Mónica García, ministra de Sanidad.                                            
                                        
                                        
                                            El 
Ministerio de Sanidad ha dado un nuevo paso en firme en la tramitación del decreto para endurecer los requisitos del etiquetado y empaquetado del 
tabaco, de forma que sea lo más genérico posible, así como para prohibir aditivos aromáticos que puedan resultar “llamativos para los consumidores”. La iniciativa, que se enmarca dentro del 
Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-27, persigue también “mejoras en la adecuada catalogación” de este tipo de productos.
“La presente iniciativa normativa pretende ofrecer una mayor 
claridad, uniformidad y seguridad jurídica en el mercado de productos de tabaco y productos relacionados” como los
 cigarrillos electrónicos, recoge el documento de este 
decreto anti-tabaco que ha sido lanzado a consulta pública para recibir aportaciones de organizaciones y particulares interesados.
Esta es, desliza Sanidad, la primera 
“revisión integral” del
 Real Decreto 579/2017, que regula aspectos sobre la fabricación, presentación y comercialización del tabaco y productos relacionados y cuyos contenidos se limitan actualmente a la transposición literal de la directiva europea en esta materia. El gabinete de 
Mónica García defiende no obstante que la normativa vigente no contempla los
 “importantes cambios” surgidos en la forma de consumir estos productos.
“En este sentido, se dispone en la actualidad de una variedad de productos con características diferenciadas, con o sin tabaco, con o sin nicotina, con o sin componentes electrónicos, e incluso con aspectos híbridos de compleja catalogación, que suponen un desafío y sobre los cuales resulta necesario aportar la adecuada respuesta técnica en aras de garantizar la debida protección de las personas que consumen estos 
nuevos productos no convencionales”, subraya.
En concreto, esta reforma inicial contempla tres medidas concretas. En primer lugar, mejoras en el etiquetado y envasado del tabaco “mediante la introducción del 
empaquetado genérico”. A su vez, se persigue una 
“adecuada catalogación” de este tipo de productos. Y, finalmente, la prohibición de aditivos y componentes que
 confieren aromas “y que desvirtúan los objetivos de la normativa sanitaria o que pueden resultar más llamativos para los consumidores”.
	Consenso autonómico sobre el plan anti-tabaco
El proyecto está en línea con el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 recientemente presentado en el seno del 
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). Según Sanidad, este supone la “puesta en marcha efectiva” de una de las principales medidas de la estrategia, orientada a “prevenir el inicio de consumo de tabaco y productos relacionados”.
Este mismo viernes, Sanidad y consejerías de salud autonómicas acordaron 
elevar el plan a rango de ley para ofrecer
 “seguridad jurídica” de cara a su implementación. La meta es que la estrategia se concrete ahora en medidas que contemplen normas legislativas.
“Sienta las bases y la hoja de ruta para los siguientes avances que se tienen que dar en materia legislativa”, que añadió que, una vez aprobado el plan, se abordará el desarrollo de las distintas leyes.                                        
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