El ingeniero Juan Bautista explica cómo deben transformarse las infraestructuras hospitalarias ante la crisis climática

El ingeniero Juan Bautista explica cómo adaptar la infraestructura de los hospitales a la nueva situación climática
Juan Bautista Godoy, subdirector de gestión técnica del Hospital Universitario 12 de Octubre y vocal de la Coiim.


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La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado que la ola de calor que asoló a España el pasado mes de agosto fue la peor de la historia, con 1.149 muertes atribuidas. Las altas temperaturas agravan enfermedades previas, por lo que urge adaptar los espacios sanitarios ante la previsión de episodios más intensos y prolongados. En algunos hospitales, la experiencia juega en contra: el Hospital Universitario de Canarias (HUC), el mayor centro sanitario de la isla junto a La Candelaria, se vio gravemente afectado. Según denunció una trabajadora a través de sus redes sociales, en momentos puntuales se llegaron a alcanzar “los 40 grados dentro de la planta”. “Nuestros pacientes, inmunodeprimidos y en tratamiento, están con febrícula, sudando y sin poder descansar”, aseguró. El Servicio Canario de Salud admitió el problema, pero la solución no es sencilla. El edificio es demasiado antiguo como para instalar aire acondicionado en todas sus plantas. Y este no es un caso aislado.


Cómo adaptar los hospitales al cambio climático


Juan Bautista Godoy, subdirector de gestión técnica del Hospital Universitario 12 de Octubre y vocal de la Comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (Coiim), asegura a Redacción Médica que la red de hospitales de España cuenta con algunas infraestructuras antiquísimas, “auténticos trasatlánticos sanitarios en los que se ha ido invirtiendo poco en mejorar la eficiencia energética y que, por lo tanto, no están preparados para estas nuevas condiciones exteriores”. Por el contariom también "se cuenta con modernas infraestructuras, sensibles al cambio climático tanto en su diseño como en la implantación de sus instalaciones”, asegura.

Con todo, adaptar las infraestructuras a la nueva situación será clave para hacer frente al cambio climático. Ante esto, Bautista tiene clara cuál debe ser la hoja de ruta: “Debería de ir encaminada a optimizar el aislamiento térmico de la envolvente del edificio y disponer de cerramientos de los huecos mediante carpinterías correctamente instaladas en puertas y ventanas, así como el uso de carpinterías con rotura de puentes térmicos”, explica. “Otras acciones a tener en cuenta tienen que ver con garantizar un correcto funcionamiento en continuo y controlado de la climatización mediante equipos eficientes que garanticen resultados sostenibles”, agrega.

Ahora bien, el camino a seguir no solo tiene que ver con adaptar la estructura, también es necesario repensar los espacios. “Hay que definir los espacios según los usos, tratando de buscar para cada uno de ellos un equilibrio entre el confort y la funcionalidad. En términos generales, hay que tener en cuenta la orientación de los espacios, tratando de disponer de aquellos que sean luminosos para pacientes y familiares, eso sí, evitando la radiación solar directa mediante diseños arquitectónicos que lo permitan, así como el uso de elementos con rotura de puentes térmicos y el uso de vidrios aislantes térmicos de baja emisividad”, explica. Además, Bautista aboga por incorporar plantas técnicas intermedias que permitan reducir la distancia entre los equipos de climatización y las estancias que requieren condiciones ambientales más exigentes, como los quirófanos o las Unidades de Cuidados Intensivos.

Por otro lado, el papel de los fabricantes también es esencial en la adaptación al cambio climático. Su labor es clave para encontrar “nuevos materiales que permitan soluciones técnicas más eficientes con el objetivo de mejorar el aislamiento térmico de una manera sostenible, para que a su vez los constructores la puedan utilizar, teniendo en cuenta que estos materiales deben de cumplir con las especificaciones técnicas exigidas por el Código Técnico de la Edificación”. De forma simultánea, ya se está trabajando en la optimización de materiales ya existentes.


Actualizar la normativa, clave ante la nueva realidad climática


Los ingenieros industriales tienen la capacidad de aportar soluciones que integren tecnología, eficiencia y sostenibilidad, asegurando que las infraestructuras sanitarias estén preparadas para los retos climáticos del futuro. Bautista Godoy asegura que las acciones y cambios que se realicen deben trabajar por unos mismos objetivos: minimizar el impacto de las condiciones climáticas externas en el interior del edificio y garantizar, mediante sistemas de climatización modernos, que los espacios sean habitables y energéticamente efectivos, cubriendo así la última pieza del puzle: la eficiencia

Ahora, es necesario que su trabajo vaya acompañado de un cambio en la legislación. “Las condiciones exteriores de cálculo de diseño han ido variando respecto a hace unos años. Por ejemplo, un incremento de 2 ºC en la temperatura exterior respecto a los datos de diseño, por un lado, reduce considerablemente la eficiencia energética de las enfriadoras de agua, lo que afecta directamente a la potencia frigorífica suministrada y, por otro lado, este incremento de temperatura exterior provoca una disminución del rendimiento de las Unidades de Tratamiento de Aire. Esto supone que, para instalaciones existentes, cabe la posibilidad de que los cálculos de diseño originales no den respuesta a las condiciones exteriores actuales. Por ello, considero imprescindible que la normativa evolucione a la par que el cambio climático”, concluye.
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