Los profesionales sanitarios, que reciben el 10% de las agresiones, sufren patadas, puñetazos o intentos de mordedura

Pacientes psiquiátricos o drogadictos, los agresores a médicos en Prisiones
Francisco Amaya


21 jun. 2019 13:00H
SE LEE EN 5 minutos
Las agresiones al personal sanitario representan, aproximadamente, el diez por ciento de todas las que se producen en los centros penitenciarios. Así lo afirma Francisco Amaya, médico de profesión y responsable del área sanitaria de CSIF Prisiones. Los internos más conflictivos son los que presentan problemas de drogadicción y pacientes psiquiátricos, señala. 

"Las cifras se disparan cuando hablamos de insultos, amenazas e intentos de coacción", señala Amaya, que antes de definir los dos perfiles que caracterizan al agresor o a quienes amenazan, matiza que "la inmensa mayoría de los internados en prisión muestran respeto y consideración hacia el personal médico, de Enfermería y auxiliares de clínica".

Entre los internos más conflictivos, destacan los que "presentan trasfondo de drogadicción, con carencias de control de impulsos y bajo nivel de frustración", explica el representante de CSIF, que añade: "Son grandes demandadores de psicótropos que no aceptan que se le prescriba medicación para deshabituación reglada siquiera. Exigen, igual que hacen en la calle, su Trankimazín o su Tranxilium".

Internos con problemas psiquiátricos


El otro grupo, advierte Amaya, lo integran los pacientes psiquiátricos. "Cada vez son más numerosos 

"No disponemos de psiquiatra entre nuestro personal y las decisiones las debemos tomar médicos de Atención Primaria"


en prisión. Estos pacientes presentan en las fases de agudización, las mismas actitudes y comportamientos que le son propios a sus patologías diagnosticadas. En bastantes ocasiones estamos hablando de psicosis, con sus diferentes filiaciones acompañantes", detalla.

"Las agresiones en sí mismas no difieren de las que se producen en una Unidad de Psiquiatría de un centro hospitalario. Pero la respuesta que se puede dar sí está condicionada por el medio en que se producen, una prisión", lamenta Amaya, que enumera las carencias: "No disponemos de psiquiatra entre nuestro personal y las decisiones las debemos tomar médicos de Atención Primaria, con mucha experiencia en este tipo de enfermos, pero no psiquiatras titulados".

El entorno en el que trabajan, además, es complicado. "No todo el mundo entiende que determinados comportamientos de alguien se deben a una patología y no a una conducta provocadora per se".


Las agresiones de pastilleros


En las cárceles, a los agresores por exigencia de psicotrópicos se les conoce como "pastilleros" y las caracterísitcas de las agresiones nos variopintas, según señala Amaya.

Para el personal sanitario de las cárceles españolas, es común recibir amenazas del tipo: "Le voy a 

Los profesionales sanitarios reciben amenazas del tipo: "Tú no eres nadie para cambiarme el tratamiento que traigo"


decir a mi abogado que se niega a darme mi tratamiento" cuando se trata de una medicación conseguida cuando el preso "estaba en libertad, amenazando a su médico de cabecera".

"Tú no eres nadie para cambiarme el tratamiento que traigo" o "te voy a denunciar al Juez de Vigilancia" también son otras de las coacciones que tienen que soportar los médicos y enfermeros que trabajan en prisiones. "Lo inquietante es que es frecuente que parte de tu tiempo de trabajo lo debas dedicar a emitir informes a determinados juzgados, justificando tus actuaciones ante este tipo de denuncias de manipulación. Juzgados que han ordenado el ingreso en prisión de un interno que debería estar en una Unidad psiquiátrica y no en la cárcel, aunque el propio juzgado lo reconozca", lamenta Amaya, que añade: "No hay otro lugar para determinadas personas que delinquen".


Dónde agreden a los profesionales sanitarios


Entre los lugares en los que más agresiones se producen están el Módulo de Aislamiento y el Módulo 

"Actualmente en prisiones los psicólogos escasos que hay trabajan para clasificación de internos básicamente"


de Enfermería. "En ambos espacios las agresiones son de carácter físico, con patadas en el abdomen cuando realizas una cura o intentos de mordedura o puñetazos", lamenta Amaya, que cree que es posible adoptar ciertas medidas para reducir los actos violentos. 

"Es necesario tener un personal funcionario de vigilancia suficiente. Hay una falta alarmante de funcionarios en la actualidad", señala el representante de CSIF, que pide una mayor presencia  de médicos, enfermeros y auxiliares.

Además, también demanda la presencia de psiquiatras en los centros penitenciarios, así como la contratación de psicólogos clínicos. "Actualmente en prisiones los psicólogos escasos que hay trabajan para clasificación de internos básicamente", señala Amaya, quien cree que habría que reducir el número de internos en los centros penitenciarios. 
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.