Facultativos plantean soluciones frente al colapso que viven y hablan sobre cómo regular su acceso a los pacientes

Sanción "económica o de otro tipo" por mal uso reiterado de las Urgencias
Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario General de Villalba, y Eva Pascual, pediatra en Urgencias.


31 may. 2022 16:25H
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POR ROCÍO LÁZARO
¿Hay que regular las Urgencias? ¿Es necesario poner en marcha una normativa nacional que establezca el acceso a ellas? Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario General de Villalba, y Eva Pascual, pediatra en Urgencias, responden e intentan plantear soluciones a este problema que cada vez preocupa a más profesionales sanitarios.

“Una de las características de los servicios de urgencias, además de su inmediatez, es que suponen una puerta de entrada al sistema sanitario abierta para cualquier persona que la necesite”, explica Pascual a Redacción Médica, añadiendo que “regular este acceso mediante normativa nacional o copagos sería un error”. “Dejaría sin acceso al sistema a mucha gente que lo necesita”, subraya.

En cuanto a las soluciones que señala Pascual para regular este servicio y definir qué son urgencias de lo que no, afirma que “lo más efectivo sería hacer programas educacionales a la población general, fomentar el autocuidado y la autorresponsabilidad, pero dejar siempre abierta la puerta de las urgencias para quién lo necesite”.

Pascual reconoce que la solución no pasa por limitar accesos, sino por enseñarles a interpretar bien cuando necesitan hacer uso de ese acceso”. “Hay que trasladar al paciente su parte de responsabilidad en un SNS que sostenemos entre todos”, explica. Además, la facultativa incide en la importancia de “la buena gestión”. “Los recursos y sus costes deben ser conocidos por la población general”, afirma, admitiendo que “una medida útil sería emitir facturas informativas simbólicas una vez que se ha hecho uso de un servicio sanitario”.


Eva Pascual: "Hay que trasladar al paciente
su parte de responsabilidad en un SNS
que sostenemos entre todos"



En relación a cómo se puede introducir la educación sanitaria en pacientes, Pascual asegura que hay muchas formas. “Cursos específicos, campañas publicitarias o la colaboración de los medios de comunicación, que tienen la capacidad de llegar a buena parte de la población”, específica la facultativa, y reconoce que “la educación sanitaria a la población general es una de las cosas que más efecto tendría en el buen funcionamiento del sistema sanitario”.  “Ahora mismo debería ser una de las prioridades de los gestores”, apunta.

¿Cómo regular el acceso a las urgencias hospitalarias?


Asimismo, Roi Piñeiro también afirma “no estar a favor del copago por el uso de las urgencias hospitalarias”. “Ningún sanitario de este país aceptaría el hecho de un retraso diagnóstico y terapéutico significativo por el hecho de que una familia no quisiera consultar su dolencia por miedo a una represalia económica”, asegura a este periódico. Sin embargo, y a pesar de estar en contra, “hay que tener en cuenta que muchos países europeos han conseguido regular el uso de las urgencias mediante el copago, cada uno a su manera, y con diferencias muy importantes entre unos y otros”.

Además, Piñeiro admite que “ante esta realidad, establecer un copago obligatorio haría que pagaran justos por pecadores”. “Es normal que la población se asuste y acuda a urgencias, y ahí debemos estar los sanitarios para tranquilizarlos”, asegura, dejando claro que “cuando a la población se le pide no saturar los servicios de urgencias por alguna eventualidad lo entiende perfectamente”.

Por tanto, tal y como afirma el facultativo, “no se trata de acusar a toda la población porque la mayoría utilizan los servicios públicos de salud de una forma lógica y apropiada”. No obstante, “tampoco se trata de normalizar el abuso reiterado de otra parte de la población y que este acto quede bajo la más absoluta impunidad”. Además, Piñeiro admite que “los pacientes más graves ven limitada su atención porque los sanitarios se tienen que dedicar a atender más de un 80 por ciento de cuadros banales”. “Para mitigar este problema, se crearon los sistemas de clasificación (triaje), pero dichos sistemas también se saturan”, asegura.

Por esta razón, propone varias medidas para regular estas situaciones. “Detectar a los ciudadanos que una y otra vez utilizan mal el sistema público y ser reprendidos por ello”, plantea Piñeiro. ¿Cómo? “Mediante una sanción económica o de otro tipo”, afirma, preguntándose que si “el abuso de otros servicios públicos no es impune, ¿por qué el mal uso de los servicios de urgencias hospitalarios sí lo es?”.


Roi Piñeiro: "El copago obligatorio no es
la solución, solo haría pagar
a justos por pecadores"



Otra opción que plantea el jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Villalba es “recuperar las consultas no presenciales, esas que tanto utilizamos durante la pandemia y ahora hemos olvidado por completo”. “Apostemos de nuevo por ello, como sociedad tenemos otras formas de evolucionar sin necesidad de llegar a la sanción”, admite.

Por último, Piñeiro afirma que “ojalá dentro de 20 años pueda echar la vista atrás y ver que en el fondo muchas cosas no han cambiado, que seguimos teniendo un sistema de salud universal que no depende del dinero que tengas en tu cuenta”. Sin embargo, también espera que “estemos a tiempo de controlar y regular el uso de los sistemas de salud por parte de los ciudadanos”.  “Demos tener siempre presente que los pacientes también tenemos obligaciones y no solo derechos”, concluye.
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