La sanidad privada valenciana ha vivido su particular la historia de David y Goliat. Al igual que en el pasaje bíblico, el pequeño (interpretado por los propietarios minoritarios de Nisa) han vencido al grande (en este caso, Vithas), en este caso, por hacerse con el control del grupo. De nada ha servido que la familia Gallardo haya ofrecido “el oro y el moro” a los accionistas para que se fueran con ellos, tal y como confirman fuentes de la negociación a este medio. Vithas se ha quedado a medio camino de conseguir ese 51 por ciento necesario para hacerse con el control de la compañía y deja con la miel en los labios a los Gallardo, que no podrán –de momento- convertirse en el segundo grupo sanitario privado más importante del país…
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