Yared González Pérez, secretario del grupo Digifhar de la SEFH, y Ana Herranz, jefa de la sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
La transición hacia la información electrónica de los medicamentos en hospitales se presenta como un avance significativo tanto para la sostenibilidad del sistema sanitario como para la seguridad del paciente. Así lo han expresado dos expertos en Farmacia Hospitalaria en Redacción Médica, coincidiendo en que el prospecto electrónico refuerza la seguridad y el acceso a la información actualizada.
Y es que el Ministerio de Sanidad ha concluido con éxito el proyecto piloto para eliminar el prospecto en papel de los medicamentos en el ámbito hospitalario. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha liderado esta iniciativa, que comenzó en 2022 y que ahora está siendo evaluada positivamente por los profesionales.
Un modelo más sostenible
En este contexto, Yared González Pérez, farmacéutico de hospital y secretario del grupo Digifhar de la SEFH, comparte su visión sobre este cambio y sus implicaciones como experto en
gestión hospitalaria de medicamentos. Según afirma, la eliminación del prospecto en papel representa "una
evolución natural hacia un modelo más sostenible y alineado con la transformación digital del sistema sanitario". Destaca que, en el ámbito hospitalario, donde los medicamentos se manejan bajo supervisión profesional, "el acceso electrónico
facilita la actualización constante y evita versiones obsoletas". Además, considera que esta medida "representa un paso hacia la democratización del acceso a la información sobre medicamentos, armonizando esta medida con las políticas medioambientales".
El facultativo subraya también que la integración de la información con los distintos sistemas del hospital y la robotización "serán piezas clave para
garantizar la seguridad y trazabilidad en toda la cadena de información del medicamento, reduciendo errores y la necesidad de intervención humana". En la misma línea, Ana Herranz, jefa de la sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, asegura que el prospecto electrónico no supone "una carga adicional" para los facultativos, sino que "refuerza la seguridad, eficiencia y el acceso a la información actualizada de los medicamentos, contribuyendo potencialmente al ahorro de tiempo y a la reducción de errores".
Opinión de los farmacéuticos de hospital
Ya a finales de 2024, el grupo de trabajo de la Aemps, la SEFH y la Vocalía de Farmacia Hospitalaria del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (Cgcof) realizó una
encuesta a la que respondieron 174 farmacéuticos de hospital de 115 centros. Los resultados, dice Herranz, muestran que, "en prácticamente la totalidad de los casos, la incorporación del prospecto electrónico no ha tenido un impacto negativo en el trabajo diario de los profesionales".
De hecho, Herranz señala que "
el 91,4 por ciento de los farmacéuticos hospitalarios no accede al prospecto del medicamento", sino directamente a la ficha técnica "a través del Centro de Información de Medicamentos Autorizados (CIMA)". Mientras, "un 82 por ciento lo hace de forma diaria". Además, "el 70 por ciento considera que la incorporación del código Datamatrix favorece el uso seguro del medicamento por facilitar el acceso al prospecto electrónico y también por mejorar la
identificación del fármaco en su etiquetado primario hasta el punto de preparación o administración".
Impacto para el paciente
Desde el punto de vista profesional, señala que ya acceden habitualmente a la información a través del Centro de Información de Medicamentos de la Aemps, por lo que este cambio
impacta principalmente a los ciudadanos. Sin embargo, destaca que el verdadero avance estará en "integrar los datos del medicamento dentro del circuito asistencial, de forma que la información fluya entre los distintos sistemas y etapas del proceso: reposiciones, dispensaciones, administración". "Para mantener la filosofía de reducir tiempos, evitar errores y mejorar la calidad asistencial, será fundamental
homogeneizar y armonizar los datos del medicamento", explica. Esto permitirá "reforzar la trazabilidad y disminuir errores relacionados con la isoapariencia o con medicamentos de denominación o descripción similar". Si se logra optimizar este flujo digital de información, "se podrán minimizar riesgos y mejorar la seguridad del paciente", asegura.
Sin embargo, González Pérez advierte sobre los desafíos de depender exclusivamente de información electrónica: "El principal reto es la
dependencia tecnológica. Si no hay acceso a internet o el sistema falla, la información se vuelve inaccesible". También señala que puede haber dificultades de usabilidad para ciertos perfiles profesionales "menos familiarizados con herramientas digitales". Por ello, considera fundamental contar con
"planes de contingencia y una formación básica en el manejo de estos recursos".
Por su parte, Herranz reconoce que puede suponer una dificultad añadida a los mayores, pero, a la vez, indica que el prospecto electrónico "ofrece ventajas significativas respecto al formato en papel": "Permite realizar búsquedas rápidas, ajustar el tamaño de la letra según las necesidades del usuario e incluso utilizar herramientas de lectura en voz alta, mejorando así la accesibilidad y la comprensión de la información".
Trazabilidad y calidad asistencial
En este sentido, González Pérez apunta que
"facilitar el acceso a la información del medicamento sin profundizar las desigualdades derivadas del uso de la tecnología" es otro de los grandes retos a combatir. "
La alfabetización digital no es homogénea, y se debe garantizar que ningún paciente se quede atrás", afirma. Además, recalca que "no se puede perder de vista que el
papel del farmacéutico y del equipo sanitario es clave para acompañar, educar y garantizar una comunicación clara, adaptada a las necesidades del paciente", insiste. Desde esta perspectiva, asegura que "
el apoyo al paciente no debe centrarse únicamente en las personas mayores, sino en todos aquellos que puedan beneficiarse de nuevos formatos más atractivos y accesibles que faciliten el entendimiento y promuevan una comunicación verdaderamente inclusiva" .
Finalmente, sobre las ventajas de eliminar el prospecto en papel, el farmacéutico hospitalario enumera la "posibilidad de disponer de
información actualizada y validada en tiempo real, la reducción de residuos y costes de impresión, un menor riesgo de errores derivados de versiones desfasadas y un acceso más inclusivo gracias a formatos multilingües y adaptados". Además, si la información clínica del medicamento se integra de forma efectiva en los sistemas hospitalarios, "se podrán construir soluciones más seguras y sostenibles dentro del circuito del medicamento,
reforzando la trazabilidad y la calidad asistencial".
Las desventajas incluyen "la dependencia de la tecnología y la conectividad, la
existencia de una brecha digital entre pacientes y profesionales, la necesidad de garantizar la autenticidad y trazabilidad de las fuentes, así como la
pérdida del soporte físico como referencia inmediata" en determinados contextos. Por último, como dificultad extra, Herranz señala que el principal reto reside en "disponer de sistemas de información que permitan
la lectura y el acceso seguro a los códigos Datamatrix en todas las fases de la cadena de utilización del medicamento. Es fundamental que todos los servicios de farmacia hospitalaria cuenten con herramientas informáticas capaces de capturar y procesar la información contenida en los códigos GTIN/NTIN".
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