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4 abr. 2018 10:40H
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¿Cómo argumentas a más de 280.000 personas que, después de cerca de cinco años, no tienes tres horas de tu tiempo, para ver cuáles son sus problemas y necesidades?, ¿cómo se lo dices siendo consciente de que eres el máximo responsable político sanitario en tu comunidad autónoma?, ¿hay justificación posible?... No puedes, no sabes, no la hay.

Es la conclusión a la que llegué el pasado 20 de marzo cuando acudí al  Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, para participar en la Conferencia Enfermera, junto a la ministra de Sanidad y los consejeros de las 17 CCAA, y constaté que no uno, ni dos ni tres, sino hasta once responsables autonómicos no se presentaron a la reunión.

Todos ellos no debieron considerar suficientemente importante este encuentro para hacer acto de presencia, y, por ello, enviaron a cargos intermedios de sus respectivos departamentos. No debieron entender que se trataba de una inmejorable oportunidad para que Gobierno estatal, administraciones autonómicas y representantes de nuestra profesión se pusieran a trabajar conjuntamente por el presente y futuro de la Enfermería española.

En Satse somos muy realistas y sabemos que de un encuentro de estas características no se puede esperar la resolución de todos los problemas de un día para otro, pero sí creemos que se puede trazar una hoja de ruta consensuada que permita dar solución a los mismos de cara a ofrecer una óptima atención sanitaria a todos los ciudadanos y mejorar así nuestro sistema sanitario.

Ante esta indudable falta de consideración y respeto hacia el colectivo profesional más numeroso de nuestro sistema sanitario, los presentes acordamos posponer la Conferencia Enfermera para hacerla coincidir con la próxima reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Será en ese momento cuando, finalmente, se aborden asuntos cruciales para las enfermeras y enfermeros de nuestro país como la falta de oportunidades laborales, las condiciones de trabajo en entornos laborales seguros, el desarrollo de las especialidades, la ordenación del tiempo de trabajo y la necesidad de propiciar nuevos espacios profesionales.

Confío en que, en esta nueva ocasión, ningún consejero de Sanidad se excuse por “motivos de agenda” y muestre realmente que su compromiso con los profesionales de Enfermería es real. Después de años de recortes indiscriminados y promesas vacías, ha llegado el momento de  dar un paso adelante, no solo por la profesión, sino por el sistema sanitario público en su conjunto.

Espero también de la ministra de Sanidad que cumpla su compromiso de convocar la Conferencia Enfermera antes de que acabe este mes de abril y que ejerza un papel impulsor de los acuerdos que se puedan alcanzar para que éstos se desarrollen de manera efectiva y que de esta cita no quede solo una foto para el recuerdo.

Ni unos ni otros tienen ya excusas. No solo cerca de 300.000 profesionales de Enfermería esperan respuestas. También las demandan los más de 46 millones de españoles que quieren ser atendidos con las mayores garantías de calidad y seguridad cuando así lo requieran. La Conferencia Enfermera no es solo la conferencia de las enfermeras y enfermeros, es la conferencia de todos.