Reunión entre representantes de Apemyf y el grupo parlamentario Socialista del Congreso de los Diputados.
Las organizaciones sindicales de facultativos continúan su lucha para conseguir un
Estatuto Médico propio. Esta vez, sus reivindicaciones, aparte de llegar al Ministerio de Sanidad, han entrado por la puerta grande del
Congreso de los Diputados. Fue a principios de abril cuando la
Agrupación Profesional por un Estatuto Médico y Facultativo (Apemyf) conquistó
su primer espacio de diálogo con el departamento de Mónica García. Aunque dicha reunión en la sede ministerial sería solo el principio.
Hace pocos días, la organización hacía oficial el comienzo de sus conversaciones con los diferentes grupos parlamentarios de la Cámara baja parlamentaria. Unos encuentros que tienen un objetivo: poner encima de la mesa de las negociaciones la redacción de
un posible Estatuto Médico o, en caso de que no fuera posible, de un capítulo exclusivo para los facultativos en el
Estatuto Marco, que se encuentra en plena actualización. Se trata de un documento dividido en
siete grandes áreas temáticas concretadas después de un trabajo de análisis y elaboración de propuestas. Dentro de ellas, numerosas medidas como el aumento del pago de la exclusividad en la sanidad pública o el establecimiento de las condiciones de los
turnos de 12 horas.
Por ahora, solo cuatro documentos de los siete se han finalizado. El primero, relativo a la
clasificación profesional; el segundo, a las jornadas, guardias y conciliación; el tercero, a la representación en el
Ámbito de Negociación de los facultativos; el sexto, a las incompatibilidades y otras situaciones administrativas.
Nuevo paradigma de guardias médicas
El escrito sindical que profundiza en los horarios de trabajo de los médicos plantea
un nuevo paradigma de guardias. El documento pone en manifiesto la solcitud de que el tiempo de trabajo ordinario sea, con carácter general, de 7 horas en horario diurno y
no pueda exceder en ningún caso las 12 horas, "salvo consentimiento explícito y por escrito del trabajador y siempre que no medie informe desfavorable de la unidad responsable en prevención de riesgo". El articulado sigue de la siguiente manera: "El trabajo en horario vespertino minorará la jornada ordinaria del trabajador por
un factor corrector de 1,25 horas por hora trabajada".
El punto 'estrella' de la propuesta de Apemyf, en este sentido, viene reflejado en la concreción de las
jornadas a turnos. En dicho apartado especifican que dicho periodo laboral no podrá incluir tiempos de trabajo
más breves de 7 horas ni más largos de 12. Eso sí, mediante la programación funcional de los centros se podrían establecer
jornadas de hasta 24 horas, con carácter excepcional y cuando así lo aconsejen razones organizativas o asistenciales con pleno consentimiento por escrito de los profesionales afectados. Estas jornadas en periodo vespertino, según la agrupación, deberán compensar su "penosidad" mediante una minoración de la jornada establecida ordinaria contabilizando 1,25 horas de trabajo y, en el caso de tratarse de jornadas nocturnas, será de 1,5.
Por otro lado, proponen que la realización de las jornadas extraordinarias sea
algo voluntario. En este sentido, serían los servicios de salud los encargados de regular el registro de los voluntarios, los procedimientos de inscripción, consentimiento, renuncia y distribución proporcional de las jornadas extraordinarias. De esta forma, la jornada total diaria (ordinaria más adicional extraordinaria) no podría ser superior con carácter general a 12 horas de trabajo.
Posibles guardias de 24 horas, con muchos 'peros'
Aun así, consideran una posible ampliación de la jornada total a 17 horas de trabajo en los días laborables y a
24 en el caso de fines de semana y festivos, pero con ciertos límites. El texto puesto encima de la mesa por las organizaciones propone que la jornada extraordinaria no exceda las 13 horas semanales o
las 52 horas en cómputo mensual, excepto acuerdo o pacto del facultativo con el centro y siempre que no medie informe desfavorable de la unidad responsable de prevención de riesgos laborales.
En cuanto a los aspectos económicos, determinan que su compensación o retribución específica
no debería ser inferior al 175 por ciento de la jornada ordinaria del trabajador. En su valor también se tendría que fijar, tal y como apuntan, un incremento asociado a la nocturnidad y festividad, no inferior al 20 por ciento ni al 40 por ciento de la hora extraordinaria diurna del trabajador. Como otra alternativa a la extraordinaria, plantean
una jornada motivada o por razón de servicio que no podría exceder de 160 horas anuales. "La retribución de la hora de jornada motivada no podrá ser inferior al 500% de la hora ordinaria del facultativo", anotan.
Este conjunto de tiempos de trabajo radica en un descanso "obligado". El texto de Apemyf apunta a que en las jornadas de 17 o 24 horas desempeñadas en día laborable, el día siguiente sea de
descanso obligatorio y remunerado. Incluso si el tiempo de trabajo es de presencia física, debería dar derecho a un día de descanso adicional, que podría disfrutarse aislada o acumuladamente de preferencia en el mes siguiente a su generación, sin que puedan cancelarse, y podrá adicionarse a los periodos vacacionales", amplían.
Incompatibilidades público-privadas
Apemyf también ha finalizado la redacción de un documento sobre
incompatibilidades y otras situaciones administrativas, cuyas seis propuestas se basan en que "un nuevo Estatuto Marco (o Estatuto Médico)
no sea en ningún caso peor que el precedente" y que "
las propuestas realizadas mejoren la situación actual, y sean lo más transversales e inclusivas posible".
En este sentido, la propuesta número 3 es la que se centra en la medida de
incompatibilidad en los cargos intermedios una segunda actividad o puesto en el sector privado con su nombramiento en el sector sanitario público. Apemyf ha asegurado que esta iniciativa
"genera un empeoramiento flagrante respecto al Estatuto Marco de 2003", ya que se trata de puestos "eminentemente asistenciales" y se incentiva "una
actitud discriminatoria que no tiene una adecuada compensación".
Por todo ello, la agrupación ha propuesto que "para mantener esa incompatibilidad se debería
compensar económicamente de forma significativa para que la incompatibilidad no sea vista como una prohibición, sino como la consecuencia lógica de la percepción de dicho complemento". Si no se tiene en cuenta este planteamiento,
Apemyf ha sostenido que no se implante ninguna incompatibilidad más de las que ya existen.
Situaciones administrativas de los médicos
Asimismo, otro de aspectos en el que pone el foco Apemyf es la de
compatibilizar actividades asistenciales con actividad de formación, docencia e investigación, con el objetivo de que "en el articulado quede claro que
los servicios de salud deben articular medidas que favorezcan la actividad asistencial con
actividades de formación, docencia e investigación".
En tercer lugar, la agrupación ha pedido la
eliminación definitiva, ya que en documentos posteriores se ha ido matizando o se ha hecho desaparecer, de la propuesta de
impedir que un graduado en Medicina con Formación Sanitaria Especializada tenga dedicación exclusiva con el Sistema Nacional de Salud (SNS) durante los
primeros cinco años posteriores a haber adquirido la especialidad.
Por su parte, Apemyf ha reclamado que
se suprima el tiempo mínimo de permanencia tanto en las excedencias por interés particular como en las excedencias por agrupación familiar. En el caso de las
excedencias por cuidado de familiares, la propuesta de la agrupación es que
haya una flexibilidad superior a la que establece el borrador, mediante un acuerdo entre las dos partes (persona trabajadora y dirección) si es posible, así como
utilizar el término 'personas' en lugar de 'mujeres' en la situación de las
excedencias por razón de violencia de género o violencia sexual.
Con vistas a un A+ médico
Otra de las revindicaciones médicas que también está teniendo su protagonismo en las negociaciones de la agrupación es la
clasificación profesional de los facultativos. Según argumentan, "la actual propuesta del Ministerio de Sanidad en este sentido presente un déficit fundamental y no tiene en cuenta la capacitación derivada de las diferentes titulaciones, aparte de
establecer la clasificación únicamente en base a un sistema EQF-MEC".
Por ello, plantean un nuevo modelo en el que se tenga en cuenta "la capacitación y la responsabilidad específicas adquiridas". En un primer lugar, existiría una separación entre personal estatutario sanitario y personal estatutario de gestión y servicios, una distinción igual a la actual. Lo destacable del texto de Apemyf se contempla en su propuesta de Artículo 7, es decir, el relativo a la clasificación del Personal estatutario con titulaciones habilitantes para el desempeño de funciones de gestión y servicios o para el desarrollo de otras profesiones u oficios no contempladas en las titulaciones en
Ciencias de la Salud.
Y es que aspiran a un nuevo paradigma en el que consten
6 subgrupos para el personal sanitario con sus diferentes niveles de destino: A+ (del 28 al 30), A+ (del 26 al 30), A1 (del 24 al 26), A2 (del 20 al 26), B (del 18 al 20) y C1 (del 16 al 18).
Como se puede observar, apoyan la creación de
un nuevo subgrupo A+, en el que se valore
la dirección y evaluación de los procesos asistenciales por encima de la prestación directa de cuidados. Además, se realizaría una distinción dentro de ese subgrupo, ya que los A+ con un complemento de destino de entre 28 y 30 contarían con una Formación Sanitaria Especializada, a diferencia de los localizados con un complemento de destino de entre 26 y 30.
Una vez diseñados todos los documentos,
el siguiente paso es avanzar en las negociaciones parlamentarias. Unos encuentros que no serán fáciles donde sindicatos de todo el panorama nacional, que son los que conforman Apemyf, intentarán conseguir su añorado Estatuto Médico.
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