Julio Armas y Antonio Valero Santiago, médico de Urgencias y médico especialista en Alergología, respectivamente
"Los Servicios siguen
muy saturados en todas las
patologías". Así es como describe Julio Armas Castro, médico de Urgencias Hospitalarias, el
retorno a la rutina y el fin del verano que, lejos de representar cierto alivio para algunas especialidades médicas, significa el
regreso a días de saturación de pacientes y agendas llenas para otras.
Precisamente en categorías como
Urgencias, de cara al inicio de las vacaciones, lo que cambió fue la "dinámica del tipo de paciente que acude" a los centros, tal como señala Julio, que destaca que ahora, con la vuelta a la rutina, se nota cierta
disminución en la afluencia, especialmente en el horario de la mañana. "En verano, donde hay afluencia durante 24 horas, los Servicios siguen muy saturados de todas las patologías, sobre todo,
patologías menores, que son las que más llenan los Servicios de Urgencias durante los meses de verano", señala en conversación con
Redacción Médica.
En cuanto al ritmo de trabajo, sí explica que, con el fin del periodo estival, el "ritmo normal" vuelve a los hospitales, cuya
población incrementa en los meses de vacaciones por los desplazados a zonas de playa o de ocio. "De alguna manera, el hospital vuelve a
recobrar un poco de oxígeno de cara al inicio de septiembre, octubre, hasta que venga la gripe, que es cuando vuelve a colapsar", indica.
Sin embargo, el escenario cambia en especialidades como
Alergología. "Después de estar unos días de vacaciones, las
agendas están llenas de visitas, unas de control y otras de urgencias", dice Antonio Valero Santiago, médico alergólogo y director médico del Centro de Alergología Avanta Medical, a este periódico. Pese a que podría considerarse que en esta categoría
el retorno está más controlado, esto dista con la realidad.
La razón se sustenta en las peculiaridades de los pacientes: uno son los
alérgicos respiratorios que han estado de veraneo en zonas rurales y otros son los que tienen una
alergia alimentaria ya diagnosticada. "Aparte de las visitas rutinarias, lo que nos piden son las visitas para hacer una consulta por un problema respiratorio o alimentario, o ambos, durante la época estival", detalla Valero Santiago.
Colapso y organización de equipos médicos
"Los hospitales y los Servicios de Urgencias
trabajamos habitualmente de colapso en colapso", dice Armas Castro, para quien las "lunas de miel" -periodos entre picos de atención- han quedado en el olvido. Especialmente este verano, desde su perspectiva, "
se han roto bastantes récords en cuanto a asistencia hospitalaria y extrahospitalaria" con muchos pacientes "ahogados, accidentes acuáticos, síncopes por calor y golpes de calor".
Además, en cuanto a las plantillas, la
falta de sustitución del personal médico también asume un rol y, pese al retorno de las vacaciones, esto no significa "un alivio excesivo" porque continúan con las guardias de 24 horas, "los
turnos demoledores, las más de 48 o 70 horas que puede desarrollar un profesional sanitario en la semana", entre otros.
En el caso de Alergología, Valero Santiago describe
dos picos de trabajo importantes al año:
en primavera (el más grande entre marzo y mayo) y
en otoño (entre septiembre y octubre). Por lo tanto, el retorno de las vacaciones coincide directamente con uno de ellos: "Es una locura absoluta". Y es que, con la llegada de septiembre, las plantillas todavía "
no están completas", lo que "dificulta más asumir de forma inicial los picos" de trabajo. "Un 20 por ciento de la plantilla hace las vacaciones en septiembre", subraya.
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