Los Servicios de Urgencias, indefensos ante sustancias que incluso un test de orina no detecta



1 dic. 2011 22:57H
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María Márquez / Imagen: Adrián Conde. Madrid
Desde 7 a 40 euros, cualquier adolescente puede comprar un gramo de una gran variedad de ‘drogas emergentes’ en 600 páginas web que en su mayoría camuflan esta venta a través de productos químicos, abonos, cactus o incluso sales de baño. Así lo ha revelado Magí Ferré, catedrático de Farmacología Clínica de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), durante la presentación del informe de la Comisión Clínica sobre ‘drogas emergentes’. Más de 60.000 estudiantes (3,5 por ciento) de entre 14 y 18 años confiesan haber probado “alguna vez” este tipo de sustancias, un dato que sin embargo no sitúa a España en una situación de “alarma sanitaria”, tal y como ha explicado la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), Nuria Espí.

De izquierda a derecha, Magí Ferrer, catedrático de Farmacología Clínica de la UAB; Nuria Espí, delegada del Gobierno para el PNSD, y Manuel Sanchís, vocal asesor del Gobierno para el PNSD.

El factor moda es determinante a la hora de calibrar el consumo de este tipo de drogas que, según los expertos, aumentan casi diariamente pero siempre a partir de sustancias químicas parecidas, que en su mayoría proceden de ensayos de fármacos desechados por los laboratorios. En el momento actual, son tres las que cuentan con un mayor éxito: setas 'mágicas', ketamina y el spice. Tanto Ferré como Manuel Sanchís, especialista en Medicina Interna y vocal asesor del Gobierno para el PNSD, han insistido en que si bien “no hay una preocupación sociosanitaria” por la importancia de estas ingestas a nivel general, sí es relevante el impacto del policonsumo (alcohol etc). Para Espí, el riesgo es que se trata de "una franja de edad muy delicada, no tienen ni idea de lo que toman ni de las consecuencias para su salud, y son sustancias a las que tienen fácil acceso”. En esta línea, la venta on-line se presenta como la mejor aliada incluso para los más jóvenes, con productos procedentes de China o India cuyo precio aumenta proporcionalmente al nivel de prohibición con el que cuente la sustancia.

‘Dragonfly’, entre las más peligrosas

Desde la perspectiva médica, Ferré también ha subrayado la indefensión de los profesionales de los Servicios de Urgencias que puedan recibir a jóvenes afectados por sus efectos (incluso en coma), ante los que “no saben muy bien qué ocurre porque es un fenómeno muy nuevo, además de que muchas veces, los tests de orina no salen positivos”. Entre las sustancias más peligrosas, ambos expertos han señalado el ‘dragonfly’, con efectos de “experiencias extracorpóreas” similares al LSD, tan potentes que obliga a su consumo en microgramos, lo que a su vez incrementa el riesgo de "consecuencias muy graves" para el consumidor.


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