El
15-M celebra, la próxima semana, su decimocuarto cumpleaños. El movimiento ciudadano nacido a partir de la manifestación convocada aquél
15 de mayo de 2011 por distintos colectivos forma parte, indiscutiblemente, de la historia y la política de España. Aunque no tuvo un impacto inmediato, la ‘indignación’ colectiva fue ganando terreno en el debate parlamentario y dio pie a un nuevo ciclo. '
Vamos despacio porque vamos lejos', rezaba una de las pancartas más célebres de la madrileña Plaza de Sol. Toda una declaración de intenciones que algunos tradujeron en el impulso de
nuevas formaciones políticas que, con los años, han conseguido romper la hegemonía de PP y PSOE en los distintos órganos del Ejecutivo. Allí han desembarcado perfiles diferentes con el firme propósito de hacer una ‘nueva política’. Es el caso del
Ministerio de Sanidad, actualmente comandado por la médica
Mónica García, quien ha participado activamente en los colectivos en
defensa de la sanidad pública a los que dio abrigo el 15-M y ha depositado su confianza en un equipo con amplia trayectoria en movimientos sociales. El reto, ahora, es conseguir impulsar todo aquello que se reclamaba en las calles desde las instituciones. Más aún con las recientes manifestaciones que han impulsado los sindicatos sanitarios.
Las acampadas y asambleas que se replicaron por toda la geografía del país aquella primavera de 2011 dieron paso, o sustento, a distintos colectivos que, al calor de la crisis económica, se alzaron en defensa de materias tan diversas como la vivienda, las pensiones o la sanidad pública. Uno de los más importantes fue la
Marea Blanca, que aglutinó a multitud de organizaciones que defendían un
Sistema Nacional de Salud (SNS) libre de privatizaciones y recortes e inundaron las calles -de Madrid primero, y más tarde de toda España, de batas
blancas.
Una de sus portavoces fue la propia
Mónica García, como portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), a quien resultó “irresistible” otro de los lemas del 15M,
‘Dormíamos, despertamos’, tal y como confiesa en el libro que publicó en 2022 bajo el título
Política sin anestesia. En el mismo explica cómo el incremento de la
jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales cayó como un jarro de agua fría para el
colectivo médico, acechado por las
guardias y preocupado por las externalizaciones que planeaban sobre la sanidad. Un caldo de cultivo que propició
manifestaciones multitudinarias que contaron con un amplio respaldo social durante los años más inmediatos al movimiento.
Como recuerda en estas páginas, la ministra acudía a esas citas con otra de las caras hoy conocidas en el Paseo del Prado, como la de
Yolanda Cabrera, también anestesista, quien ahora forma parte del Ministerio de Sanidad como asesora y quien ha cobrado relevancia en las negociaciones del
Estatuto Marco.
García considera a la Marea Blanca, como a otros movimientos ligados al 15M, un ejemplo de "transversalidad" al unir a gente de derechas e izquierdas en
defensa de la sanidad pública.
De la Marea Blanca a la política regional con Podemos
El posible devenir político del Movimiento 15M siempre ha sido foco de debate para los que han participado en el mismo o en la citada Marea Blanca. Frente a quienes defendían su ADN apartidista e, incluso, apolítico, otra corriente diluía el dilema. “Creo que la calle debe ser independiente a lo que está pasando en las instituciones”, explicaba la ahora ministra a
Redacción Médica en 2016, cuando ya era
representante de Podemos en la Asamblea de Madrid, ante el desgaste de las
protestas de los profesionales sanitarios.
En su libro, García explica que fue precisamente en la Marea Blanca donde conoció a personas implicadas en política que luego acabaron en Podemos, considerado el 'alter ego' del 15M en las instituciones para aquellos que aceptaron el 'órdago' de crear su propio partido. Como el propio el
Pablo Iglesias, su fundador y años más tarde vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, desde donde se hizo cargo, en parte, de la gestión sociosanitaria de las residencias durante la
pandemia de Covid-19.
Fue el activista del 15M e ingeniero agrónomo
José Manuel López, ahora director de Gabinete en el Ministerio de Sanidad, quien tendió la mano a Mónica García para dar el paso de llevar las reivindicaciones sociales a la Asamblea de Madrid. En su etapa en la Marea Blanca, ambos habían trabajado en un informe sobre los
sobrecostes hospitalarios que llevaron hasta la Justicia.
Tras un titubeo inicial motivado, en parte, por el
Síndrome de la Impostora, García aceptó la propuesta de López. Iba en un discreto puesto 26, pero Podemos consiguió 27 escaños, por lo que la médica cruzó la puerta de las instituciones en 2015 y en 2017 pasó a presidir el grupo. Dos años más tarde, en 2019, García cambiaría de siglas para formar parte de la agrupación con la que llegó hasta el Ministerio de Sanidad en noviembre de 2023:
Más Madrid, integrada en la plataforma
Sumar para las elecciones de 2023 bajo la batuta de una
Yolanda Díaz, que llevaba años defendiendo la mejora de las
condiciones laborales de los profesionales sanitarios. "Mi espíritu sigue en aquellas acampadas", confesó la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social hace un año en relación a los ideales defendidos por el 15M.
También en la Marea Blanca participó la
enfermera Alda Recas, exasesora de Sanidad y actual portavoz sanitaria de Sumar (la plataforma que aglutina a Más Madrid y que forma parte del Gobierno de coalición con el PSOE) en el
Congreso de los Diputados. Recas tiene una destacada trayectoria como activista en defensa de la sanidad pública, en su caso, a través de AME (Asociación Madrileña de Enfermería).Además protagonizó un enfrentamiento con la oficialidad de la representación enfermera, y padeció la apertura de un expediente por las críticas a su gestión.
En aquellos años, concretamente en 2016 y también en la sanidad madrileña, llegó a la presidencia del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem)
Miguel Ángel Sánchez Chillón, un médico de Familia que entroncaba, algunas veces de una forma un poco particular y personal, con ideas del 15M y llegó a ser considerado como una extensión de la Marea Blanca para empezar a entrar en las instituciones.
Proyección política de la médica Mónica García
Si entre 2019 y 2021 Mónica García fue cogiendo cada vez más fuerza por sus réplicas a la presidenta
Isabel Díaz Ayuso;
entre 2021 y 2023, ya como líder de la oposición, su proyección creció de forma exponencial. Y no solo la suya. Y es que en su próspera andadura en Más Madrid trabajó codo con codo con varios de sus compañeros de equipo hoy en el Ministerio de Sanidad, también ligados a los movimientos sociales.
Su número dos,
Javier Padilla, médico de Familia y también exdiputado regional en la Asamblea de Madrid, llegó a ocupar la portavocía de Sanidad. El ahora
secretario de Estado de Sanidad se reconoce como un “defensor de la sanidad pública” y durante su trayectoria ha impulsado debates relacionando aspectos de la sanidad con la política o los movimientos sociales.
Para ello, se ha servido de la publicación de varios libros. Entre ellos, destaca
Epidemiocracia, en el que comparte firma con el también médico
Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud en el Ministerio de Sanidad. Ambos pertenecen al Colectivo Silesia, un grupo de profesionales de la salud pública y la gestión sanitaria con una perspectiva social crítica. La propia García acompañó a Gullón en la presentación del libro en agosto de 2020 y hace referencia a ambos en las páginas de su propia publicación.
De la misma forma,
Héctor Tejero, también exdiputado de Más Madrid, trabaja cada día para traducir su activismo climático a las medidas impulsadas como responsable de
Salud y Cambio Climático en el Gabinete de la Ministra de Sanidad.
Mejorar la sanidad pública desde el Ministerio
La defensa de la sanidad pública, la lucha contra la
corrupción sanitaria, el impacto de los
determinantes sociales en la salud, la descarbonización del SNS o la mejora de las condiciones laborales de los profesionales son 'banderas' del equipo liderado por Mónica García en el Ministerio de Sanidad. Unos objetivos en los que antes trabajaban desde las calles y ahora, intentan, desde las instituciones.
“Voy a desempeñar mi función con la misma
vocación de servicio público que me ha acompañado todos los días de mi vida, dentro y fuera del quirófano”, señalaba la ministra el 23 de noviembre de 2023, cuando tomó posesión de su cargo. "Voy a trabajar como me ha enseñado siempre mi profesión, codo con codo”, añadía
Mónica García.
Desde entonces, la médica y su equipo han promovido tres normas para blindar al SNS: la
Ley de Cohesión, la
Ley de Universalidad y la
Ley de Gestión Pública, estando las dos primeras ya en una tramitación parlamentaria que avanza a medio gas en un Congreso de los Diputados en el que el consenso cada vez se antoja más complicado. Muestra de ello es la Agencia de Salud Pública, que cayó de forma inesperada en el Pleno tras lograr un apartente consenso en Comisión. También han impulsado el
Observatorio contra el Fraude y la Corrupción Sanitaria y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el trabajo de Sanidad para incluir los
determinantes sociales en la historia clínica de los pacientes.
Además, desde el Ministerio de Sanidad se trabaja arduamente en mejorar la salud mental de los españoles y su abordaje profesional, para lo que se ha aprobado el
Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027. Un propósito que resulta familiar a la ministra. Hija de psiquiatras, su propio padre, que también tuvo una faceta política, participó en los movimientos sociales que se dieron durante la Transición y luchaban por una Psiquiatría más humanizada.
Los médicos ponen la lupa en el Ministerio de Sanidad
Antes de llegar al ministerio, la propia Mónica García abogó por el
fin de las guardias médicas y la reducción de jornada. Algo en lo que se trabaja desde la
reforma del Estatuto Marco, un texto que estaba llamado a
revolucionar la forma de trabajar en sanidad, tal y como la propia ministra destacó en una entrevista concedida a este medio el pasado mes de noviembre; pero que está chocando con el rechazo de parte de los profesionales sanitarios y sus representantes sindicales, que han convocado una huelga para este mismo mes, algo con lo que no parecían contar los representantes ministeriales.
El gran reto de Mónica García y su equipo pasa por hacer realidad sus reivindicaciones a pie de calle desde las instituciones. Todo ello en un contexto en el que, más allá de las medidas que pueda sacar adelante Sanidad, la confrontación política que se vive día a día en el Congreso de los Diputados no hace más que dificultar la tarea una vez superadas incluso las primeras trabas a nivel ministerial o del propio Ejecutivo, que ha tenido que esquivar los 'roces' que han surgido entre PSOE y Sumar como pasara en su día entre PSOE y el casi desaparecido Podemos.
Y es que los cinco ministerios del 'ala' de Sumar dan cobijo a las últimas voces ligadas al 15M que han llegado al poder y tratan de 'traducir' desde el Gobierno los ideales del movimiento, al que la propia García considera una invitación a la “politización comunitaria como vía de salvación”.
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