La Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) ha presentado la nueva campaña 2025-2027 United by Unique (unidos por lo único) que reclama un cambio fundamental en la atención oncológica y los sistemas de salud en todo el mundo hacia un enfoque centrado en las personas en vista del Día Mundial contra el Cáncer que se celebra el 4 de febrero de cada año.

Si bien la española AMAT (Asociación de Mutuas de Trabajo) prefiere el lema “Se podría haber evitado” para fomentar la prevención del cáncer en el ámbito laboral en el que el contacto con productos cancerígenos es un factor de riesgo específico.

Un factor de riesgo que se suma a los derivados de los hábitos no saludables como el consumo de tabaco que afortunadamente está disminuyendo en España, aunque no como convendría o el consumo de alcohol que lamentablemente se está incrementando.

Conductas que tienen mucho que ver con las condiciones de vida – laborales, domésticas y sociales-- de las personas que así se comportan, de modo que para modificarlas se necesitan intervenciones de carácter social, más allá de las medidas asistenciales –incluidas las preventivas-- del sistema sanitario.

Cómo las que se requieren también para prevenir y controlar la obesidad que es otro de los factores de riesgo de incidencia de algunos cánceres. En conjunto medidas del ámbito de la salud pública y de la salud comunitaria que deberían coordinarse con las actividades de prevención y de control oncológicas más sanitarias, entre las que destacan los cribados poblacionales, sobre todo de mama y de colon-- y la vacunación contra el virus del papiloma humano.


"La falta de una financiación estable de los registros poblacionales de cáncer compromete la puntualidad de los datos"



Actividades todas ellas que mejorarían sustancialmente si se dispusiera de registros poblacionales de ámbito estatal o por lo menos que los hubiera en todas las comunidades autónomas. En la actualidad la cobertura de la red de registros de cáncer es manifiestamente mejorable y, cómo señala el IARC -- la agencia internacional de investigación del cáncer de la OMS--: “Los registros de cáncer basados en la población son el estándar de oro para medir la carga de cáncer de un país, ayudando a los responsables de las políticas a establecer prioridades y planificar las tendencias emergentes. Proporcionan información que ayuda a dirigir los recursos, tanto materiales como humanos, hacia donde más se necesitan. Pueden informar el diseño de programas de prevención, detección y tratamiento personalizados. También desempeñan un papel crucial en la investigación del cáncer, facilitando estudios sobre diagnóstico, tratamiento, equidad en la salud y supervivencia. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos esperan combinar los datos clínicos con los resultados informados por los pacientes para mejorar la atención de supervivencia, mientras que la Comisión de Cáncer de Mama de The Lancet pidió que los registros monitoreen las recaídas en las personas con cánceres metastásicos. Esas mejoras tienen el potencial de promover una atención más inclusiva”.

Según REDECAN: “La Red Española de Registros de Cáncer se creó en 2010 con el objetivo de coordinar y garantizar la calidad y comparabilidad de los datos recopilados por los quince registros poblacionales de cáncer existentes y por el Registro Español de Tumores Infantiles. La distribución de los registros poblacionales de cáncer no es aleatoria, sino que se concentran en comunidades autónomas y provincias relativamente pequeñas para las que la recogida de datos es más accesible. Las desigualdades en la distribución de los sistemas de información contribuyen a la existencia de lagunas de conocimiento sobre el desarrollo epidemiológico del cáncer en determinadas zonas, lo que dificulta una evaluación adecuada de las políticas específicas, como los programas de cribado de cáncer. Sin embargo, la pandemia de covid-19 ejerció presión financiera sobre el Sistema Nacional de Salud y se transfirieron recursos a escala nacional y autonómica para gestionar la crisis. La falta de una financiación estable de los registros poblacionales de cáncer compromete la puntualidad de los datos”.

Una situación que la existencia de la todavía postergada agencia de salud pública debería ayudar a mejorar, lo que permitiría conocer mejor las particularidades de las enfermedades cancerosas y sobre todo podría incrementar la efectividad, la eficiencia y la equidad de las intervenciones de prevención y de control del cáncer en España.