Expertos descifran las claves administrativas para que el SNS pueda absorber a 1,5 millones de funcionarios

Claves administrativas para integrar mutualistas de Muface en el SNS
Fachada de un edificio de Muface.


7 dic. 2024 12:30H
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La posible incorporación de los funcionarios adscritos a Muface al Sistema Nacional de Salud (SNS) ha sido uno de los focos de preocupación durante las últimas semanas, tras la decisión de Asisa, Adeslas y DKV de dejar desierta la licitación del concierto para 2025-2026 el pasado 5 de noviembre. Se trata de una probabilidad que, de llegar a materializarse, supondría un cambio histórico en la gestión sanitaria pública, ya que precisa contar con una digitalización de historiales clínicos, y con un refuerzo de la Atención Primaria. Este proceso plantea un reto administrativo sin precedentes, que requeriría más recursos humanos y materiales para garantizar una transición fluida y una asistencia sanitaria equitativa. Para comprender mejor como funcionaría esta transformación, Redacción Médica ha consultado a la Asociación de Administrativos Sanitarios (AAS), que ha dado una visión general sobre cómo gestionar situaciones de este calibre.

En concreto, una de las cuestiones principales que plantea la desaparición de Muface tiene que ver con la incorporación de historiales clínicos de pacientes más bien en edad avanzada, que pueden haber pasado por diversas consultas y no contar con un conjunto de datos unificado y fácil de traspasar al sistema público. Es por esto que expertos en la materia consideran que un cambio de este tipo, ya sea la supresión del modelo mutualista, o similar, obligaría a dotar de nuevas herramientas y recursos a los profesionales de la sanidad pública.


Sanidad estudia la incorporación de funcionarios al SNS


Recientemente, el Ministerio de Sanidad ha publicado un informe que plantea, precisamente, la incorporación paulatina de los mutualistas de Muface al SNS, poniendo sobre la mesa un desafío sin precedentes en la gestión administrativa y sanitaria. La iniciativa, surgida tras la licitación desierta para el concierto 2025-2026 y las crecientes tensiones presupuestarias con las aseguradoras privadas, ha abierto el debate sobre cómo gestionar un sistema de traspaso masivo de pacientes y expedientes al público.

Muface, que actualmente ofrece asistencia sanitaria a cerca de 1,5 millones de funcionarios a través de aseguradoras privadas, se enfrenta a un punto de inflexión. El modelo, descrito por Sanidad como “insostenible, inequitativo e insuficiente”, está en jaque tras la falta de acuerdos para renovar el concierto sanitario, ya que las aseguradoras consideran el presupuesto propuesto por el Gobierno (que ofrecía aumentar la prima un 17,2 por ciento) como insuficiente.

El envejecimiento de los mutualistas y el aumento de tratamientos de alto coste han agravado la situación del posible traspaso. Ante este escenario, el Gobierno baraja una prórroga del concierto durante nueve meses en 2025, al tiempo que trabaja en un plan para la integración progresiva de los mutualistas al sistema público.


Digitalización y continuidad asistencial para el traspaso mutualista


Como se mencionaba, uno de los principales retos del traspaso sería la transferencia de los historiales clínicos de los mutualistas a los sistemas del SNS. Según la AAS, a pesar de que es conocido que los Servicios de Salud disponen en la actualidad de historias clínicas electrónicas, se desconoce cómo están estos antecedentes en el ámbito de Muface.

Eso plantea un escenario en el que los historiales de los mutualistas podrían no estar digitalizados. En ese caso, el SNS tendría que asumir esa tarea, lo que requeriría una inversión en tecnología y recursos humanos especializados. Además, sería esencial garantizar que la continuidad asistencial sea prioritaria, especialmente para pacientes en tratamientos complejos o crónicos, quienes, según el plan ministerial, serán los últimos en ser transferidos al SNS.

En concreto, en esta línea, el informe de sanidad señala que “poner al paciente en el centro a la hora de llevar a cabo la transición puede reducir los posibles errores y favorecer el aprovechamiento de las virtudes del SNS, tales como la presencia de la Atención Primaria”.


Un nuevo recorrido sanitario para los mutualistas


El cambio también implicaría un ajuste en la dinámica asistencial de los mutualistas, acostumbrados a un modelo basado en aseguradoras privadas. Según la AAS, “los usuarios de Muface tendrán que iniciar su 'recorrido sanitario' a través de la Atención Primaria pública, algo a lo que no están acostumbrados”.

Esto precisaría, a su vez, reforzar los recursos de este nivel asistencial, ya saturados en muchas comunidades autónomas, y garantizar una adecuada gestión de citas y derivaciones para evitar el colapso de los servicios.

Además, la incorporación de los mutualistas al SNS no sería posible sin un incremento de recursos, tanto materiales como humanos. “La sanidad pública tendrá que incrementar recursos materiales y humanos para asumir a los usuarios de Muface”, apunta, desde la AAS. “Es verdad que no es fácil en la situación actual, con escasez de algunos profesionales sanitarios, pero no imposible”, explican.


Entrada de los funcionarios en el SNS


El traspaso de los mutualistas representa un desafío logístico de gran magnitud que, según los expertos, requeriría una planificación meticulosa. La creación y aplicación de un “plan de transición y continuidad” sería fundamental para garantizar que los pacientes crónicos y complejos puedan ser atendidos con normalidad desde el primer momento.

En este sentido, Sanidad ya contempla transferir a las comunidades autónomas el presupuesto destinado al concierto de Muface, con carácter finalista, durante los primeros tres años. Este dinero deberá invertirse en reforzar los servicios autonómicos para adaptarlos a la nueva realidad asistencial.

Por último, desde la AAS, respaldan la propuesta del Ministerio de Sanidad, calificando el modelo actual de Muface como “obsoleto”. Asimismo, destacan la importancia de que “quienes gestionan lo público deben ser atendidos en la sanidad pública”.

“Este cambio supondría una nueva situación para los administrativos sanitarios que realizamos nuestras funciones en la sanidad pública y que, sin duda, deberá contar con nuevas herramientas y quizás con la ampliación de más recursos materiales y humanos”, añaden.


Un modelo con lecciones para el futuro


Aunque la situación de Muface es única, los expertos coinciden en que este proceso puede sentar precedentes para gestionar futuras integraciones de pacientes o migraciones de información en el SNS. La digitalización, la colaboración interadministrativa y la inversión en personal serán claves para garantizar el éxito de este ambicioso proyecto.

En definitiva, el reto no solo reside en garantizar la calidad asistencial a los mutualistas, sino también en fortalecer un SNS que deberá adaptarse para absorber a una población significativa sin comprometer su sostenibilidad.
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