Las investigaciones españolas se citan menos que las de otras potencias

El informe 'La innovación española en el contexto de la Unión Europea' analiza el papel de España en la ciencia de la UE
Las investigaciones farmacológicas de España se citan menos que las de otras potencias.


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Durante las dos últimas décadas, la Unión Europea ha ido perdiendo peso en el escenario global, tanto en términos económicos como científicos y tecnológicos. Factores estructurales, decisiones políticas y crisis sucesivas han debilitado su cohesión interna y su proyección exterior. La ampliación de 2004, aunque histórica, aumentó la heterogeneidad del bloque, mientras que la crisis financiera de 2008 y la posterior crisis de deuda dañaron su imagen como modelo económico. En este contexto, en l plano de la innovación, Europa ha perdido terreno frente a potencias como EEUU. y China. España debe ahora trabajar para contribuir a la recuperación de la posición europea. No obstante, es importante poner el foco en fomentar una renovación cultural profunda. Ya que, como recoge el informe La innovación española en el contexto de la Unión Europea, publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), las investigaciones farmacológicas de España se citan menos que las de otras potencias europeas como Francia o Alemania.


El papel de las investigaciones españolas en el marco de la UE


Desde su entrada en la Unión Europea en 1986, España ha realizado grandes avances en ciencia e innovación, aunque aún persisten brechas importantes respecto a las grandes potencias del bloque. Así, en 1986 el gasto español en I+D era veintitrés veces inferior al de Alemania y catorce al de Francia. También la inversión del sector empresarial en investigación (BERD) era muy reducida en comparación con el peso que tenía en países como Alemania, Francia o Italia.

Pese a esta situación inicial, el esfuerzo nacional en I+D ha crecido de forma sostenida en este siglo, superando los 22.000 millones de euros en 2023. Este incremento se ha traducido en un mayor volumen de publicaciones científicas, que permiten ya una comparación significativa con países de referencia. Hoy, España publica más del 50 por ciento de los artículos científicos que Alemania y el 80 por ciento de los que produce Francia, pese a invertir mucho menos en I+D.

Informes como el European Innovation Scoreboard y el Global Innovation Index coinciden en señalar que España es un país “innovador moderado”, con carencias en inversión empresarial en I+D, en número de pymes innovadoras y en empleo vinculado a la innovación. Aunque la calidad de la ciencia española es comparable a la de los grandes países europeos, persisten debilidades estructurales: menor actividad empresarial basada en conocimiento y escasa demanda en sectores como la ingeniería o la biotecnología. España sigue basando su desarrollo en ventajas no tecnológicas, lo que plantea la necesidad urgente de fomentar una cultura de innovación más profunda y extendida.

España continúa lejos de Alemania y Francia, tanto en volumen de publicaciones como en impacto económico de sus investigaciones. En ambos países, la investigación se orienta en mayor medida hacia aplicaciones industriales complejas o tecnologías intermedias, ligadas a sectores tradicionales, lo que eleva los costes y reduce la productividad medida en número de artículos. Además, el mayor volumen de citas que reciben las publicaciones alemanas y francesas en campos como Ingeniería, Bioquímica o Farmacología sugiere una mayor repercusión científica en áreas clave.

En ese sentido, aunque España obtiene buenos resultados en producción científica de calidad, todavía hay margen de mejora en esas áreas. A pesar de que las publicaciones españolas compiten razonablemente bien en calidad con las de los grandes países europeos, la menor inversión y el reducido impacto económico limitan su capacidad para estimular innovación. Frente a ello, la apuesta por reforzar la colaboración público-privada y orientar la ciencia hacia aplicaciones industriales será crucial.
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