Fachada de Muface
La fama crece. La
receta electrónica concertada de Muface aumenta su popularidad. Tras la crisis sin precedentes del modelo, que se alargó durante siete meses, más de 200 días en los que el mutualismo se sumergió en una oleada de incertidumbre, el proyecto ‘estrella’ en materia digital impulsado por la mutualidad se reactivó. Fue entonces cuando la dirección general de
Muface, liderada por Myriam Pallarés,
retomó el plan de ‘conquista’, y se propuso implantar este sistema electrónico, bautizado como Sirem, en las comunidades autónomas restantes. Y es que aunque la hoja de ruta dio comienzo en 2020, no todo el país disponía (ni dispone) de esta herramienta. No obstante, y tras este ‘reinicio’, Muface ha desvelado una de las conclusiones que deja esta reactivación: el
74 por ciento de los funcionarios ya disponen de la
receta electrónica concertada.
Siete de cada 10 funcionarios adscritos a la sanidad concertada de
Muface ya pueden hacer uso de Sirem. Un sistema que nace con el objetivo de que los usuarios puedan
retirar sus medicamentos sin necesidad de presentar un talonario en papel. Una herramienta que en los últimos días se ha puesto en entredicho por parte de los propios mutualistas, que en conversación con
Redacción Médica han descrito los problemas que encara el uso de la receta electrónica concertada para los más mayores.
Obstáculos de la receta concertada de Muface
Varios funcionarios han explicado a este periódico los
obstáculos que han encontrado en el uso de esta herramienta digital. Es el caso de Luis Deleito (Madrid, 69 años), que es uno de los ‘primerizos’, ya que este sistema
ha llegado a su comunidad el pasado 4 de noviembre.
“La receta concertada de Muface no es ni fácil ni intuitiva”, apuntaba sobre este sistema.
No fue el único. Javier Samaniego (Ourense, 43 años) también abordaba estos problemas.
“No hay ninguna información por parte de Muface”, comentaba sobre las instrucciones del uso de este sistema por parte de la dirección general de la mutualidad.
La receta concertada de Muface
Abril fue un mes clave para Muface. A finales de mes,
el día 30, la sede del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública acogió un enlace clave. Adeslas y Asisa se dieron el ‘sí, quiero’ con la dirección general de la mutualidad, y las tres partes
firmaron el contrato para dotar de asistencia sanitaria a los funcionarios durante los años 2025, 2026 y 2027. Fue el fin de la
crisis sin precedentes de Muface. O, al menos, de la peor parte.
Ese momento supuso un punto de inflexión.
Muface retomó sus planes, y entre ellos estaba uno de sus
grandes proyectos en materia digital: la receta electrónica concertada. Por entonces, solo ocho comunidades y dos ciudades autónomas disponían de esta herramienta. Estas eran
Cantabria (2020); Asturias y Canarias (2022); Extremadura y La Rioja (2023); y Navarra, Murcia, Baleares, Ceuta y Melilla (2024).
La ‘conquista’ volvió a ser una de las prioridades de Muface. En el mes de julio se sumaron
Castilla-La Mancha y Galicia; en septiembre
Aragón; y en noviembre
Madrid y País Vasco. No obstante, aún quedan
cuatro territorios en ‘lista de espera’: Andalucía, Cataluña, Comunitat Valenciana y Castilla y León. La receta electrónica concertada, como ya ha reiterado la dirección general del modelo, llegará a estas comunidades a lo largo del primer trimestre de 2026. Será entonces cuando Sirem se convierta en una realidad en todo el país.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.