Lucía López-Granados, vocal del Comité de Asesoramiento de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP).
El estado de Florida ha anunciado que dejará de exigir
la vacunación infantil obligatoria. Una decisión que afecta a miles de familias y que también ha despertado preocupación entre expertos en salud pública y Pediatría, quienes advierten sobre las
consecuencias para la comunidad y para los niños más vulnerables. Así, la pediatra Lucía López-Granados, vocal del Comité de Asesoramiento de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), ha explicado a
Redacción Médica cuáles son los riesgos de eliminar la vacunación en este grupo de edad,
como la reaparición de ciertas enfermedades o la exportación de casos a otros países.
Riesgos para la salud pública e impacto en niños
López-Granados es clara: "Eliminar o debilitar los
programas de vacunación sistemática reduce rápidamente las coberturas y
aumenta el riesgo de reaparición y diseminación de enfermedades prevenibles como
sarampión, tosferina, difteria o poliomielitis". Según la pediatra, los brotes de estas enfermedades pueden causar hospitalizaciones y muertes, especialmente en "los no vacunados". Además, señala cómo en el CAV ha observado que las zonas con menor cobertura "sufren más brotes y transmisión sostenida" y cómo la pérdida de la llamada "inmunidad de grupo" deja vulnerables "a lactantes muy pequeños y y personas inmunodeprimidas" que no pueden vacunarse.
Eliminar las vacunas en los niños sanos hace que incremente la "probabilidad de exposición y enfermedad". Para poner un ejemplo, explica que "un niño no vacunado frente a sarampión tiene un riesgo mucho mayor de contraer la enfermedad que uno vacunado". De esta forma,
"muchos episodios que antes eran raros volverían a ser relativamente frecuentes", advierte.
Por otro lado, la pediatra apunta que aquellos niños con patologías como
"inmunodeficiencias, prematuros o recién nacidos dependen de la cobertura comunitaria para estar protegidos". En caso de que la cobertura caiga o disminuya, entonces "su riesgo de enfermar y de tener complicaciones graves, incluyendo
neumonías, hospitalizaciones y secuelas neurológicas, aumenta considerablemente". Motivo por el cual, asegura, desde el CAV-AEP insisten en "proteger a estos grupos mediante altas tasas de vacunación" en la población general.
Más allá de las fronteras
Entre las enfermedades que pueden reaparecer son aquellas para las que ya existe vacuna, pero son de
alta transmisibilidad o tienen un alto potencial de complicaciones. López-Granados menciona el sarampión, "muy contagioso, de alta morbilidad y mortalidad en grupos vulnerables, y que desde el año 2024 se están detectando cada vez más casos en nuestro país".
Otras enfermedades preocupantes serían la tosferina, "grave
en lactantes", la difteria, que "puede ser mortal y de la que
ya se están detectando casos en Europa" o la poliomielitis, que en "caso de que reapareciera, hay riesgo de parálisis). También están las "paperas, rubéola, varicela, y enfermedades prevenibles por vacunas como meningitis por neumococo o meningococo si bajan las coberturas".
"Cuando hay riesgo comunitario (brotes), también puede ser necesario
aplicar medidas de salud pública proporcionales para proteger a la población más vulnerable", continúa López-Granados. Además, los efectos de eliminar la vacunación infantil en un país pueden traspasar las fronteras. "Una caída de coberturas en un país o en un estado con mucho tránsito -turismo, migraciones- favorece la exportación de casos y la aparición de brotes en países tanto vecinos como lejanos", apunta la pediatra, que recomienda "
coordinación transfronteriza y mantener coberturas altas para minimizar el riesgo regional".
Abordaje en familias que rechazan las vacunas
A veces, los pediatras tienen que lidiar con padres que no quieren vacunar a sus hijos. Casos en los que el CAV-AEP promueve
una estrategia basada en la escucha activa para "entender sus dudas sobre seguridad, efectos, creencias" y en dar
información "clara, empática y basada en evidencia". Esto implica "explicar riesgos de la enfermedad, beneficios de la vacuna y el perfil real de seguridad".
En esa estrategia también se resuelven bulos y mitos "con datos concretos y fuentes fiables", así como se comparten recomendaciones personales por parte del pediatra, que son "uno de los factores que más influye en la
aceptación de la vacunación por parte de las familias". Por último, se hace un seguimiento en caso de "dejar abierta la conversación" y se ofrecen citas de vacunación flexibles.
En definitiva, López-Granados afirma que las vacunas son muy importantes porque "previenen enfermedades, reducen complicaciones, hospitalizaciones y secuelas a largo plazo, y protegen a quienes no pueden vacunarse". "
Las inmunizaciones son una medida preventiva y de salud pública con una de las mejores relaciones beneficio/riesgo en Pediatría para proteger a cada niño y a la comunidad", concluye.
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