José González García, médico jubilado en Ibiza.
José González García llegó como MIR de
Medicina Familiar y Comunitaria a
Ibiza en 1983. Desde entonces, ha rotado por buena parte de las consultas del primer nivel asistencial de la isla. Además, el facultativo ha ocupado puestos como el de coordinador médico del centro de salud de Es Viver, además de ejercer como director de Atención Primaria del Área de Salud de Ibiza y Formentera y como director de zona básica en el centro de salud de Sant Antoni. En su historial, el establecimiento de
la receta electrónica, la digitalización de la historia clínica o el programa piloto de prevención de
cáncer de colón en este rincón del archipiélago balear. Un camino que cerró el 24 de mayo, día en el que se
jubiló. Aunque más que un frenazo, se trató de un aminoramiento de la marcha, al convertirse en
el cuarto profesional emérito del sistema sanitario insular.
"Este rol se basa en la posibilidad de seguir desarrollando una labor de cooperación y apoyo a las personas nuevas que acceden a puestos de toma de decisiones", ha explicado González García a
Redacción Médica. Un cargo que acostumbra a ostentarse durante
dos años y que debe estar ligado a un proyecto de salud aprobado previamente por el
Ib-Salut. En su caso, continuará con la preparación de una serie de protocolos para la derivación de pacientes de Atención Primaria a Hospitalaria. Eso sí, la ocupación del puesto puede prolongarse en el tiempo si el sanitario lo desea y se aprueba su renovación de funciones de manera anual.
González García es el segundo médico de Familia y
el primer hombre que adquiere este papel. "Las mujeres son más atrevidas que nosotros”, ha confesado. Previamente, su compañera de especialidad María Tressera se transformó en emérita para encargarse de la coordinación y asesoramiento de la Unidad de Cronicidad en 2018. Más reciente son las incorporaciones de la ginecóloga Cristina Molina, con la misión de impulsar las unidades de Atención a la Mujer en la isla, y la psicóloga Sara Cruz. "Al final, hay mucho trabajo que hacer siempre y los equipos directivos son escasos, por lo que toda la ayuda es buena", ha destacado el facultativo.
"Al final, hay mucho trabajo que hacer siempre y los equipos directivos son escasos, por lo que toda ayuda es buena"
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Un apoyo necesario ante la falta de profesionales existente en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Situación que se agrava en enclaves aislados o con circunstancias especiales. Este es el caso de Ibiza, donde la insularidad y, especialmente,
el alto precio de la vivienda ahuyentan a decenas de facultativos. Motivo por el que la colaboración voluntaria de los sanitarios jubilados se intuye fundamental.
Puesta en valor de la trayectoria profesional
El acompañamiento del médico emérito a los equipos directivos supone un pilar en el que sostenerse para garantizar el correcto funcionamiento de la infraestructura de salud. En parte, gracias al
grado de experiencia con el que cuentan estos profesionales. Por ejemplo, González García ha ejercido durante casi 50 años la labor asistencial, además de contar con más de 30 al frente de los equipos. "Siempre se aporta conocimiento, ya que con los años se gana en sensatez. Todos hemos aprendido de personas que estaban antes que nosotros", ha puntualizado.
Asimismo, la posibilidad de
mantenerse en el SNS también es un aliciente para numerosos médicos. "Siempre que la salud te lo permita yo recomiendo seguir, ya que todavía tenemos mucho que aportar", ha apuntado González García. "Yo siempre digo que los aterrizajes verticales no son buenos, sino que hay que aterrizar en línea descendente, como un avión comercial. Pasar de estar ocupado a la nada no es bueno y ser médico emérito te permite despedirte de la profesión poco a poco. Te ofrece la posibilidad de tener unas responsabilidades y seguir trabajando en algo que te gusta y a lo que has dedicado toda la vida", ha continuado.
¿Trabajo asistencial más allá de los 70?
El puesto de médico emérito va unido al apoyo en gestión, incluso a la formación de los futuros directivos, pero no al proceso asistencial. Y es que a partir de una determinada edad la normativa i
mpide que los médicos puedan atender pacientes más allá de los 70, al menos en la sanidad pública. Un requisito que González García no logra a entender, especialmente, si el facultativo se encuentra en buen estado físico y psíquico.
"Creo que ampliar la edad de trabajo sería algo a estudiar, ya que hay muchos profesionales que están
perfectamente capacitados para seguir con sus funciones un par de años más. Eso sí, siempre que deseen continuar en su puesto", ha afirmado el médico en Ibiza. Por ello, aboga por
incrementar el límite de retirada del proceso asistencial, aunque con recortes de jornada, algo que ya se da en
los centros privados.
"Creo que ampliar la edad de trabajo sería algo a estudiar, ya que hay muchos profesionales capacitados para seguir con sus funciones un par de años más"
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Bajo su punto de vista, esto supone una ayuda para aminorar la sobrecarga de trabajo, algo necesario en todos los puntos de la geografía española ante la escasez de profesionales y
la avalancha de jubilaciones que se avecina en los próximos años. Una problemática que se marca con más intensidad en lugares como en el que cayó González García hace casi cinco décadas.
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