Los
glóbulos blancos o leucocitos están encargados de
defender al organismo frente a diferentes
infecciones. Existen diversos tipos de glóbulos blancos: neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos. Los neutrófilos son, con diferencia, los más abundantes.
Una
leucopenia es un
descenso del número de leucocitos (glóbulos blancos) en la sangre. Casi siempre es debida a un descenso en el número de neutrófilos, lo que se denomina
neutropenia. Se considera neutropenia a un número de neutrófilos inferior a 1500 por mililitro de sangre. Algunas personas de raza negra, afrocaribeña o procedentes de oriente medio tienen un número más bajo de neutrófilos en sangre de lo normal. En estas razas se considera neutropenia un número de neutrófilos menor de 1000 por mL. Un valor menor de 500 neutrófilos/mL se denomina neutropenia grave y aumenta mucho el riesgo de infecciones, las cuales pueden comprometer la vida.
¿Cuáles son las causas de la leucopenia?
Las causas de una neutropenia pueden ser:
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Un defecto en la producción de neutrófilos desde la médula ósea debido a:
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Medicamentos. La utilización de medicinas para tratar el cáncer (quimioterapia) es la causa más frecuente de neutropenia. Algunos antibióticos, antiepilépticos, antipsicóticos, anti-inflamatorios, fármacos cardiovasculares y otras medicinas, pueden bajar también los neutrófilos.
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Enfermedades hereditarias, como la neutropenia crónica idiopática (de causa desconocida), la neutropenia cíclica, etc.
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La invasión de la médula ósea por cánceres (linfomas y otros).
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Síndromes mielodisplásicos.
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La falta de vitamina B12 o de ácido fólico.
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Las infecciones que afectan a la médula ósea, como la tuberculosis, leishmaniasis, brucelosis, paludismo, fiebre tifoidea, hepatitis, SIDA, etc. La primera causa de neutropenia en niños es una infección grave de la sangre.
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Radiaciones.
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Un aumento de su destrucción en la sangre.
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Presencia de anticuerpos que destruyen a los propios neutrófilos (anticuerpos anti-neutrófilo).
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Enfermedades autoinmunes (enfermedad de Felty, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide).
Síntomas de la leucopenia
Los pacientes con neutropenia grave pueden tener:
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Un mayor riesgo de infecciones graves, fundamentalmente en el aparato respiratorio y en el digestivo. Las infecciones suelen ser recurrentes (reincidentes) y producidas por bacterias u hongos. Este riesgo depende de varios aspectos, como la causa de la neutropenia, su intensidad, si se ha desarrollado lentamente o de forma brusca, si el paciente tiene además defensas bajas por cualquier otro motivo, etc.
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Aftas (llagas) en la boca o en la zona genital.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de neutropenia se realiza tras hacer un
análisis de sangre y su posterior confirmación. Para el diagnóstico de la causa puede ser necesario investigar los antecedentes de la familia, una historia detenida de las medicinas que se han tomado durante las últimas semanas y nuevos análisis de sangre que incluyan análisis de infecciones por virus, vitaminas, anticuerpos antinucleares, etc. En algunos casos puede ser necesario realizar un
aspirado de médula ósea o una biopsia de la médula ósea.
¿Es hereditaria?
Algunas formas de neutropenia son hereditarias.
¿Se puede contagiar?
La neutropenia
no es una enfermedad
contagiosa.
¿Puede prevenirse la leucopenia?
Cualquier persona que haya presentado un episodio de neutropenia en relación con el consumo de una determinada medicina debe evitar la exposición de por vida a esa medicina.
Pronóstico:
El pronóstico de las neutropenias
es variable en función de la causa.
Tratamiento de las leucopenias
El tratamiento de las neutropenias
depende de la causa:
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En neutropenias asociadas a la toma de medicinas, la suspensión de estas suele bastar para permitir una recuperación completa.
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En neutropenias asociadas a enfermedades autoinmunes puede necesitarse la administración de corticoides a dosis altas.
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En algunos casos de neutropenia grave puede ser necesario inyectar medicinas que aumenten rápidamente el número de glóbulos blancos, como el factor estimulante de colonias de granulocitos recombinante (G-CSF en inglés) o proceder a una transfusión de glóbulos blancos.
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En otros casos no existe un tratamiento óptimo y se debe evitar la aparición de infecciones mientras dure la neutropenia siendo para ello necesario aislar al paciente, visitarle con mascarillas y guantes y, si fuera necesario, administrar antibióticos.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.