Elma Saiz, ministra de Seguridad Social.
La
jubilación anticipada es en estos momentos poco más que una quimera para los profesionales de la sanidad, aunque el Ministerio de Seguridad Social abrió recientemente un resquicio de oportunidad al aceptar estudiar la aplicación de coeficientes reductores a más colectivos en base a una
nueva ‘fórmula’ que tendrá en cuenta factores como la rotación y la parcialidad. Este derecho, eso sí, no es ‘gratuito’, dado que el Gobierno contempla un incremento de las bases de cotización para paliar el impacto que el retiro anticipado de los trabajadores con el 100 por ciento de la pensión conlleva para las arcas públicas. Los médicos serían, en este escenario, los que más contribuirían, con más de 85 euros. Un
enfermero ‘medio’ rondaría los 40 euros, mientras que los
técnicos auxiliares de Enfermería (TCAE) se mantendrían en niveles cercanos a los 25 euros.
En el cuerpo del real decreto que se aprobó en Consejo de Ministros el pasado mayo se detalla que, a fin de “mantener el equilibrio financiero del sistema”, la aplicación de
coeficientes reductores para la jubilación anticipada “llevará consigo un incremento en la
cotización a la Seguridad Social” en los términos y condiciones que se establezcan en un futuro.
Dicho aumento “consistirá en aplicar un tipo de cotización adicional sobre la base de cotización por contingencias comunes tanto a cargo de la empresa como de la persona trabajadora”. Ya sucede, por ejemplo, en la
Policía Local o la Ertzaintza, cuyos efectivos asumen una sobrecotización del 10,6 por ciento (el 8,84 por ciento lo costea el empleador, y el 1,76 por ciento restante, el trabajador). No se trata de índices fijos, pues hay variaciones entre colectivos (en los
bomberos es del 8,6 por ciento).
Cuota de solidaridad para médicos
No sería arbitrario, en cualquier caso, que los facultativos fuesen los que más coticen en este concepto dado que son ellos quienes más perciben. Tomando como base la situación de los policías locales, según el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (Simeg), el ‘extra’ de los facultativos sería de unos 520 euros, teniendo en cuenta que la base máxima de cotización (el que carga la mayoría del gremio) se sitúa este año en los 4.909,5 euros. No obstante, los trabajadores
‘solo’ contribuirían con 86,5 euros mensuales, mientras que la administración asumiría 433,9 euros.
Cabe recordar que en la reforma de las pensiones aprobada por el Ejecutivo central el pasado diciembre
ya consta la llamada ‘cuota de solidaridad’, que se aplica a las rentas superiores a los 59.000 euros y por tanto a buena parte de los médicos españoles. En los casos más extremos, dicha cotización
podría alcanzar los 600 euros, de los cuales se hacen cargo tanto el propio trabajador (16,6 por ciento) como la empresa o administración contratante (83,4 por ciento).
Sobrecotización para Enfermería y TCAE
Algo más heterogéneo puede ser el
escenario de un profesional de Enfermería. Si se toma como ejemplo el caso de un trabajador con pocos años de experiencia que pueda percibir alrededor de 28.000 o 30.000 euros anuales, la sobrecotización para cubrir los
costes de la jubilación anticipada podría oscilaría, respectivamente, entre los 41 y los 44 euros (el empleador se haría cargo de casi 250 euros). Un enfermero ‘senior’ que ingrese cada ejercicio en torno a 40.000 euros se iría a los 58,7 euros (294,6 euros los soportaría la administración o empresa).
Por supuesto, esta tasa extra sería más laxa por los técnicos auxiliares de Enfermería (TCAE) en caso de que se aprobara su jubilación anticipada y con estas reglas. La cotización rondaría los 24,5 euros, mientras que la empresa asumiría 123,8 euros.
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