El director del centro de investigación Simeg "Vicente Matas", Vicente Matas.
Cada vez más médicos ven como una opción la
jubilación anticipada voluntaria, pero hace solo unos años no era algo tan común en la profesión. En diciembre de 2019, la encuesta OMC-CESM sobre la Profesión Médica arrojaba luz en este asunto: casi un 40% de los médicos encuestados tenían intención de
jubilarse cuando les correspondiera y casi un 33% alargaría su etapa laboral, datos que contrastaban, entonces, con alrededor de un 14% que querían una jubilación anticipada.
Después de la pandemia por el Covid-19
el paradigma en Sanidad ha cambiado, con unas condiciones laborales que se han deteriorado, como expone el último informe de la Fundación Centro de Estudios "
Vicente Matas", adscrito al Sindicato Médico de Granada (Simeg). “Hace unos años muchos médicos próximos a la jubilación, preguntaban si podían continuar trabajando unos años más y sin embargo ahora son muchos los que preguntan
¿cuándo me puedo jubilar?”, expresa el propio Matas en el texto. Pero algo que los médicos que pretenden adherirse a esta opción tienen que saber es que
pueden perder dinero, en concreto alrededor de 1.342 euros al mes, que aumentarían si la pensión es superior al límite máximo a cobrar.
La jubilación anticipada tiene un doble recorte
El informe muestra que el médico que cotiza al tope máximo sufre ya una pérdida de más de 5.000 euros anuales al jubilarse de forma ordinaria, debido a la aplicación del tope máximo de pensión. Esto puede suponer
más de 100.000 euros de pérdida a lo largo de 20 años de jubilación. Aunque hay una gran pérdida cuando se hace por la vía ordinaria, la situación se agrava más en el caso de la
jubilación anticipada, que implica un doble recorte: la primera reducción se calcula sobre la pensión inicial reconocida, usando un porcentaje que depende de cuántos meses antes se ha accedido a la jubilación y de los años cotizados. Por ejemplo, para un adelanto de 24 meses y con menos de 38 años y 6 meses cotizados, la reducción asciende al 21 por ciento. Hablando en cifras, con una concesión inicial de aproximadamente
3.600 euros brutos mensuales, se quedaría en 2.258 euros netos -1.342 euros menos- contando con la retención de Hacienda, que, según el informe, es de un 20,59 por ciento.
El segundo recorte, vigente a partir de enero de 2025, se aplica si la pensión reducida sigue siendo superior al límite máximo que se puede cobrar, usando porcentajes extra. Actualmente, la pensión máxima a cobrar adelantando dos años la jubilación es de 3.025,80 euros mensuales,
una pérdida de 341,80 euros, un 7,4 por ciento, respecto a la pensión máxima sin adelanto. En el ejemplo de este año, el importe a cobrar sería de 2.844 euros porque esa cantidad no supera el tope máximo de pensión. Pero si se hiciera el
mismo cálculo para el año 2033, el segundo recorte sería mucho mayor, con una
pérdida de 686,19 euros de la pensión máxima. Al final, el importe se quedaría en 2.581,41 euros, según apuntan en el informe.
Requisitos para acceder a la jubilación anticipada
Aunque pedir la jubilación anticipada tenga estos condicionantes a nivel económico, los profesionales de la salud pueden planteárselo como una opción viable por la situación actual de la
Medicina. En ese caso, los requisitos que deben cumplir son tener
una edad inferior en dos años, como máximo, a la edad legal de jubilación, lo que en 2025 es 65 años con 38 años y tres meses cotizados o más, o 66 años y diez meses en caso contrario. Además, se exige un
mínimo de 35 años de cotización efectiva.
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