Esta tecnología emite una alerta en casos sospechosos, evitando falsos negativos y aportando trazabilidad para auditoría

 José Antonio Trujillo, experto en IA aplicada a la Medicina, explica en Redacción Médica cuáles son los beneficios de aplicar esta tecnología en cribados
José Antonio Trujillo, vicepresidente del Colegio de Médicos de Málaga y experto en IA en Medicina.


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La reciente crisis del programa de cribado de cáncer de mama en España ha puesto de relieve cómo reforzar la seguridad, la eficiencia y los resultados en su detección temprana. En respuesta, varias comunidades autónomas como Navarra, País Vasco y Andalucía han anunciado la incorporación de sistemas de Inteligencia Artificial (IA) para apoyar la revisión de distintos cribados. Esta tecnología permite identificar con fiabilidad qué casos no muestran signos de cáncer, liberar tiempo de lectura y concentrar el trabajo del radiólogo en los casos dudosos o de alto riesgo, optimizando así la eficacia del cribado sin comprometer la seguridad diagnóstica.

Así lo confirma José Antonio Trujillo, vicepresidente del Colegio de Médicos de Málaga y experto en IA en Medicina, que ha analizado la situación y ha explicado en Redacción Médica cómo este tipo de sistemas puede "desplegarse con garantías" para mejorar los programas de cribado, tomando como referencia la última decisión del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que ha anunciado que el modelo de Inteligencia Artificial utilizado en el Hospital Reina Sofía de Córdoba se extenderá a todos los hospitales públicos de la comunidad.


¿Por qué el modelo de Córdoba es acertado?


Y es que Trujillo ha querido destacar los datos de este centro: "Un trabajo de su Unidad de Cáncer de Mama evaluó estrategias con IA en mamografía 2D y tomosíntesis sobre 15.987 exploraciones del ensayo local. Simulando un triado autónomo con IA, se logró hasta un 70 por ciento de reducción de carga de lectura manteniendo sensibilidad no inferior. Frente a la doble lectura clásica de 2D, 'tomosíntesis + IA' implicó cerca de un 30 por ciento menos de trabajo, un 25 por ciento más de sensibilidad y un 27 por ciento menos de rellamadas. En doble lectura de tomosíntesis, la IA redujo rellamadas un 16,7 por ciento manteniendo detección".

En este contexto, el experto subraya los beneficios del enfoque cordobés. Uno de ellos es el "encaje con las necesidades del SAS", porque Andalucía "afronta grandes volúmenes y presión sobre las plantillas y el enfoque cordobés muestra que es viable reducir carga de lectura a gran escala sin perder seguridad diagnóstica, algo crítico para estabilizar circuitos y tiempos". Así, también destaca la priorización inteligente: "La IA clasifica con alto valor predictivo negativo los estudios muy probablemente normales, libera tiempo y concentra la pericia del radiólogo en los casos dudosos o de alto riesgo. Este patrón coincide con lo observado en la implantación alemana".

Safety net 


Sobre la red de seguridad, añade que "la activación de alertas cuando el humano ha etiquetado como normal un caso que la IA considera sospechoso evita falsos negativos y aporta trazabilidad para auditoría". "El estudio en Alemania documenta cientos de cánceres salvados por esta 'safety net'", señala. Por otro lado, aporta "mejores métricas de programa", ya que permiten más detección sin penalizar la especificidad, con un alto valor predictivo positivo de la recitación y de biopsia superiores. A su juicio, "es exactamente el tipo de mejora que busca un gestor cuando debe recuperar confianza pública tras incidencias".

Respecto a la eficacia de la IA y su implementación "real a gran escala" en Europa, Trujillo también ha resaltado los resultados de un estudio "prospectivo y multicentico" reciente llevado a cabo en Alemania que "comparó la doble lectura estándar con una doble lectura apoyada por IA en 12 sedes y 119 radiólogos, con 463.094 mujeres": "Con IA se detectó un cáncer más por cada 1.000 mujeres cribadas (lo que supone un 17,6 por ciento más de detección) sin aumentar la tasa de rellamadas a las mujeres, que incluso bajó ligeramente, y se incrementó el valor predictivo positivo de las rellamadas y de la biopsia". La IA también "clasificó como normales el 56,7 por ciento de los estudios, actuó como red de seguridad cuando el lector humano no veía lesiones sugeridas por el algoritmo y mejoró el uso del tiempo de lectura".


Recomendaciones para implementar la IA


Por eso, Trujillo explica cómo se debe implementar la IA. Primero, menciona un "modelo de flujo para adoptar doble lectura con visor compatible con IA y dos funciones clave: triado de normales y red de seguridad". También hay que evitar que lA sea quien decida y "mantener la decisión final en el radiólogo". Respecto a la gobernanza y control de calidad, defiende una "formación inicial clara para que los radiólogos sepan interpretar bien lo que dice la IA junto a un seguimiento continuo de cómo está funcionando la herramienta, con indicadores sencillos de calidad y tiempos". Además, señala la "revisión regular de mamografías marcadas como normales por la IA y de los casos en los que el radiólogo decide no seguir la recomendación, para asegurar que el sistema funciona como debe".

Sobre un escalado "gradual", se debe establecer la "fase 1 en centros con experiencia en Terapia Dialéctico-Conductial (DBT) como Córdoba para acelerar ganancias rápidas en eficiencia y establecer la fase 2 en el resto, con métricas homogéneas y soporte de telelectura para picos de demanda". Por último, en cuanto a la gestión de plantillas y los tiempos, asegura que hay que "redimensionar las agendas aprovechando el 50-70 por ciento de lecturas que la IA puede clasificar como muy probablemente normales, asignando más tiempo a casos complejos y a formación continua". En esta línea, recuerda que "la IA no sustituye, sino que ayuda a detectar antes y a reducir pruebas innecesarias, pero el el radiólogo decide y cada decisión se debe respaldar con datos locales y actualizaciones periódicas de resultados".

Riesgos y mitigación


El experto también señala los posibles riesgos que existen, como el "sesgo de automatización". "Seguir ciegamente a la IA puede degradar rendimiento" apunta el experto, que asegura que hay solución para ello: "Diseños que muestren la alerta solo tras una primera lectura humana y formación". Otro riesgo es el "sobrediagnóstico de DCIS (carcinoma ductal in situ), porque "su detección de aumenta con la IA". Por eso, "se necesita seguimiento de 2 o 3 años para medir el impacto en intervalos y el estadio, por lo que hay que mitigar con comités de mama, guías de manejo y auditorías de casos de bajo grado". Además, señala la "variabilidad entre centros", ya que existen "diferencias de visor, hardware y hábitos de lectura afectan resultados". Por eso, defiente la implantación de "protocolos únicos de Andalucía, la homologación de visores y métricas mínimas comunes con soporte del centro de referencia".

En definitiva, Trujillo confirma que "la evidencia disponible respalda que la IA puede mejorar el cribado de mama: más cánceres detectados, rellamadas iguales o menores que ahora y uso más eficiente del tiempo clínico". "El enfoque probado en Córdoba ofrece una plantilla operativa realista para el SAS, alineada con los resultados observados en la mayor implementación europea en vida real", opina el experto, que matiza que "la decisión de expandir ese modelo es coherente siempre que se acompañe de gobernanza, auditoría y formación". "Si se hace bien, el programa andaluz podrá ganar precisión, capacidad y confianza pública. Andalucía puede convertir su crisis en una gran oportunidad de mejora", concluye.
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