Residentes y estudiantes de Medicina creen que España no está preparada: "Sería surrealista y beneficiaría a muy pocos"

El examen de Enfermería Comunitaria exhibe que "un MIR online es imposible"
Álex Mayer, vicepresidente de AME; y Luciana Nechifor, presidenta del CEEM.


19 dic. 2021 16:00H
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El Covid-19 ha acelerado la digitalización en todos los terrenos, pero continúa siendo todo un reto como se ha puesto de manifiesto en la realización de la prueba de acceso a Enfermería Familiar y Comunitaria. Un ejercicio celebrado telemáticamente que ha sido muy cuestionado y que cierra drásticamente la puerta a una ‘renovación’ del examen MIR.

Esta idea, la de migrar hacia un MIR puramente digital, no es nueva; ya la defendió años atrás el que fuera director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Carlos Moreno, allá por 2018. Además, Rodrigo Gutiérrez, predecesor de Carlos Moreno, aseguró en el plató de Redacción Médica que el MIR telemático era "una posibilidad". "Creo que si hacia algún sitio tiene que ir el MIR también es hacia un mayor peso también de las competencias digitales y, por qué no decirlo, lograr un MIR sin papel, tanto en la realización como en la gestión del mismo", destacó en el debate organizado por este periódico.

Sin embargo, tanto residentes como estudiantes de Medicina consideran que, después de algunos episodios que han acontecido en los últimos meses, como la “problemática” plataforma habilitada para la adjudicación de plazas MIR o el esperado examen de Enfermería, se ha evidenciado que Sanidad no cuenta con las herramientas ni el respaldo informático necesarios para dar este importante paso. De hecho, el actual director general de Ordenación Profesional, Vicenç Martínez, no se ha pronunciado acerca de la posibilidad planteada por su antecesor.

¿Es posible implantar un MIR digital en España?


Para Álex Mayer, vicepresidente de la Asociación MIR España (AME), un sistema que pueda sustentar un MIR telemático, en estos momentos, “no existe” o, al menos, “el Ministerio de Sanidad no dispone de él”. “Es complejo”, explica el residente, que recuerda los problemas que surgieron con la elección telemática de plazas y que, continúa, recibió el rechazo de la comunidad médica al completo. “Ya solo con la elección telemática del MIR ha habido muchos problemas porque era un sistema que no ofreció garantías. No es el momento de meterse en algo de este calado”, sostiene Mayer.

Al igual que la Asociación MIR España, los estudiantes de Medicina también se oponen “rotundamente” a la posibilidad de un ejercicio vía online. A este respecto, Luciana Nechifor, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), defiende que el inconveniente no solo reside en que el Ministerio de Sanidad no cuente con el soporte informático pertinente, sino que, además, considera que un examen “tan extenso”, con una duración de cuatro horas y media, provocaría “cansancio visual” y perjudicaría “notablemente” en el rendimiento de los aspirantes.

Por otro lado, la estudiante de Medicina remarca el “elevado” coste económico que conllevaría la implantación de un sistema que estuviera a la altura del “despliegue” de un examen al que se presentan miles y miles de egresados. “Además, habría que asegurarse de que todos los candidatos pueden realizar el examen”, continúa la presidenta de CEEM, insistiendo en que se tendrían que destinar recursos para asegurar un acceso igualitario a la plataforma habilitada.

Basándose en su propia experiencia, Nechifor recuerda las dificultades a las que tuvieron que enfrentarse los estudiantes durante la realización de los exámenes online en los momentos más duros de la pandemia, especialmente por problemas de conexión.


¿Cómo garantizar la seguridad en un MIR digital?


Tras la celebración de la prueba de acceso al título de Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria, no fueron pocos los opositores y profesores que denunciaron un presunto fraude cometido por varios aspirantes que copiaron y difundieron las preguntas a través de las redes sociales. Por ello, uno de los grandes ‘miedos’ de estudiantes y residentes ante la hipotética implantación de un examen MIR digital es la garantía de seguridad.

“Se tiene que asegurar que el aspirante no utiliza material que no está permitido que, en el caso del MIR, es ninguno; no puedes consultar nada durante el examen. De manera telemática, ¿cómo lo controlas? ¿Con cámaras?”, se pregunta el vicepresidente de la Asociación MIR España.

Por su parte, Luciana Nechifor apunta que, aunque el Consejo apela a la responsabilidad individual como futuro personal sanitario, son conscientes de que algunos candidatos podrían tratar de infligir las normas.

Por ello, tanto residentes como estudiantes coinciden en que un MIR ‘a la francesa’, en España, es “imposible”. “Nos queda grande y hay cuestiones más urgentes”, concluye la presidenta de los estudiantes. “Sería surrealista y beneficiaría a muy pocos candidatos”, apostilla el vicepresidente de AME.


¿Está preparada España para un MIR 'a la francesa'?


En 2018, tras tres años desde su planteamiento, las administraciones francesas digitalizaron las pruebas nacionales de especialización para médicos (ECN, por sus siglas en francés) que pasaron a convertirse en las pruebas nacionales de clasificación informatizadas (ECNi). A diferencia de nuestro país, el MIR francés consta de tres pruebas con una duración de tres horas cada una. Por un lado, un cuestionario de 18 registros clínicos; otra prueba con 120 cuestiones y, por último, 30 preguntas sobre artículos científicos en modo de comentario de texto.

Todas las pruebas se realizan con una tableta digital y el sistema exige que el candidato responder una pregunta para poder continuar con la prueba, sin tener opción de regresar a la página anterior.

Tal y como abordó este periódico, los principales motivos que llevaron a los Ministerios de Salud y Educación franceses a cambiar el modelo tradicional de examen de acceso a la especialidad médica fueron dos: económicos y formativos. En aquel momento, la conversión al modelo digital permitió el ahorro de 4 millones de euros, la publicación de los resultados definitivos se obtuvo en un plazo máximo de 10 días y se reciclaron más de 16.000 copias de papel.
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