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15 sept. 2018 13:10H
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En plena canícula, un diario digital centrado en materias sanitarias publicó una nota, firmada por Ismael Ejarque Doménech, dedicada a la Genética Clínica. Al respecto, quisiera hacer algunas puntualizaciones.

Primera – El señor Ejarque califica la especialidad de biomédica, cuando el adjetivo genérico de todas las especialidades reguladas por el Sistema Nacional de Salud es sanitarias.

Por mi parte, no se trata de ser tiquismiquis en el uso inadecuado, incorrecto e inexacto del adjetivo calificativo “biomédica”, sino que se trata, una vez más, de salir al paso del intento de algunos médicos de apropiarse de una actividad interdisciplinar e interprofesional, la Genética Clínica, aunque sea por la vía de la semántica, para luego, una vez consolidado el uso del adjetivo “biomédica”, pasar al calificativo “médica”, expulsando así al resto de profesionales concernidos con la especialidad.

Algo parecido ocurre con la Salud Ambiental, secuestrada por la élite política de la profesión médica para sus “beneficiados”. Pero esto es harina de otro costal.

Segunda – El señor Ejarque afirma que la AEGH (Asociación Española de Genética Humana) reconoce que en la Genética Clínica confluyen tres tipos de actividades.

Considero que una afirmación tan rotunda debe ir acompañada de la referencia correspondiente (órgano de la AEGH que adoptó el acuerdo correspondiente y la fecha), máxime cuando no se es directivo de esa entidad y, sobre todo, por lo que paso a comentar.

Tercera – En lo que concierne a los tres tipos de actividades en el campo de la Genética Clínica, el señor Ejarque afirma que:

-La consulta de Genética Clínica, que debe ser responsabilidad de un profesional médico, por la propia naturaleza del trabajo que se realiza en una consulta (exploración física, determinación de pruebas diagnósticas complementarias…).”.

- “La enorme tarea de planear, ejecutar e interpretar los ensayos y test genéticos en el contexto de una actividad clínica.”.

- “La tarea del asesor o consejero genético, que no es un acto médico en el resto de Europa, sino que es una actividad que llevan a cabo diferentes profesionales (al margen de su titulación) con la experiencia y la formación necesarias para ayudar y guiar a los pacientes y familiares por las diferentes etapas del proceso.”.


Mis objeciones son las siguientes.

1 - ¿Qué diferencia hay entre la primera y la tercera tareas? “Consulta” significa dictamen que por escrito o de palabra se da o se pide a alguien sobre algo y “asesorar” significa dar consejo o dictamen.

La contradicción del señor Ejarque reside en que él atribuye la primera tarea a los médicos en exclusiva, mientras que su magnanimidad le lleva a que la tercera tarea puedan llevarla a cabo diferentes profesionales, así sin más. No se digna ni a citarlos, lo que puede ser significativo.

La ineludible necesidad que tienen algunos médicos en tener la exclusiva de actividades sanitarias lleva al señor Ejarque a no medir bien sus afirmaciones relativas al reparto de competencias profesionales.

2 - ¿A qué se refiere con la expresión “exploración física” en Genética Clínica? Si el señor Ejarque se refiere a la determinación de dismorfologías para evaluar fenotipos, entonces ya le aseguro que esa tarea la puede hacer igual de bien un biólogo. Algunos colegas míos se dedican a la Antropología biológica y, que yo sepa, la élite política de la profesión médica aún no les ha acusado de intrusismo profesional.

3 - ¿Qué profesionales son competentes en la segunda tarea

Desconozco si el señor Ejarque escribió su nota por su cuenta o es un movimiento de un peón en la larga
partida de ajedrez con que el Ministerio de Sanidad (el anterior y este) marea la perdiz con la Genética
Clínica. ¡Ya se verá!

La lectura del escrito del señor Ejarque me reafirma en lo que he manifestado en otras ocasiones (esta y esta): la práctica en Genética Clínica es transprofesional porque no implica ningún acto médico. El resultado de una consulta en Genética Clínica es como el resultado de un análisis clínico: sirve para que el médico decida el tratamiento a aplicar. Y esto ya es otra cosa distinta de la Genética Clínica.

Volviendo al fondo más último del asunto, lo que propone el señor Ejarque es la repetición de la estrategia de la élite política de la profesión médica, por medio de la cual lograron escindir la especialidad sanitaria de Inmunología en dos ramas, la médica (¡claro que sí!) y la del común de los mortales. Ahora solamente nos queda por ver cómo aplican la misma receta para el resto de especialidades sanitarias de Laboratorio Clínico.