La OMC trabaja en un proyecto que permita a los profesionales retirados seguir aportando valor al SNS

Los médicos jubilados preparan su reconversión a la docencia MIR
Carmen Hoyos en su toma de posesión como Vocal de la OMC.


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Aún con la bata colgada, muchos médicos jubilados siguen sintiendo que tienen mucho que aportar al sistema sanitario. Esa es la convicción que impulsa el ambicioso plan colaborativo que la Organización Médica Colegial (OMC) está elaborando para canalizar la experiencia y el compromiso de este colectivo a través de acuerdos con las consejerías de Salud de las comunidades autónomas. Al frente del proyecto está Carmen Hoyos, representante nacional de médicos jubilados de la OMC, quien ha desgranado para Redacción Médica las líneas maestras de una propuesta que busca devolver al médico retirado su lugar en el engranaje del SNS: desde la docencia y la educación en salud hasta la participación en tareas organizativas y de prevención del desgaste profesional.

“El médico, una vez que cuelga la bata y empieza a cobrar una pensión, se convierte en un extraño para el Sistema Nacional de Salud, al que ha dedicado toda su vida laboral”, señala Hoyos. Un sentimiento que describe como “desafectivo” y que motivó el desarrollo de este plan, en el que ha estado trabajando desde que asumió su cargo actual y que ya ha presentado a la Asamblea de Vocalías de la OMC.

El carácter docente del plan


El proyecto tiene un carácter nacional, pero se plantea en colaboración directa con las comunidades autónomas, a través de las consejerías de Salud, “que son quienes tienen las competencias”. Para ello, se propone la creación de asociaciones de médicos jubilados vinculadas a los colegios provinciales, “íntimamente pertenecientes al colegio y a la vocalía de médicos jubilados”, con estructura jurídica propia para firmar convenios con las administraciones sanitarias.

Uno de los pilares fundamentales del plan es el ámbito docente, entendido en un sentido amplio. “Podemos seguir prestando formación como antes de la jubilación, tanto a residentes como a compañeros que inician su andadura, e incluso a la población general”, explica Hoyos. En este sentido, subraya la necesidad de combatir la desinformación en salud y la proliferación de mensajes erróneos en redes y medios. “La formación sanitaria de la población general es algo importantísimo y nosotros podemos prestar mucho en ese campo”, añade.

Como ejemplo, recuerda el programa que puso en marcha desde el Colegio de Médicos de Cáceres, en el que 20 médicos jubilados realizaron más de 70 actividades en zonas rurales de la provincia. “Tratábamos temas como la prevención del cáncer, el riesgo cardiovascular, la salud mental o el consumo de alcohol. Fue un exitazo”, asegura. Durante el verano, cuando el calor dificultaba los desplazamientos, el programa se adaptó con intervenciones en radio, que también tuvieron gran audiencia.

La importancia de la salud mental


Otro eje clave es la salud mental del médico en formación. “Queremos participar en el PAIME, pero desde el plano preventivo, antes de que el médico enferme”, afirma Hoyos. “Nuestro trabajo es muy estresante y lo que se aprende en la facultad no tiene nada que ver con lo que se vive en el hospital o en el centro de salud. Muchos se sienten frustrados, piensan que no valen. Nosotros podemos estar ahí para decirles que no están solos, que lo que sienten lo hemos vivido todos y que hay formas de gestionarlo”.

Además de la docencia y el acompañamiento emocional, el plan contempla una segunda línea de colaboración en el ámbito organizativo del sistema sanitario. “Muchos médicos han trabajado en la gerencia, en la organización del sistema público de salud. Hay magníficos gestores que ya se han ido a su casa y que pueden seguir aportando”, sostiene Hoyos. Su propuesta pasa por que las gerencias puedan recurrir a esta experiencia acumulada: “Oye, vente para acá y dime qué hiciste aquel verano que no tuviste a nadie. ¿Cómo resolviste el problema demográfico en tal área con pueblos tan alejados?”, ejemplifica.

El apartado científico


La tercera vía de participación planteada por la vocalía de médicos jubilados se sitúa en el terreno científico. “Hay compañeros que eran referentes en VIH a nivel nacional, en tuberculosis, que han estado formando a generaciones de residentes. Cuando se jubilan, se van a casa y se cierran todas las puertas para seguir formándose y formando en ese ámbito”, denuncia Hoyos. También menciona la paralización de estudios y ensayos clínicos: “Hay proyectos que se rompen absolutamente por el hecho de que el médico se vaya a su casa”.

Por todo ello, el plan propone que estos profesionales puedan seguir participando en tareas formativas, investigadoras y organizativas desde una nueva figura jurídica: una asociación dentro del colegio, con estatutos propios y capacidad para firmar convenios con las consejerías de Salud y las gerencias provinciales. El objetivo es que cada colegio que lo desee pueda ponerlo en marcha según sus recursos e intereses, en un modelo coordinado desde la vocalía nacional.

“El proyecto no es ajeno al colegio. Está íntimamente relacionado con el colegio y con la vocalía provincial”, recalca Hoyos. Sin embargo, la vocalía, tal como está definida en los estatutos, no tiene capacidad jurídica para firmar convenios. De ahí la necesidad de crear asociaciones que canalicen legalmente esta colaboración.

Un proyecto basado en el altruismo


El carácter de los participantes sería voluntario y altruista, aunque Hoyos aclara que hay que prever aspectos logísticos: “Hay gastos, como el kilometraje, los seguros etc. Nosotros en Cáceres lo hicimos a través de la Diputación Provincial. En otros casos podrían implicarse entes autonómicos que estén involucrados en esta prestación”. En cualquier caso, insiste en que no hay ningún vínculo económico entre los médicos jubilados y la administración sanitaria en este proyecto.

El plan contempla además mecanismos de evaluación y seguimiento. “Dentro del convenio habría un seguimiento del proceso, de forma que cualquiera de las dos partes pueda romper el acuerdo si ve que no está funcionando”, explica.

Actualmente, el proyecto ya ha sido presentado ante la vocalía nacional y ha recibido el visto bueno de la Comisión Permanente de la OMC. “Lo presenté en mayo a los vocales y lo quiero llevar después del verano a la asamblea de presidentes de colegios para que lo conozcan en profundidad”, avanza Hoyos. Ya hay vocalías provinciales que lo están trasladando a sus respectivas juntas directivas para su valoración.

Se trata, en palabras de la propia representante, de “un plan ilusionante que creo que merece el colectivo de médicos jubilados y que puede ser muy beneficioso para ambas partes”. Y añade: “El médico, además de todo lo que da en este plan, también se va a sentir que forma parte del sistema. Va a poder acceder a las bibliotecas online, a los servicios del hospital. Sentirse parte del área de salud de una forma distinta, pero pudiendo seguir aportando”. “Es un plan abierto, un ‘pool’ dentro del amplio colectivo de médicos jubilados. Habrá quien quiera participar y quién no. Y ambas posturas son igual de respetables”, concluye. 
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