Fachada de un edificio de Muface.
La posible incorporación de los funcionarios adscritos a
Muface al Sistema Nacional de Salud (SNS) ha sido uno de los focos de preocupación durante las últimas semanas, tras la decisión de
Asisa,
Adeslas y
DKV de dejar desierta la licitación del concierto para 2025-2026 el pasado 5 de noviembre. Se trata de una probabilidad que, de llegar a materializarse, supondría un cambio histórico en la gestión sanitaria pública, ya que precisa contar con una
digitalización de historiales clínicos, y con un refuerzo de la Atención Primaria. Este proceso plantea un
reto administrativo sin precedentes, que requeriría más recursos humanos y materiales para garantizar una transición fluida y una asistencia sanitaria equitativa. Para comprender mejor como funcionaría esta transformación,
Redacción Médica ha consultado a la
Asociación de Administrativos Sanitarios (AAS), que ha dado una visión general sobre cómo gestionar situaciones de este calibre.
En concreto, una de las cuestiones principales que plantea la
desaparición de Muface tiene que ver con la
incorporación de historiales clínicos de pacientes más bien en edad avanzada, que pueden haber pasado por diversas consultas y no contar con un conjunto de datos unificado y fácil de
traspasar al sistema público. Es por esto que expertos en la materia consideran que un cambio de este tipo, ya sea la supresión del modelo mutualista, o similar, obligaría a dotar de nuevas herramientas y recursos a los profesionales de la sanidad pública.
Sanidad estudia la incorporación de funcionarios al SNS
Recientemente, el
Ministerio de Sanidad ha publicado un informe que plantea, precisamente, la incorporación paulatina de los
mutualistas de Muface al SNS, poniendo sobre la mesa un desafío sin precedentes en la
gestión administrativa y sanitaria. La iniciativa, surgida tras la
licitación desierta para el concierto 2025-2026 y las crecientes tensiones presupuestarias con las aseguradoras privadas, ha abierto el debate sobre cómo gestionar un sistema de traspaso masivo de pacientes y expedientes al público.
Muface, que actualmente
ofrece asistencia sanitaria a cerca de 1,5 millones de funcionarios a través de aseguradoras privadas, se enfrenta a un punto de inflexión. El modelo, descrito por Sanidad como “insostenible, inequitativo e insuficiente”, está en jaque tras la
falta de acuerdos para renovar el concierto sanitario, ya que las aseguradoras consideran el presupuesto propuesto por el Gobierno (que ofrecía aumentar la prima un 17,2 por ciento) como insuficiente.
E
l envejecimiento de los mutualistas y el aumento de tratamientos de alto coste han agravado la situación del posible traspaso. Ante este escenario, el Gobierno baraja una
prórroga del concierto durante nueve meses en 2025, al tiempo que trabaja en un plan para la integración progresiva de los mutualistas al sistema público.
Digitalización y continuidad asistencial para el traspaso mutualista
Como se mencionaba, uno de los principales
retos del traspaso sería la transferencia de los
historiales clínicos de los mutualistas a los sistemas del SNS. Según la AAS, a pesar de que es conocido que los Servicios de Salud disponen en la actualidad de
historias clínicas electrónicas, se desconoce cómo están estos antecedentes en el ámbito de Muface.
Eso plantea un escenario en el que
los historiales de los mutualistas podrían no estar digitalizados. En ese caso, el SNS tendría que asumir esa tarea, lo que requeriría una
inversión en tecnología y recursos humanos especializados. Además, sería esencial garantizar que la continuidad asistencial sea prioritaria, especialmente para pacientes en
tratamientos complejos o crónicos, quienes, según el plan ministerial, serán los últimos en ser transferidos al SNS.
En concreto, en esta línea, el informe de sanidad señala que “
poner al paciente en el centro a la hora de llevar a cabo la transición puede reducir los posibles errores y favorecer el aprovechamiento de las virtudes del SNS, tales como la presencia de la
Atención Primaria”.
Un nuevo recorrido sanitario para los mutualistas
El cambio también implicaría un
ajuste en la dinámica asistencial de los mutualistas, acostumbrados a un modelo basado en aseguradoras privadas. Según la AAS, “los usuarios de
Muface tendrán que iniciar su 'recorrido sanitario' a través de la Atención Primaria pública, algo a lo que no están acostumbrados”.
Esto precisaría, a su vez,
reforzar los recursos de este nivel asistencial, ya saturados en muchas comunidades autónomas, y garantizar una adecuada gestión de citas y derivaciones para evitar el colapso de los servicios.
Además, la
incorporación de los mutualistas al SNS no sería posible sin un incremento de recursos, tanto materiales como humanos. “La sanidad pública tendrá que
incrementar recursos materiales y humanos para asumir a los usuarios de Muface”, apunta, desde la AAS. “Es verdad que no es fácil en la situación actual, con
escasez de algunos profesionales sanitarios, pero no imposible”, explican.
Entrada de los funcionarios en el SNS
El
traspaso de los mutualistas representa un desafío logístico de gran magnitud que, según los expertos, requeriría una
planificación meticulosa. La creación y aplicación de un “plan de transición y continuidad” sería fundamental para garantizar que los pacientes crónicos y complejos puedan ser atendidos con normalidad desde el primer momento.
En este sentido, Sanidad ya contempla
transferir a las comunidades autónomas el presupuesto destinado al concierto de Muface, con carácter finalista, durante los primeros tres años. Este dinero deberá invertirse en reforzar los servicios autonómicos para adaptarlos a la nueva realidad asistencial.
Por último, desde la AAS, respaldan la propuesta del
Ministerio de Sanidad, calificando el modelo actual de Muface como “obsoleto”. Asimismo, destacan la importancia de que “quienes gestionan lo público deben ser atendidos en la sanidad pública”.
“Este cambio supondría una
nueva situación para los administrativos sanitarios que realizamos nuestras funciones en la sanidad pública y que, sin duda, deberá contar con nuevas herramientas y quizás con la ampliación de más recursos materiales y humanos”, añaden.
Un modelo con lecciones para el futuro
Aunque la
situación de Muface es única, los expertos coinciden en que este proceso puede sentar precedentes para gestionar futuras integraciones de pacientes o
migraciones de información en el SNS. La digitalización, la colaboración interadministrativa y la inversión en personal serán claves para garantizar el éxito de este ambicioso proyecto.
En definitiva, el reto no solo reside en
garantizar la calidad asistencial a los mutualistas, sino también en
fortalecer un SNS que deberá adaptarse para absorber a una población significativa sin comprometer su sostenibilidad.
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