Vicente Matas, director del centro de investigación Simeg "Vicente Matas"
La medida que permite a los Médicos de Familia y Pediatras de Atención Primaria (AP) acogerse a la
Jubilación Activa Mejorada y compatibilizar su trabajo con el cobro del 75 por ciento de su pensión, es
una ayuda crucial para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, esta opción esconde una "sorpresa desagradable" al hacer la declaración de la renta, según señalan en el último informe de la Fundación Centro de Estudios "
Vicente Matas", adscrito al Sindicato Médico de Granada (Simeg).
El problema reside en tener dos pagadores, el servicio de salud por el trabajo y la Seguridad Social por la pensión, pues ambos aplican
retenciones de IRPF por separado, calculando un porcentaje que resulta ser insuficiente al final del año. Como el IRPF es un impuesto progresivo, al sumar el total de ingresos brutos de las dos fuentes,
el médico se queda enmarcado en un tramo impositivo más alto. La consecuencia directa de esto es que, como señalan en el estudio, tendrá que hacer un gran pago adicional a Hacienda en la siguiente declaración.
Una deuda de más de 9.000 euros
El informe detalla el ejemplo de un médico que se reincorpora a jornada completa mientras
cobra el 75 por ciento de la pensión máxima. Al sumar el sueldo por el trabajo (69.308,70) y el 75 por ciento de la pensión (34.309,80) y,
el total de ingresos brutos asciende a 103.618,50 euros. Durante el año, las retenciones de IRPF que le han aplicado sus dos pagadores suman 25.045,84 euros. Después, al hacer la declaración, Hacienda calcula que la cuota real de IRPF es de 34.038,68 euros. De esta forma, como solo se le había retenido una parte, el médico
debe pagar a Hacienda la diferencia:
una deuda de 9.034,01 euros.
Aun con este pago extra, el médico acaba con 66.658,89 euros netos al año. Esto supone que, en comparación con la opción de prolongar la vida laboral para subir la pensión, sigue ganando 18.871,58 euros netos más al año.
El caso de la media jornada: un pago adicional de 6.400 euros
Para los
médicos que optan por la media jornada, el ajuste fiscal es menor, pero sigue siendo considerable, señalan en el informe. En este caso, teniendo en cuenta un total de ingresos brutos es de 68.964,15 euros. Al hacer la declaración de la renta,
el médico debe abonar 6.415,11 euros a Hacienda para regularizar su situación fiscal. Tras el pago, el médico de media jornada percibe 48.262,96 euros netos al año. El informe destaca que esto le permite cobrar
477,65 euros netos más al año que lo que hubiera cobrado en activo, trabajando solo la mitad del tiempo.
Más allá del golpe de IRPF, esta modalidad tiene otro inconveniente importante:
el tiempo que el médico trabaja como "jubilado activo" no sirve para mejorar su futura pensión. No se genera el derecho al incentivo del 4 por ciento de complemento de demora por cada año completo de prolongación en el servicio activo, lo que sí ocurre al simplemente
demorar la jubilación. Este complemento, en 20 años de supervivencia, supondría 23.052,53 euros netos.
Por ello, el informe sugiere que una mejora crucial para incentivar esta jubilación sería
mantener el complemento del 4 por ciento (o del 2 por ciento para media jornada), teniendo en cuenta la importante contribución fiscal que ya se hace a Hacienda. Desde el Centro de Estudios advierten de que
el plazo para esta jubilación activa mejorada termina el 28 de diciembre. Desde el centro adscrito al Simeg advierten de que la urgencia de su prórroga es máxima, pues de no ampliarse, más de 1.100 médicos de familia y pediatras podrían dejar de trabajar, afectando gravemente a la Atención Primaria.
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