Querida Mónica:

Sean mis primeras líneas para darte mi más cordial enhorabuena y desearte mis mejores deseos en la gestión que te ha encomendado el Presidente del Gobierno en el Ministerio de Sanidad. Así que bienvenida a este tu sector profesional y político, sobre todo por ser del gremio, eso abre expectativas muy importantes.

En primer lugar, decir que no es totalmente exacto que sea un ministerio menor porque tiene sus competencias transferidas a las CCAA. Si bien es cierto lo anterior, no es menos cierto que lo realmente transferido son las competencias gestoras de la sanidad. La LGS conserva para el Ministerio, como bien sabes, la línea de coordinación e integración de las políticas sanitarias y establecer las bases de planificación general. Pero hay algo fundamental: establecer la suficiencia financiera para la totalidad del SNS, eso significa que la subsistencia del propio SNS está en manos del Ministerio, derivado de este contenido sería poder obtener que los fondos fueran finalistas para la sanidad, de tal suerte que las CCAA se vieran obligadas a un cumplimiento presupuestario de acuerdo a las partidas de mayor impacto en las demandas de la población.

Muchas son las tareas pendientes, quizá la más importante consiste en volver a airear al Ministerio tras una prolongada etapa de letargo, primero por la focalización que realizó la pandemia y luego por…. por… vamos a dejarlo en … bueno lo dejo. Digamos que se necesita el perfil de reanimación y no el de anestesia, de tu especialidad.

Te ruego, Mónica, que me permitas señalar algunas prioridades en la gestión sanitaria, habida cuenta de la delicada situación que tiene el SNS y que tú tan bien conoces, aunque sesgada por la anómala situación sanitaria de la Comunidad de Madrid. Lo hago, con respeto y prudencia, desde las publicaciones que durante varios años he venido realizando sobre el particular.

El primer paso consistiría en dotar de una estructura comprensible a los acuerdos de gobierno entre Sumar y el PSOE, tal como están es un listado un tanto sin sentido, son puntos deslavazados, con una redacción “peculiar”, lo dejo ahí.

Un aspecto de gran interés consiste en pensar sobre una organización nueva, ágil y que asuma lo mejor de estos años y recomponga esa organización de cara al futuro. El Consejo Interterritorial, con su actual organización, resulta insuficiente y aporta resultados escasamente homogéneos y muy irregulares. Una organización de tipo “corporación” aportará modernidad y flexibilidad, a la par que posibilita la autonomía de las CCAA, así lo defendimos Faustino Blanco y yo mismo en un artículo detallado sobre este menester.

Los recursos humanos precisan un marco obligatorio. En los cursos de gestión que he realizado siempre se pone como ejemplo el SNS como una empresa sin tener clara una política general de recursos humanos, lo que hace que fructifique el gremialismo y la fragmentación que hace escasamente útil la relación con colectivos tan diversos, con intereses muy diversos y, desgraciadamente, se potencian aspectos de confrontación escasamente edificantes, donde prima el corporativismo en vez de la funcionalidad, simplemente por esta razón ya es una prioridad elaborar una política coherente de recursos humanos. Clave es tratar la formación de los profesionales en los tres niveles: pregrado, postgrado y formación continuada.

Mucho se ha escrito sobre la complementariedad en la gestión público-privado. Fundamental es reconducir el debate: primero los recursos propios de gestión pública y después complementar con los recursos privados para completar la cartera de servicios. Complementar no es parasitar, ese peligro debe ser conjugado con una dirección clara y precisa.

En la política asistencial dos cuestiones fundamentales: poner en prioridad la Atención Primaria, desarrollando la estrategia correspondiente y exigiendo su cumplimiento por parte de las CCAA. El segundo punto corresponde a la Atención Especializada, será preciso realizar una revisión clara, pues no solo se refiere a la nueva función hospitalaria, sino a una nueva estructura de esa atención especializada que se acerque a la atención primaria y a la comunidad.

Las políticas sectoriales y transversales en las políticas de salud como: salud mental, la estrategia de salud mental, que tuve el placer de coordinar, es fundamental desarrollarla en las CCAA con realismo y decisión clara y rotunda. Otros temas como infancia y adolescencia y la salud de la mujer, toman pujanza y deben ser contempladas con prioridad.

En conjunto conforman una visión nueva y dinámica de la Salud Pública y de la epidemiología, aplicando las mejores enseñanzas obtenidas de la época de la pandemia, en cuanto a epidemiología, educación para la salud, prevención y promoción de salud y la, cada vez más necesaria, participación de la comunidad.

La renovación de los recursos técnicos y materiales del SNS precisan de una política clara. La negociación de la farmacia: reconocimiento de fármacos, precios de las medicinas, es de capital importancia; no es de recibo que un gran consumidor y comprador como es el SNS no realice una política de precios para comprar, no se puede comprar con el “pvp” general, sino que el precio debe ser negociado en base a ese gran comprador que es el SNS.
La inclusión de los nuevos procedimientos, incluida la digitalización de la sanidad, la utilización de los “big data” en sanidad, la importancia de la personalización de los procesos terapéuticos, son tareas que es preciso ir incluyendo entre las prioridades a un relativo corto plazo.

Como ves, Mónica, es una tarea amplia y compleja, no tienen tanta razón los que dicen que el Ministerio de Sanidad no tiene competencias.

Tienes por delante una apasionante tarea, te deseo un gran éxito gestor por el bien de todos nosotros.

Un abrazo para ti y otro para Sergio.