Diccionario de enfermedades

Ictericia neonatal

Causas, tipos, síntomas y tratamiento de la ictericia neonatal
La ictericia es un trastorno frecuente en los recién nacidos. Es el color amarillento que adquieren la piel y la zona blanca de los ojos como consecuencia de un exceso de bilirrubina en la sangre. La bilirrubina es el producto resultante de la destrucción de los glóbulos rojos. Normalmente la bilirrubina se procesa en el hígado y se excreta en forma de bilis a través del intestino junto con las heces.

La ictericia neonatal aparece cuando la bilirrubina se acumula en la sangre porque el hígado de los recién nacidos no es capaz de descomponerla y eliminarla con la suficiente rapidez.

¿Por qué se produce la ictericia neonatal?


Las causas de la ictericia, y por tanto de un exceso de bilirrubina en la sangre de los recién nacidos, son:
  • La mayor fabricación de bilirrubina por parte de los recién nacidos debido a que éstos renuevan más a menudo los glóbulos rojos que los adultos.
  • La inmadurez del hígado de los recién nacidos  que les impide eliminar adecuadamente la bilirrubina de la sangre.
  • La absorción de bilirrubina por el intestino del recién nacido antes de ser eliminada por las heces.
  • Más raramente, la ictericia puede indicar la presencia de otra enfermedad, como una infección o un problema en el tiroides del niño.
Los pediatras examinan a los recién nacidos en los primeros días de vida para determinar si tienen ictericia, dado que en algunos niños la elevación importante de la bilirrubina en sangre (generalmente superior a 25 mg) les puede producir sordera u otras lesiones cerebrales.

Tipos de ictericia


Los tipos más frecuentes de ictericia neonatal son:
  • Ictericia fisiológica (normal). Está presente en la mayoría de los recién nacidos. Se debe a la inmadurez del hígado de los lactantes que procesa la bilirrubina lentamente. Generalmente aparece entre el segundo y el cuarto día de vida y desaparece en la primera semana.
  • Ictericia del niño prematuro. Los niños prematuros tienen el hígado más inmaduro y tardan más en excretar la bilirrubina.
  • Ictericia asociada a la lactancia materna. La ictericia se puede presentar cuando un niño amamantado no ingiere suficiente leche, ya sea debido a dificultades con la lactancia o a que a la madre todavía no le ha subido la leche. No está provocada por un problema de intolerancia a la leche materna sino que se debe a que el bebé no se está alimentando lo suficiente.
  • Ictericia asociada a la leche materna. Entre el 1% y el 2% de los bebés amamantados presentan un tipo de ictericia provocada por unas sustancias presentes en la leche materna que pueden hacer que aumente la concentración de bilirrubina en la sangre. Este tipo de ictericia aparece entre los tres y los cinco primeros días de vida y suele mejorar entre la tercera y la duodécima semanas.
  • Incompatibilidad de grupo sanguíneo o de Rh. Si un recién nacido tiene un grupo sanguíneo distinto al de su madre, es posible que ésta produzca anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos del niño, lo que provocará una acumulación de bilirrubina en la sangre. La ictericia provocada por la incompatibilidad de Rh o grupo sanguíneo se observa en el primer día de vida. En el pasado, los problemas de Rh eran la causa más grave de ictericia. Actualmente puede prevenirse inyectando inmunoglobulina Rh a la madre al final del embarazo, antes del parto, lo que impide que fabrique anticuerpos.
  • Otras causas de ictericia:
  • Alteraciones congénitas de las células sanguíneas del niño.
  • Sangrado por debajo del cuero cabelludo (cefalohematoma) causado por un parto difícil o por la utilización de forceps. El hematoma es una acumulación de glóbulos rojos muertos que producen mucha bilirrubina.
  • Niveles más altos de glóbulos rojos de los habituales, lo cual es más común en niños que nacen con bajo peso y en algunos gemelos.
  • Algunos medicamentos.
  • Infecciones congénitas, como rubéola, sífilis y otras.
  • Enfermedades que afectan el hígado o a las vías biliares, como la fibrosis quística o la hepatitis.
  • Bajo nivel de oxígeno (hipoxia) en sangre.
  • Infecciones, como sepsis.
  • Algunos trastornos hereditarios o genéticos.


¿Cuáles son los síntomas de la ictericia neonatal?


Los médicos, el personal de enfermería y los miembros de la familia deben vigilar la posibilidad de que un niño tenga un color amarillento, tanto en el hospital como en casa.

La ictericia suele aparecer alrededor del segundo o tercer día de vida. La piel de un niño con ictericia se ve amarillenta, apareciendo esta coloración primero en la cara, luego en el pecho y el abdomen y, por último, en las piernas. También puede aparecer una tonalidad amarillenta en los ojos.

Al alta del hospital, los padres deberán fijarse en la coloración de la piel de sus recién nacidos para detectar posibles signos de ictericia.

Si el recién nacido tiene la piel o la esclerótica (la parte blanca de los ojos) de color amarillento, se debe contactar con el pediatra para evaluar si presenta una ictericia clínicamente importante.

¿Cómo se diagnostica la ictericia neonatal?


El pediatra realizará un análisis de sangre para determinar la concentración de bilirrubina. Algunos pediatras utilizan un medidor de luz para obtener una medida aproximada de la concentración de bilirrubina en sangre y, solo si obtiene una concentración elevada, solicitan un análisis de sangre. La gravedad de la ictericia dependerá de la edad del bebé y de la presencia de otros trastornos. Posteriormente pueden hacerse otros estudios para identificar las causas de la ictericia.

¿Cuál es el tratamiento de la ictericia neonatal?


Por lo general la ictericia no requiere tratamiento.

Si la ictericia es leve o moderada, el niño empezará a regular por sí solo el exceso de bilirrubina en sangre sin necesidad de tratamiento.

Generalmente los pediatras utilizan unas gráficas que tienen en consideración las horas o los días de vida del recién nacido y la cantidad de bilirrubina en sangre, para determinar si se debe o no iniciar un tratamiento. Las concentraciones de bilirrubina son diferentes según la edad gestacional y la edad en días del recién nacido.

El tratamiento para la ictericia depende de muchos factores, entre los que se incluyen la causa y la gravedad de dicho trastorno:
  • Es posible que el pediatra recomiende amamantar con más frecuencia al niño. No hay ninguna razón para dejar la lactancia materna. Las alimentaciones frecuentes (hasta 12 veces al día) estimulan las deposiciones frecuentes, lo cual ayuda a eliminar la bilirrubina a través de las heces.
  • Cuando la ictericia es importante o no remite, es posible que el pediatra recomiende la fototerapia, un tratamiento con una lámpara especial que ayuda al organismo a eliminar el exceso de bilirrubina, favoreciendo su eliminación a través del hígado. Si la concentración de bilirrubina en la sangre del bebé es muy elevada, es posible que tengan que ingresarlo en el hospital para someterlo a tratamiento. Los niños con ictericia grave pueden necesitar fototerapia doble o triple y en algunas ocasiones, transfusiones de sangre.
  • En algunas ocasiones es necesario hacer un recambio de la sangre con una técnica especial (conocida como exanguinotransfusión) para proporcionar al niño sangre limpia y, así, eliminar el exceso de bilirrubina.
  • De todos modos, una vez que descienda la concentración de bilirrubina y concluya el tratamiento, es poco probable que le vuelva a subir y sea necesario volverlo a tratar.

¿Cuándo acudir al pediatra por una ictericia neonatal?


Se debe acudir al pediatra en las siguientes circunstancias:
  • Se detectan signos de ictericia durante las primeras 24 horas de vida del bebé.
  • La ictericia se está extendiendo o intensificando.
  • El niño tiene color amarillento y una temperatura rectal de más de 37,8º C.
  • El niño tiene color amarillento y está somnoliento.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.