A Carlos Mayordomo, que ya tiene un despacho asignado en el hospital de La Ribera como posible futuro director médico del centro una vez que este sea gestionado directamente por la Consejería de Carmen Montón, no le gusta que el grupo defienda con datos su gestión. A pesar de las cifras oficiales de listas de espera (menores que en cualquier hospital de gestión pública) o las auditorías (también públicas) que acreditan una mejor eficiencia del modelo concertado, Mayordomo prefiere embarrar los argumentos hablando de propaganda del grupo sanitario. Tanto es así, que se presentó en una asamblea ciudadana para comparar a Ribera Salud con el aparato de propaganda de Adolf Hitler, un exceso propio de quien quiere defender una postura política, ahora sí, sin más datos que la ofensa…
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