Rocío Hernández, consejera de Salud de Andalucía.
La
Estrategia de Salud de Andalucía (ESA) 2030 es una realidad. Aunque todavía se deberá esperar para conocer el texto final del documento, la Junta ha sacado a información pública lo que será la hoja de ruta sanitaria que guiará al
Servicio Andaluz de Salud (SAS) los próximos años y que se centra, sobre todo, en aspectos fundamentales para el sistema como el
reconocimiento profesional de los sanitarios, el cambio de la bolsa de empleo, el impulso de la
colaboración sociosanitaria y el refuerzo de perfles como el de la
enfermera gestora.
Son tres las líneas estratégicas en las que se basa la ESA 2030: mejorar la salud de los andaluces en todos los entornos y en todas las etapas de la vida, reforzar la confianza de la población en el
Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) y poner en valor a los profesionales del sector sanitario. La primera de ellas se centra en la promoción de la salud como, por ejemplo, la promoción de redes comunitarias de cuidado para personas mayores con
el apoyo de los municipios, o la de entornos laborales que fomentes hábitos saludables y la recomendación de activos comunitarios para la salud.
También destacan la priorización de las invervenciones de psicoterapia y la mejora de las acciones de
prevención de la enfermedad mental y el suicidio. A ello se suma la mejora de la salud sexual, afectiva y reproductiva en todas las etapas de la vida.
Valoración de los profesionales sanitarios
Por otro lado, la sanidad andaluza pretende que los profesionales se sientan valorados. De hecho, es uno de sus principales objetivos al que le dedica más de 20 acciones específicas. Entre ellas, la adecuación del modelo de
bolsa de contratación del SAS a la realidad o la consolidación de eventuales para
limitar la temporalidad.
Pero no es lo único, ya que la Consejería de Salud liderada por
Rocío Hernández avanza numerosas novedades en la ESA 2030. A lo largo de lo próximos años, se pondrán en marcha
medidas para la captación y retención de los profesionales en los puestos de difícil cobertura y se establecerán nuevos sistemas de reconocimiento y de buenas prácticas para impulsar la motivación de los profesionales. Es verdad que son aspectos generales sin mucha concreción, pero la intencionalidad queda reflejada en el texto.
A esto hay que añadir que el SAS impulsará y aumentará la flexibilidad de los
cambios organizacionales, donde se incluye la gestión de los directivos y los turnos y jornadas de los trabajadores. Aun así, la sanidad andaluza, aparte de motivar a los médicos, enfermeras,
técnicos en cuidados de enfermería (TCAE), etc. tendrá que reforzar
la confianza de la población en ella.
Refuerzo de la Atención Primaria y de la transparencia en el SAS
Como en la mayoría de hojas de ruta autonómicas, el refuerzo de la accesibilidad y
los tiempos de espera en Atención Primaria y atención hospitalaria abarcan una buena parte de las acciones de dicho apartado. Aunque no será la única forma de convencer a los andaluces, ya que desde el Ejecutivo se intentará mejorar la
transparencia de los convenios y alianzas con el sector sanitario privado, mutuas y aseguradoras.
Además, se definirá la cartera de
servicios sanitarios públicos a concertar con la sanidad privada asegurando la coplementariedad y la eficiencia. Una de las mayores demandas actuales de los sanitarios también tendrá su hueco en el texto. El SAS centrará sus esfuerzos en el fortalecimiento y en una mayor dotación de la
estrategia de humanización. Y es que, en este sentido, se buscará una homgeneización del modelo de
atención sociosanitaria y su interrelación con salud en todo el territorio, intentando cumplir la promesa de 'poner al paciente en el centro'.
De hecho, el paciente podrá elegir en Andalucía. Para ello, el SAS impulsará
la toma de decisiones conjunta entre ellos y los profesionales.
Una sanidad andaluza innovadora contra sus debilidades
Concretamente, la ESA 2030 se trata de una estrategia que tiene la misión de promover el bienestar integral con
una atención sanitaria accesible, innovadora y sostenible, priorizando la prevención y la promoción de la salud. Todo ello con vistas a ser una organización sanitaria referente, centrada en las personas y que proporcione un servicio de alto valor basado en la excelencia y la universalidad.
El texto, además de incidir en las acciones que planificará el SAS, realiza un análisis de la realidad de la sanidad andaluza con sus respectivas amenazas y debilidades. Sin suda, la crisis económica,
la infrafinanciación histórica en salud en Andalucía, los costes farmacéuticos y el incremento de la demanda de formación continuada de los profesionales son las cuatro principales trabas a las que se tiene que enfrentar el sistema de la región.
Por otro lado, desde un punto de vista más interno, las debilidades que más afectan al SAS son la limitación de plantillas, la inestabilidad laboral de los profesionales de la salud, la
elevada carga asistencial y el agotamiento entre profesionales, los modelos de contratos y la rotación de profesionales. Ahora, correrá a cargo del equipo de Hernández hacer de estas debilidades fortalezas o, si no, paliar sus efectos.
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