Benito Almirante, jefe de Infecciosas del Vall d'Hebron, explica qué consecuencias tiene la pérdida de anticuerpos

Los estudios de seroprevalencia 'no fichan' hasta el 5% de casos Covid
Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron.


9 jul. 2020 9:05H
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POR MARÍA GARCÍA
Que los anticuerpos frente al Covid-19 desaparezcan en los casos más leves puede significar que los estudios de seroprevalencia se estén dejando 'sin fichar' desde un dos hasta un cinco por ciento de los infectados. 

Es lo que cree Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron, al ser preguntado por el estudio publicado en Nature que apunta a que los anticuerpos frente al Covid-19 pueden desaparecer en solo dos meses

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"Seguramente estas cifras que estamos viendo de estudios de seroprevalencia son capaces de detectar más aquellos pacientes que han tenido síntomas que aquellos que han tenido la infección asintomática. Así que esos valores obtenidos, que se indican que entre el cinco y el siete por ciento de la población se ha infectado, probablemente no sean reales", asegura.

"Es muy probable -prosigue- que haya un dos, tres o hasta cinco por ciento más de la población que haya tenido la enfermedad -muy poco sintomática o asintomática- y, al haber tardado tardado dos o tres meses en hacerle la prueba, ha sido negativa por esta razón". 

Pocos participantes


Sin embargo, Almirante es prudente con los resultados del trabajo publicado por el "número pequeño de personas que se han estudiado". "Si bien es cierto que ya se esperaba estos resultados, ya que la respuesta inmune está prácticamente en todas las enfermedades ligada al grado de importancia de los síntomas de la enfermedad", añade. 


"El haber estado expuesto una vez en un periodo corto de tiempo hace que la siguiente vez la mayoría de personas acostumbran a tener una enfermedad más leve"


Por eso considera que es un hallazgo que se correlaciona bien: los enfermos que tienen más síntomas son aquellos que tienen más capacidad de producir respuesta. "Y también es importante la capacidad inmune innata de las personas, algo que cambia con la edad: las más jóvenes tienen más posibilidades de desarrollar respuesta inmune que las que tienen edad más avanzada, con menos capacidad", explica. 

"Por lo tanto, estos resultados son coherentes, pero necesitamos conocer un volumen más importante de pacientes estudiados para realmente confirmar que esto va a pasar así", añade. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) sobre el estudio de seroprevalencia, se vio que la pérdida de anticuerpos detectablesse sitúa en un 14 por ciento en la tercera oleada. Entre la primera y segunda ronda era de un siete por ciento.

Pero "no tener anticuerpos no significa, necesariamente, que esas personas no estén inmunológicamente protegidas", destacaba la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán. Algo que también explica el especialista del Vall d'Hebron: "No quiere decir expresamente que no haya otro tipo de inmunidad que sea capaz de proteger parte de la enfermedad".

Por, relata, puede ser de dos tipos: la inmunidad humoral, que es la que se mide por anticuerpos, y la inmunidad celeluar, que son las células de memoria. Cuando una persona ha estado en contacto con cualquier agente patógeno, desarrolla ambas.

Vaticina una segunda infección "suave"


"Puede llegar a suceder que en el caso del Covid, como pasa en muchas otras enfermedades, los anticuerpos duraran poco tiempo y no fueran capaces de proteger, pero se hubiera generado unas células de memoria que reconocieran el patógeno y se pusieran rápidamente a sintetizar anticuerpos, por lo que se produjera un menor grado de enfermedad. Esto pasa en muchísimas enfermedades, como en la gripe: tenerla muchas veces es beneficioso porque implica que en los próximos años tengas menos posibilidades de padecerla y de que sea grave", indica. 

Como otros especialistas, considera que hay que estudiar las células T de memoria para ver si realmente el hecho de que haya anticuerpos circulantes en sangre se correlaciona con que haya o no otro tipo de defensa.

Y, de haberla, es posible que quien haya contraído el coronavirus pueda volver a repetir la enfermedad, pero de un modo más suave. "Es casi seguro que sucederá así. El haber estado expuesto una vez en un periodo corto de tiempo hace que la vez siguiente la mayoría de las personas acostumbran a tener una enfermedad más leve. O, incluso, puede pasar desapercibida: puedes tenerla ahora y que al año próximo sea asintomática", explica. 

Por eso, en su opinión, es muy importante que mucha gente tenga la enfermedad. "Si fuera una enfermedad poco grave, lo ideal sería que toda la población estuviera expuesta y todo el mundo tuviera la posibilidad de tener infección, pero con esta no puede ser", matiza. 


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