Carta del editor
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4 oct. 2013 21:44H
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Córdoba acoge este fin de semana una nueva edición del Encuentro Global de Neumología que organiza Sanitaria 2000. Es ya la edición número 13 de esta cita que quiso diferenciarse desde el principio de los grandes congresos científicos a los que recurrentemente nos convocan a neumólogos de toda categoría y procedencia. Nosotros pensamos en un encuentro más reducido, muy bien seleccionado en sus participantes y, sobre todo, peculiar y distinto en sus contenidos. Trece años después, creo que puedo decir que hemos llenado un hueco en las necesidades de los neumólogos, que tienen inquietudes sobre el futuro de su profesión, pero también quieren debatir sobre otros asuntos de la sanidad, que les importan y les preocupan.

No descubro nada con decir que la Neumología es una especialidad importante. En los hospitales y en los servicios de salud. Pero aunque parezca obvio, es necesario repetirlo, para que los que a lo mejor no lo tienen tan claro, lo recuerden. La actualidad, además, se encarga también de subrayarlo. Según publicaba hace unas semanas la revista The Lancet, cinco de las diez enfermedades que causan mayor mortalidad en el mundo se dan en el ámbito respiratorio: la EPOC, el cáncer de pulmón, la apnea del sueño –a través de su influencia en los accidentes de tráfico-, la tuberculosis y el asma. No cabe duda de que los neumólogos afrontamos un creciente desafío con la mayor incidencia de las patologías a las que debemos hacer frente.

El impacto de las enfermedades respiratorias es también creciente en los enfermos crónicos, cuya atención está obligando a una profunda reflexión en todos los sistemas sanitarios avanzados que, por fuerza, anticipa una transformación de los dispositivos asistenciales tal y como existen hoy en día. Y los neumólogos también tendremos que estar en este debate, reorientando nuestra función en los hospitales hacia la atención ambulatoria, domiciliaria o en centros de día.

La propia evolución de las patologías a las que prestamos todo nuestro conocimiento y los cambios vertiginosos que estamos viviendo en las técnicas de intervención neumológica nos sitúan ante un escenario presente de formidables alternativas. Y lo que es más importante, un panorama futuro de lo más alentador.

Las nuevas generaciones de profesionales están advirtiendo estas circunstancias y los MIR están eligiendo mayoritariamente nuestra especialidad, conocedores de sus posibilidades de desarrollo clínico y de influencia en el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

Con todo, persisten algunas sombras que es preciso no perder de vista y sobre las que también hay que seguir llamando la atención de nuestras autoridades sanitarias: comenzando por la formación, que tiene que ganar en complejidad de contenidos y abundancia de alternativas, siguiendo con la actualización, cuya obligatoriedad habría que considerar de una vez, la relación con atención primaria y las posibilidades de desarrollo laboral en otros ámbitos no estrictamente asistenciales (industria, investigación, etc.)

En cualquier caso, el momento es bueno y tenemos ocasión de mantenerlo y proyectarlo a lo largo de los próximos años. El Encuentro que seguirá organizando Sanitaria 2000 es solo una pieza más de esa defensa y promoción de una especialidad fundamental en el engranaje y en los resultados de cualquier sistema de salud que se precie.


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