El presidente del Comité de Seguridad Transfusional atiende a Redacción Médica en el Día de la Donación de Sangre

 Miguel Ángel Vesga, presidente del CSST, afirma que España está a un lustro de la autosuficiencia de plasma.
Miguel Ángel Vesga, presidente del Comité Científico para la Seguridad Transfusional (CCST).


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Uno de los puntos de conveniencia entre las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, que también los hay, tiene que ver con la necesidad de incentivar la ampliación de los depósitos de plasma, especialmente durante los meses del verano, en los que acostumbran a flaquear las donaciones. El objetivo es que España sea autosuficiente y deje por tanto de depender de terceros países para disponer de este componente de la sangre esencial, por ejemplo, para pacientes con patologías hepáticas o renales graves o quemaduras extensas. Esa meta está aún algo lejana, aunque en el sector hay buenas expectativas.

“Tardaremos cuatro o cinco años en lograrlo”, calcula Miguel Ángel Vesga, presidente del Comité Científico para la Seguridad Transfusional (CCST), que atiende a Redacción Médica con motivo del Día Mundial de la Donación de Sangre que se celebra este 14 de junio. Según el facultativo, para alcanzar una “suficiencia razonable” de plasma se necesitan aproximadamente 300.000 litros anuales ‘extra’ de este componente, en el que están suspendidos los glóbulos rojos, los leucocitos y las plaquetas. Para eso, continúa, será necesario ahondar en campañas de comunicación para que no se reduzca el número de donantes.

Parte del camino ya está andado: “Hasta hace poco, en las comunidades autónomas el objetivo fundamental era la donación de sangre convencional -explica-. Pero, poco a poco, ha habido un cambio de mentalidad y las instituciones han ido incorporando campañas de captación y nuevas unidades en las que se puede donar plasma”. Esta evolución ha precisado también de formación de personal y adquisición de equipos. Y en dicho proceso ha jugad un papel destacado el Ministerio de Sanidad, que “ha hecho un esfuerzo importante para estimular la donación con nuevos recursos para las autonomías”. En concreto, apunta a una inyección de 12 millones de euros en los últimos años.

"Desconocimiento" sobre la donación de plasma


Respecto a las causas que aún frenan la donación de plasma, Vesga apunta primeramente a un cierto “desconocimiento” de la ciudadanía. “Casi todo el mundo asocia la donación de sangre a la tradicional, y ahí hay que insistir mucho para que se conozca que existen otros tipos de donación, como la de plasma, que es sencilla, no tiene complicaciones y hoy día es esencial”.

Entre otros usos, el plasma sirve para transfusiones a pacientes con problemas de coagulación o el tratamiento de enfermedades hematológicas. También es útil para la elaboración de medicamentos de hemofilia, enfermedades neurológicas e inmunodeficiencias primarias, así como para compensar niveles de albúmina bajos en pacientes con importantes infecciones, enfermeros renales o grandes quemados.

Por otro lado, el también director del Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos de Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, lamenta que aunque el acto mismo de donación es sencillo, para realizarlo “se necesitan unos equipos bastante grandes y difíciles de transportar. Por ello, la mayoría de las colectas se hace en unidades fijas. 

Añade Vesga que, en cualquier caso, “tampoco se puede descuidar la donación de sangre”. Estamos en una población envejecida, y en momentos críticos del año, como puede ser el verano, la prioridad absoluta debe ser la donación”, zanja.

¿Cuánto plasma se dona en España?


También el Ministerio de Sanidad hace hincapié en la necesidad de aumentar las donaciones de plasma “para obtener medicamentos que son vitales para la supervivencia de muchos pacientes”. Por ello, se anima a los donantes habituales, y a aquellos ciudadanos que se encuentren bien de salud, a que donen plasma a través de plasmaféresis.

En España el 71,8 por ciento de las donaciones de aféresis fueron de plasma (plasmaféresis), que se realizan mediante un equipo estéril de un solo uso. Con una sola punción separa el plasma por centrifugación, devolviendo al donante el resto de los componentes sanguíneos.

“Es una técnica segura, sencilla y no ocasiona mayores molestias que las de una donación de sangre convencional. Además, tiene la ventaja de permitir mayor frecuencia de donaciones, y se puede alternar con la donación de sangre”, apunta.
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