Diccionario de enfermedades

Otosclerosis (Otoesclerosis)

Gráfica de los huesecillos del oido: yunke, martillo y estribo
La otosclerosis es una anomalía de la remodelación ósea que produce un incremento de formación de hueso esclerótico (endurecido de forma anormal) e hipervascularizado (con mucho riego). Esta anomalía afecta, fundamentalmente, al estribo, un pequeño hueso que se encuentra en el interior del oído medio.

Se estima que el diez por ciento de la población de adultos caucásicos está afectado de otosclerosis. La enfermedad es menos común en asiáticos y rara en afroamericanos. Es más frecuente en mujeres blancas de mediana edad.

La otosclerosis es rara en niños y pocas veces se diagnostica en la primera década de la vida.

¿Cuál es su causa?


En el oído normal, el sonido viaja a través del oído externo hasta llegar al tímpano. Al incidir sobre este, produce vibraciones que se transmiten por la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) que amplifican las vibraciones del sonido. El movimiento del estribo actúa sobre los líquidos del oído interno que, a su vez, estimulan al nervio auditivo que transmite la energía auditiva hasta el cerebro, en donde se transforma en percepción sonora.

En la otosclerosis, conforme aumenta el crecimiento anómalo de los huesecillos del oído medio, el estribo va perdiendo movilidad hasta quedarse fijo y no puede transmitir las vibraciones auditivas hacia el oído interno. Así, la conducción del sonido va disminuyendo hasta alcanzar una pérdida máxima de audición de 60 dB.

Si bien no se conoce la causa última de la otosclerosis, hay quien cree que se podría deber a infecciones previas como el sarampión. Otras teorías apuntan hacia un desequilibrio inmunitario. Se cree que hasta un 60 % de los casos de otosclerosis son hereditarios.

¿Qué síntomas produce?


El síntoma característico de la otosclerosis es una pérdida de audición lenta y progresiva, que puede comenzar en cualquier momento entre los 15 y los 45 años. Con frecuencia empieza en la década de los veinte. Generalmente, la pérdida de audición comienza en un oído y un tiempo después se pasa al otro. Asimismo, pueden producirse acúfenos (percepción de sonidos que no existen como zumbidos, pitidos, etc.) en algún momento de la evolución de la enfermedad. Algunos pacientes pueden sufrir mareos, más o menos graves, con sensación de rotación (vértigo), náuseas y vómitos.


¿Cómo se diagnostica?


El primer paso en el diagnóstico de la otosclerosis consiste en descartar otras causas posibles de pérdida auditiva.
Posteriormente se deben realizar pruebas de audición que miden la sensibilidad auditiva (audiograma) y la conducción del sonido en el oído medio (timpanograma). A veces, también se utilizan pruebas de imagen como el TAC.


¿Cuál es su tratamiento?


No existe tratamiento farmacológico para la otosclerosis.

El tratamiento de la otosclerosis es quirúrgico. Existen dos procedimientos:
  • Extirpación de la parte del estribo que ha crecido de forma anómala, insertando un implante diminuto (estapedotomía).
  • Extracción completa del estribo reemplazándolo por una pequeña prótesis (estapedectomía). La prótesis puede estar hecha de platino y teflón o titanio.
Ambos tipos de intervención quirúrgica se realizan de forma ambulatoria, bajo anestesia local o general. La cirugía facilita que los huesecillos recuperen el movimiento que estimula el líquido en el oído medio, restaurando buena parte de la audición.

Cuando los pacientes no desean someterse a una intervención quirúrgica o en los estadios iniciales de la enfermedad, los audífonos resultan de gran ayuda. Los audífonos son útiles para las personas que padecen una pérdida de audición conductiva, como es el caso de la otosclerosis. Conforme avanza la enfermedad, es preciso utilizar audífonos más potentes ya que se trata de una sordera progresiva.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.