La confianza en los profesionales sanitarios es clave ante la crisis de nuestro Sistema Nacional de Salud.

Acaba de terminar la VII Convención de la Profesión Médica que organizan los Colegios de Médicos de España y su Consejo General, con la intención de debatir temas de plena actualidad sanitaria y profesional, donde la reflexión desde el conocimiento, el intercambio de pareceres y las propuestas de acción y dirección de estrategias son objetivos generales del mismo.

Un aspecto por destacar ha sido el reconocimiento, por parte de las autoridades políticas con responsabilidad en el sistema sanitario, de la labor de la profesión médica y de los médicos, su papel y especialmente su comportamiento y profesionalidad en la pandemia de tan triste recuerdo y en donde nos dejaron un importante número de compañeros y compañeras que siempre estarán en nuestro recuerdo.

Concretamente nuestra Ministra de Sanidad, Carolina Darías, se refería con estas palabras "los médicos son el corazón y la columna vertebral del Sistema Nacional de Salud (SNS)", y el Consejero de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, definía así el papel de los médicos: "son el motor del sistema sanitario para avanzar en la calidad asistencial para los pacientes". Manifestaciones que seguro que en cualquiera de las Comunidades Autónomas y en el propio territorio Ingesa se repiten en parecido tono y afirmación.

Llama la atención, la gran disociación existente entre el mensaje "político" y la realidad del reconocimiento que a los profesionales sanitarios en general y a los médicos en particular se les dispensa, así como a sus organizaciones de representación. Si realmente somos "el corazón y la columna vertebral" o bien "el motor del sistema sanitario" podemos afirmar sin equivocarnos que tanto el Ministerio como las Comunidades Autónomas son "muy malos pacientes" ya que no cuidan ni escuchan a los verdaderos protagonistas del funcionamiento de su "organismo" con las importantes consecuencias que ello está acarreando a "su salud en general y a los diferentes órganos esenciales con el consecuente pronóstico de insuficiencia, colapso e inclusive fallecimiento" de lo que consideramos uno de los pilares de nuestro estado del bienestar, uno de los principales logros como sociedad y un legado que tenemos la obligación de trasladar a nuestros hijos y nietos como es el SNS.

El compromiso de la profesión médica en los últimos años ha venido expresado en:

• El apoyo al SNS y a nuestro modelo sanitario, asumiendo un papel de tutela activo de los derechos sustantivos de ciudadanía a la protección de la salud contemplados en la Constitución Española

• El apoyo al proceso de universalización de la asistencia sanitaria pública, en el contexto de una sanidad de calidad, accesible, de equidad y solidaría.

• El apoyo a las políticas de salud pública, y particularmente a los sistemas de alerta y crisis sanitarias.

• El apoyo a las políticas profesionales de especialización y transferencia del conocimiento, así como al desarrollo de la ciencia biomédica.

• En la disponibilidad y confianza para apoyar los procesos de modernización y revitalización del SNS, al entender que la profesión médica es determinante para consolidar los avances sanitarios y su legitimación social.

A pesar de todo esto, como hemos podido comprobar en la propia Convención, concretamente en las Mesas de Competencias de la Profesión Médica y en la de Estrategias de Planificación y Políticas de Recursos Humanos, la confianza en la profesión médica sigue estando bajo mínimos y su participación real y legal que le corresponde no solo se ignora, sino que se subestima.


"Con respecto a la falta de médicos estamos asistiendo sorprendidos a la puesta en marcha de medidas que no solucionan la difícil realidad actual"



Sirvan de ejemplo dos temas de especial actualidad y que desde hace años se viene trabajando desde la profesión con un esfuerzo de recursos y con un consenso refrendado en el Foro de la Profesión Médica por todos sus agentes (Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas, Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicinas y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina): la falta de médicos y el proceso de Desarrollo Profesional (DP) y sus componentes de Validación Periódica de la Colegiación y Recertificación de Competencias (R).

Problemas de demografía médica


Con respecto a la falta de médicos estamos asistiendo sorprendidos a la puesta en marcha de medidas que no solucionan la difícil realidad actual (la formación de un médico especialista en España requiere de 10 a 11 años) como es el aumento discriminado de Facultades de Medicina y por lo tanto del número de estudiantes,  sin disponer aún de un Registro de Profesionales que posibilite políticas de recursos humanos desde lo demográfico y principalmente de una Estrategia de Políticas de Recursos Humanos del SNS que aborde esta problemática en su conjunto.

Desde la Profesión Médica se viene alarmando e insistiendo en este problema desde hace más de diez años con varios estudios de Demografía Médica desde el Consejo General de Colegios de Médicos y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos tanto a nivel nacional como autonómico. En este apartado quisiera destacar lo comentado por el Foro de la Profesión Médica en una rueda de prensa específica sobre esta problemática en septiembre del 2020, donde entre otras se advierte que “la puesta en marcha de medidas rápidas e improvisadas pueden llevar en los próximos años a un nuevo colapso como el vivido en los años 80, formando a un alto número de profesionales que luego no podrán entrar en el sistema. Cualquier medida debe contemplar una mejora de las condiciones laborales en las que ejercen los médicos”.

En relación con el Proceso de Recertificación de Competencias (VPC y R), proceso que desde hace años y muy especialmente desde que Europa, a través de la Directiva 2013/55/UE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a cualificaciones profesionales, instara a los países a su incorporación al ordenamiento jurídico español (RD 581/2017 de 9 de junio), desde la profesión se le ha dado respuesta y soluciones, tras reuniones con el Ministerio de Sanidad en diferentes etapas, a través de diferentes procesos consolidados como el de la VPC y la Recertificación, y recogidos en diferentes documentos elaborados por el propio Ministerio. En 2019 en una reunión del Foro de la Profesión Médica con el Ministerio se le instó a cerrar los diferentes borradores y especialmente que no se hiciera sin contar con los verdaderos protagonistas.

Incompresiblemente la inversión de Fondos Europeos dirigida a recertificación de competencias contemplada en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en concreto en su componente 18 (C18.I4 Formación de profesionales sanitarios y recursos para compartir conocimiento) se ha adjudicado a una empresa externa con las siguientes partidas: Formación a los responsables del Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas sobre “modelos de recertificación internacionales”, Proyecto “Formación sobre modelos de recertificación internacionales para el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas, con un Módulo 5 (evaluación), en el que se solicita a los alumnos presentar un trabajo llamado “Propuesta de un modelo general de recertificación para España”, Formación sobre aplicación del modelo español, “contratación del servicio de formación sobre aplicación del modelo español de acreditación regular de la competencia profesional dirigida a Colegios de Profesionales y Sociedades Científicas” y por último el Desarrollo de una aplicación web para la presentación y tramitación de solicitudes de recertificación. En total una cantidad que roza el millón de euros.

Apuesta política por lo sanitario


Este “adanismo imperante”, que solo sirve para hacer políticas de volver a la casilla de salida con la consecuente pérdida de talento en la búsqueda de soluciones y en el uso ineficiente de los recursos económicos, demuestra la nula confianza en el trabajo constante, generoso y no retribuido de la Profesión Médica en pro de un Sistema Sanitario de calidad en donde sus profesionales desarrollen sus competencias en las mejores condiciones y con las máximas garantías para los ciudadanos.

Ante estos ejemplos toca reivindicar un discurso sanitario desde lo político, una apuesta política por lo sanitario, un modelo explicativo que ilusione y que estimule el compromiso y la participación real de la profesión médica.

En este escenario, no puede obviarse que los profesionales sanitarios constituyen la piedra angular del Sistema Nacional de Salud. Sin su compromiso, esfuerzo, competencias y vocación sería impensable que España tuviera una sanidad como la que tenemos y sin lugar a duda, el abordaje de esta pandemia hubiera desembocado en una tragedia aún mayor.

Es hora de fortalecer la confianza en los profesionales sanitarios, en su dedicación y en su capacidad de autogestionarse, desde el profesionalismo y la asunción de responsabilidades. es hora de despolitizar la gestión de lo sanitario. Sin Profesión no hay Solución.