

De manera que a través de una muestra estratificada se puede conocer la situación epidemiológica de una región o un país independientemente de cual sea su población total, equiparando así las diferencias entre territorios. En el caso del seguimiento diario del Covid-19 el criterio se ha fijado en una muestra de 100.000 habitantes.

¿Cuál es el periodo de tiempo adecuado?


Los expertos señalan que el periodo que mejor refleja la situación epidemiológica de un territorio es la incidencia acumulada de 14 días debido a los retrasos en las notificaciones de los nuevos contagios y los tiempos que tarda un virus en manifestarse en las personas. Mientras que la incidencia acumulada a 7 días adelanta la tendencia que esta tomando el virus al dar una foto más reciente de los contagios.

La mayoría de las comunidades autónomas solo comunica el dato de la incidencia acumulada a 14 días. Sin embargo, desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) reclaman que se deben estudiar ambas incidencias para estudiar mejor la tendencia en el tiempo.

¿Cuáles son los niveles adecuados?


El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han establecido cuatro niveles de alerta con umbrales numéricos concretos fijados a partir indicadores clave para el control de la pandemia de Covid-19 en España y uno de ellos es la incidencia acumulada.

En este sentido, se considera nueva normalidad si la incidencia acumulada a 14 días se sitúa por debajo de los 20; de bajo riesgo si están entre 20 y 50; de riesgo medio si se sitúa entre 50 y 150; riesgo alto entre 150 y 250; y riesgo extremo si sobrepasa los 250.

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