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3 mar. 2015 20:02H
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Tras el artículo de opinión enviado por Juan Abarca, presidente del grupo hospitalario privado HM Hospitales de Madrid, en desacuerdo con las alegaciones de la Fadsp sobre el nuevo registro hospitalario de la atención especializada, quisiera comentar lo siguiente.

Comparto la opinión de la Fadsp con respecto a que el Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD), implantado hace cuatro décadas en EEUU, se trata de un buen registro para el sector sanitario privado, de ahí la enorme satisfacción que muestra la patronal, representada por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) y la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP), tras su aprobación. Pero el SNS no solo requiere de un sistema de registro que contenga datos, sobre todo administrativos, de cada ingreso o actividad aislada, sino que debe centrarse en el paciente y en su proceso, desde sus causas hasta su rehabilitación.

El nuevo registro debe permitir la codificación de los indicadores de calidad de los procesos asistenciales más relevantes, que favorezcan su explotación y su comparación entre los diferentes servicios de salud y con los estándares internacionales.

Debe servir para evaluar los beneficios y los efectos adversos de la atención sanitaria, de las innovaciones tecnológicas, y de los nuevos fármacos, y conocer las posibles causas del incremento de la carga de enfermedad en la población, no imputable únicamente a su envejecimiento, como se empeñan en asegurar, con el fin de beneficiarse de las consecuencias sin preguntarse por las causas. El envejecimiento de la población no explica el aumento de la incidencia de cáncer de mama o esclerosis múltiple en personas jóvenes o de la carga de enfermedad en niños. 

El nuevo registro debe ser transparente y estar accesible para los profesionales del sistema público, con el objetivo de facilitar la investigación dentro del propio servicio de salud y la elaboración de un diagnóstico de salud en cada área sanitaria, identificando las prioridades y las ineficiencias del sistema.

Sin embargo, la información sanitaria se encuentra actualmente en manos de las empresas privadas que gestionan la historia clínica electrónica y la receta electrónica, los laboratorios, la alta tecnología y la investigación biomédica, que les permite realizar estudios de mercado y patentar nuevos fármacos y dispositivos, ensayados en nuestra población e inaccesibles para los médicos del SNS.

Por eso les interesa cambiar para que nada cambie, por eso están tan satisfechos desde el sector sanitario privado, y por eso nosotros queremos prevenir una deriva más hacia la privatización de nuestro sistema sanitario público.

Luisa Lores, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

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