Fallece Carlos Matallanas, referente de la lucha contra la ELA

Carlos Alberto Gómez Matallanas, exfutbolista, periodista y enfermo de ELA, ha fallecido este martes 9 de marzo en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, tal y como ha confirmado su hermano Javier Matallanas. El periodista, de 39 años de edad, se sometió hace unos días a una operación de tráquea a consecuencia de un trombo.

Desde 2013, Carlos Matallanas sufría Esclerosis Lateral Amitrófica, aunque no fue diagnosticado de la enfermedad hasta un año después. A partir de ese momento, Matallanas se convirtió en un referente de la lucha contra la ELA. Su último libro 'La vida es un juego. Estrategia para Mario y Blanca', publicado en febrero de este mismo año, describe el paralelismo entre la vida y el fútbol. De hecho, el periodista se encontraba ingresado en el centro hospitalario justo el día del lanzamiento.

Hola, al fin ve la luz mi libro. Pero como la vida es un contratiempo, a mí el lanzamiento me pilla en el hospital, donde estoy ingresado desde antes de navidad. Y lo explico todo hoy en mi blog de @elconfidencial https://t.co/vTpOpxseha

— Carlos Matallanas (@CMatallanas15) February 18, 2021

Anteriomente, también publicó 'Mi batalla contra la ELA', obra en la que recopila los artículos escritos en el diario El Confidencial sobre su lucha diaria contra esta enfermedad. Matallanas también escribía el blog sobre fútbol y deporte 'Silencio, se juega' en el diario As.

En 2017, Redacción Médica entrevistó a Marta Monsalvo, mujer de Carlos Matallanas, quien recibió en primera línea el embate de la enfermedad de su marido y se convirtió en su mayor apoyo. Marta Monsalvo explicó que el diagnóstico de esta enfermedad les había cambiado la vida a los dos, ya que como cualquier pareja tenían planes y proyectos que se paralizaron. “Lo más duro es ver a la persona que quieres tan limitada, tan atrapada en un cuerpo, sin poderse mover ni expresarse”, expresó durante el encuentro la facultativa.

Monsalvo hacía especial hincapié en que para aguantar el drama que supone una enfermedad así, en la que no hay esperanzas de cura y el deterioro físico es paulatino e imparable hay que “pararse a recordar” y pensar en las cosas buenas "para seguir adelante".