Se dice que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra y, la verdad, vamos camino de demostrarlo de nuevo. Hace unos meses, allá por febrero, veíamos venir la pandemia de la Covid-19 y la miramos como de reojo, pensando que eso no iba con nosotros, que era cosa de China, que aquí solo tendríamos algún caso importado.

Pero llegó a Italia, se nos acercó a nuestro primer mundo. Los compañeros italianos nos avisaron, nos dijeron “estad preparados que esto es una catástrofe”, no lo hemos vivido nunca. Y seguimos mirando de reojo, mirando hacia otro lado. Y la pandemia nos llegó, nos arrasó, colapsó el sistema sanitario, ha ocasionado más o menos, olvidemos las cifras “oficiales”, unos 40.000 muertos y cientos de miles de infectados.

Todos nos llevamos las manos a la cabeza, nos alarmamos, hemos visto de cerca la tragedia, hemos sufrido con nuestras familias, con y por los pacientes. Conocemos bien los estragos que ocasiona y sabemos que nos faltó previsión, organización y liderazgo. Lo del “mando único”, que si ahora sí, que luego mejor que no, “mejor te dejo a ti que me da la risa”. Vivimos sumidos en un verdadero caos la pandemia, salimos de ella malheridos, nos estamos levantando y afrontamos la segunda de las crisis, la socioeconómica, que será tan trágica como la sanitaria, si no lo es aún más.


"Se da la razón a los que pedíamos mejoras y refuerzo de la Atención Primaria y Salud Pública; se entiende que esto debe ser básico, pero no se ponen recursos, no hay 'presupuestos finalistas', solo buenas palabras y pocas acciones"


En estas semanas se ha hablado mucho de lo sucedido, se han planteado problemas y soluciones, se ha realizado un acuerdo en el propio Congreso de los Diputados, los grandes partidos suscriben un acuerdo para la reconstrucción, en el que una gran parte es referente a la Sanidad. Un acuerdo en que la dificultad para alcanzarlo era solo ideológica y de modelo de Sanidad. Y, al menos, en esta ocasión parece que todos han cedido en parte para lograr un pacto de mínimos. Eso sí, ceder parte de las competencias a un mando único, hacer política coordinada ante catástrofes, reconocer que a veces es mejor la unión y la fuerza que la cuestión identitaria, eso lo dejamos para otra ocasión o, mejor, para nunca.

Se da la razón a los que pedíamos mejoras y refuerzo de la Atención Primaria y Salud Pública; se entiende que esto debe ser básico, pero no se ponen recursos, no hay “presupuestos finalistas”, solo buenas palabras y pocas acciones. Y estamos cansados de escuchar cantos de sirena, de ser aplaudidos y luego olvidados.

Aquello de pasar de “héroes a villanos” que todos veíamos, se está cumpliendo. De nuevo somos objeto de “planes”, “libros blancos”, sesudos estudios, etc. Pero hechos, ninguno. Seguimos sin una Primaria reforzada, seguimos con una Salud Pública en mínimos, CCAA con escasos rastreadores, y en situación de alerta sin recursos suficientes.

Vemos nuevos casos, nuevos brotes y cómo los perfiles de los pacientes son algo diferentes. Es fundamental que los nuevos casos sean diagnosticados precozmente por sus Médicos de Familia, seguidos por ellos y notificados a Salud Pública para su estudio de contactos, aislamientos preventivos, etc. Y todo ello requiere recursos, en este caso sobre todo recursos humanos, y, por desgracia, de estos hay pocos, muy pocos.

Y, para terminar, me contesto a mi propia pregunta. ¿Tropezaremos dos veces en la misma piedra? Lamentablemente creo que sí. Espero y deseo equivocarme; sería una equivocación que, si se produce, reconoceré con gran alegría.