La jubilación anticipada del médico en España tiene penalizaciones notables. (Ilustración creada con IA)
Jubilarse antes de tiempo tiene un precio. Y para los
médicos del Sistema Nacional de Salud (SNS), ese coste puede superar los 11.000 euros anuales, según los cálculos de
Vicente Matas, médico experto en derechos laborales y jubilación del colectivo. La normativa de la Seguridad Social en 2025 contempla una
doble penalización para quienes optan por la jubilación anticipada voluntaria: por un lado, una reducción porcentual sobre la base reguladora, y por otro, una limitación adicional sobre el importe máximo de pensión reconocible.
Tomando como ejemplo un
facultativo con una base reguladora de 3.800 euros mensuales, cifra habitual en tramos finales de carrera con carrera profesional consolidada y trienios, el impacto de esta penalización acumulada es considerable.
Primer recorte al médico por jubilarse: penalización por meses de adelanto
Cuando un
profesional médico se jubila de forma anticipada sin haber alcanzado los 38 años y 6 meses cotizados, la Seguridad Social aplica un coeficiente reductor creciente en función del número de meses de adelanto:
un 21% si se jubila 24 meses antes, y hasta un 3,26% si lo hace solo con un mes de antelación.
En el caso de una base reguladora de 3.800 euros, estos recortes iniciales dejarían la pensión en valores que van desde los 3.002 euros mensuales (si se jubila dos años antes) hasta los 3.676 euros (con solo un mes de adelanto).
El segundo recorte al médico: el tope legal a la pensión anticipada
Sin embargo, estos importes no son los que finalmente se perciben. La ley establece que quienes acceden a la
jubilación antes de la edad ordinaria no pueden cobrar la pensión máxima completa. En 2025, el tope general de 3.267,60 euros mensuales se reduce en un 7,40%, quedando fijado en 3.026,77 euros como límite máximo para quienes se jubilan anticipadamente.
Esto significa que aunque la pensión reducida calculada a partir de la base reguladora supere ese umbral, la Seguridad Social
no reconocerá más allá de 3.026,77 euros mensuales.
Pérdida mensual constante para el médico jubilado
Así, en la práctica, la gran mayoría de escenarios entre 24 y 7 meses de adelanto conducen a la misma pensión final: el tope legal de 3.026,77 euros. Por ejemplo, si un médico se jubila dos años antes, su pensión quedaría en
3.002 euros tras aplicar el 21% de recorte, y ese sería el importe que percibiría.
Si lo hace 23 meses antes, la pensión reducida ascendería a 3.131,20 euros. Sin embargo, como supera el tope,
solo cobrará 3.026,77 euros.
Lo mismo ocurre con 22, 21, 20... hasta 7 meses de adelanto: aunque los porcentajes de recorte van disminuyendo, la pensión sigue superando el límite permitido, por lo que el importe final se congela.
Durante todos estos meses, la pérdida respecto a la base reguladora se mantiene prácticamente constante, en torno a 773–798 euros al mes. En términos anuales (considerando 14 pagas), esto supone entre 10.800 y 11.172 euros menos cada año.
A partir del sexto mes, gran recorte de la pensión médica
La situación comienza a cambiar
a partir del mes 6 de adelanto, cuando el recorte sobre la base reguladora empieza a generar una pensión por debajo del tope legal. Por ejemplo:
Con 6 meses de anticipo (4% de recorte), la pensión reducida baja a 3.648 euros, pero al seguir superando los 3.026,77 euros, el recorte se sigue aplicando. No será hasta los últimos 3 o 4 meses de adelanto,
con recortes por debajo del 3,5%, cuando el importe reconocido y el teórico comienzan a alinearse.
Este diseño provoca que profesionales con largas carreras cotizadas y bases elevadas sufran una penalización duplicada: primero, al reducir su base reguladora, y segundo, al
no poder percibir lo que les correspondería debido al límite máximo recortado.
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