José Curbelo, experto en la materia, advierte del riesgo de confiarse con los resultados de simulacros

"Comparar tus netas del MIR con el examen real te lleva a un error fatal"
José Curbelo, coordinador de la unidad de educación médica de la UFV.


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Los aspirantes al MIR 2026 deben tener cuidado con un “riesgo silencioso” que podría condicionar su preparación de forma crucial. Así lo advierte el médico y divulgador José Curbelo, experto en MIR y coordinador de la unidad de educación médica de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), que ha publicado recientemente un vídeo en el que alerta del peligro de interpretar mal la equivalencia entre netas obtenidas en simulacros y el número de orden final.

“La dificultad del último MIR cambió completamente el marco de referencia. El examen fue muchísimo más difícil, y eso modificó radicalmente la relación entre netas y número de orden”, explica Curbelo en entrevista con Redacción Médica. Según sus cálculos, una misma puntuación, por ejemplo, 99 netas, podría equivaler a un número de orden de 4.000 en 2025, pero a un 7.000 en 2024, si se repitieran los niveles de dificultad de cada convocatoria.

Simulacros: útiles, pero no siempre comparables


Buena parte de esta distorsión proviene, según Curbelo, del hecho de que los simulacros que actualmente utilizan muchas academias no reflejan todavía la dificultad del último MIR, ya que estos modelos debieron confeccionarse con poco margen tras el examen oficial de enero. “Aunque se han actualizado, probablemente siguen siendo algo más fáciles. Y ese pequeño detalle puede traducirse en una gran diferencia si te dejas guiar por ellos”, asegura.

“No es que los simulacros no sirvan. Son útiles. Pero no debes hacer el paralelismo directo de ‘con estas netas ya me da para esta plaza’”, insiste. De ahí que su principal recomendación sea la prudencia y el uso de referencias conservadoras, sobre todo para quienes aspiran a especialidades muy demandadas.

En el ejemplo utilizado en su vídeo, Curbelo toma como modelo Urología, que se agotó en torno al número 4.100 de orden en la convocatoria de 2025. Para un baremo de 7,5 puntos, ese puesto se podía alcanzar con unas 99 netas. Sin embargo, con ese mismo número de netas, en 2024 habría correspondido un 7.000. “Es un mundo completamente distinto”, subraya.

“Aunque te parezca que vas bien, puede ser un espejismo”


El mensaje de fondo es claro: tener 100 netas en septiembre no garantiza que se esté en condiciones de conseguir una buena plaza, si esas netas se han obtenido con simulacros más fáciles que el examen real. Y esto es especialmente relevante en los meses de preparación intensiva, donde muchos estudiantes comienzan a proyectar su posible rendimiento final en función de los resultados obtenidos en las academias.

“Lo dramático no es sacar pocas netas. Lo dramático es creer que vas bien cuando no es así. Que pienses que con 120 vas a conseguir un 3.000, y luego resulte que eran necesarias 140. Eso sí puede dejar fuera a muchos aspirantes que habían trabajado duro”, advierte.

Para evitar ese desajuste, Curbelo recomienda asumir un escenario más exigente, incluso aunque finalmente el examen oficial sea algo más fácil. “Si luego cae la dificultad, todo el mundo bajará en netas, pero tú habrás trabajado con una red de seguridad”, apunta.

Una estimación de 14.500 aspirantes para 2025


De cara a la próxima convocatoria, Curbelo estima que unas 14.500 personas se presentarán al examen, una cifra coherente con la tendencia de los últimos tres años, en los que ha aumentado progresivamente el número de inscritos. “En septiembre sabremos los admitidos provisionales y en noviembre se podrá afinar mejor la cifra final, pero no creo que difiera mucho de esa estimación”, afirma.

Ese incremento se debe tanto a la mayor cantidad de egresados en las facultades españolas como a la llegada de aspirantes extranjeros, que cada año representan un porcentaje creciente del total. Curbelo matiza, sin embargo, que el hecho de que en el último MIR varios extranjeros hayan obtenido puestos de élite (como dos candidatos rusos y una argentina entre los diez primeros) es una rareza estadística, no una tendencia consolidada.

“No ha pasado entre los 20, ni entre los 50, ni entre los 1.000 primeros. La gran mayoría de los mejores resultados los siguen logrando recién egresados de universidades españolas, con baremos muy altos”, aclara.

El mensaje: no te relajes


El preparador insiste en que su advertencia no pretende generar alarma, sino ayudar a que los aspirantes gestionen bien sus expectativas. “Tú no puedes controlar si el MIR será más difícil o más fácil, pero sí puedes controlar cómo te preparas y con qué referencias evalúas tu avance”, resume.

Comparar netas entre simulacros y convocatorias solo tiene sentido si la dificultad es equiparable, y eso, recalca, rara vez se cumple. Por tanto, el consejo es no confiarse si se obtienen buenas netas en septiembre, y trabajar pensando en que puede ser necesario un rendimiento superior.

“Muchos aspirantes pensarán que ya están dentro con 105 netas en otoño, cuando en realidad podrían necesitar 125. Y eso, si no se corrige a tiempo, puede pasar factura”, advierte.

En definitiva, para quienes se preparan para el MIR 2026, el mensaje de José Curbelo es claro: más vale pasarse que quedarse corto. Trabajar con objetivos exigentes no solo reduce el margen de error, sino que aporta seguridad cuando llegue el momento clave. “El partido acaba de empezar”, concluye.
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