El coordinador de Gestión Clínica de la SEMI señala que hay que abandonar el modelo de hospital "gerencialista"

"Es imposible hablar de gestión clínica sin medir los resultados"
Jesús Canora.


27 feb. 2020 16:40H
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POR JAIME RECARTE
Los principios de la gestión clínica son los cimientos del 'Hospital del Futuro' que propone la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Fundación Imas. Y estos principos "fundamentales" son el "bienestar del paciente, la autonomía del paciente y la justicia social". Estos tres aspectos, junto con la medición de resultados, son las claves para una gestión clínica de los casos que "aporte valor" a la sanidad, explica Jesús Canora, coordinador del Grupo de Trabajo de Gestión Clínica de la SEMI, que este viernes ha celebrado su II Reunión. 

En opinión de este especialista, solo si se miden y se comparan resultados en salud entre servicios y hospitales se podrá mejorar la asistencia sanitaria. Además, según Canora, es necesario cambiar el modelo "gerencialista" de los hospitales y apostar por el profesionalismo médico para poder atender un nuevo tipo de paciente: crónico, pluripatológico y con necesidades no solo sanitarias, sino también sociales. 

¿Qué aporta la gestión clínica a la mejora de los resultados en salud y a la experiencia del paciente?

Los médicos nos encontramos en una situación muy lejana al concepto de gestión clínica, y pensamos que es una forma de 'fiscalizar' lo que hacemos, sin embargo, una vez dentro del ámbito de la gestión clínica se puede observar todo lo que aportan las nuevas corrientes de gestión, empezando por evaluar los resultados de lo que hacemos y teniendo en cuenta la experiencia de los pacientes, te das cuenta de que es la única manera de hacer las cosas bien.


"Deberíamos 'ambulatorizar' a los pacientes crónicos y sacarlos de los hospitales para atender sus necesidades"


Evidentemente no se puede olvidar que todo tiene un coste y la OCDE estima que el gasto sanitario se va a incrementar y va a superar al crecimiento del PIB en los próximos años en los países desarrollados. Por eso también tenemos que tener en cuenta el aspecto económico. En resumen, la gestión clínica nos acerca a hacer mejor las cosas, utilizando herramientas para poner al paciente en el centro de lo que hacemos, contando con su experiencia y su grado de satisfacción.

¿Se puede hablar de Gestión Clínica si no se mide la calidad o es una parte indispensable de esta disciplina?

Es imposible hablar de gestión clínica sin medir lo que hacemos. Evidentemente, si queremos añadir valor en sanidad, tenemos que medir resultados tanto en salud, como en calidad de vida como en la experiencia del paciente así como los costes que supone. La calidad tiene muchas facetas pero lo que hay que resaltar es la apuesta por tres principios: el bienestar del paciente, la autonomía del paciente y la justicia social. Como decía Donald Berwick, todos los servicios que deben responder realmente a las necesidades de las personas. Y la forma de hacerlo es midiendo. Lamentablemente, el Sistema Nacional de Salud está muy lejos de poder llevar esta tarea a cabo. No disponemos de indicadores de resultados que nos sirvan para poder comparar la actividad entre servicios u hospitales y así tener una información más fiable sobre lo que cuesta lo que hacemos, cómo lo hacemos y cómo podemos mejorar nuestra práctica asistencial. 

¿Qué van a mejorar la implantación de nuevos sistemas de medición de resultados y las nuevas tecnologías en Medicina Interna?

Lo importante es transmitir a los compañeros internistas que conocer la gestión clínica es indispensable para nuestra práctica diaria. Lo malo es que esta cuestión despierta poco interés. Pero la respuesta es muy clara: lo va a mejorar todo. Especialmente si tenemos en cuenta que, en estos años, la implementación de nuevos modelos de gestión de servicios ya ha derivado de las nuevas tecnologías, y que ya hay máquinas que leen una radiografía o que informan una colonoscopia mejor que el propio facultativo. Por eso, si seguimos pensando que la gestión no es buena para los clínicos, estamos lejos de poder hacer cosas que aporten valor a lo que hacemos. La SEMI está trabajando en cuál sería nuestro papel como internistas en el hospital del futuro y cuál es el perfil de los profesionales sobre todo considerando que no tenemos que estar solo nosotros sino que debemos cooperar con otras especialidades, encaminándonos hacia un trabajo más multidisciplinar.

Con el envejecimiento de la población se están desdibujando las barreras entre lo social y lo sanitario. ¿Qué puede aportar el Grupo de Trabajo de Gestión Clínica y la Medicina Interna, en general, en este contexto?


"Hay que abandonar el modelo gerencialista de la atención sanitaria y apostar por el profesionalismo médico"


Hasta ahora siempre ha habido una ventanilla para la sanidad y otra para las cuestiones del ámbito socio-sanitario. Sin embargo, esa frontera cada vez es más difusa. Lo que se aprende 'buceando' en los nuevos modelos de gestión, es que el hospital, tal como está planteado hoy en día, puede atender procesos agudos, pero es muy difícil que sea capaz de atender todos los cuidados que necesitan los pacientes crónicos. Por eso deberíamos 'ambulatorizar' este tipo de pacientes y sacarlos de los hospitales, utilizando otras alternativas como pueden ser los hospitales de día o la atención a domicilio, sin olvidar nunca la importancia de la Atención Primaria, como conexión entre Interna y el resto de especialidades.

En este sentido, ¿qué papel juegan los servicios de telemonitorización y las nuevas tecnologías?

Son el futuro. Pero si todavía no somos capaces de medir lo que hacemos, ¿cómo vamos a ser capaces de llegar hasta ese punto? Hay iniciativas en la medicina privada que ya están utilizando las nuevas tecnologías que ya están disponibles. Sin embargo, en los sistemas públicos de salud estamos bastante alejados de esa realidad. No obstante hay algunas experiencias puntuales, pero por la voluntad de médicos individuales. Eso es algo que debería regularizarse, para que los médicos tengamos un tiempo para llevar a cabo esa actividad y facilitar el contacto directo de los pacientes con las instituciones sanitarias.

¿Qué deben hacer las autoridades sanitarias para facilitar la implantación de este modelo?

Lo que se tiene que cambiar es el modelo gerencialista de la atención sanitaria, y apostar por un modelo basado en los principios de la gestión clínica, y pasar el testigo a los profesionales, entendiendo por profesionales no solo los médicos, sino Enfermería, psicoterapia, trabajadores sociales… Los pacientes crónicos del futuro van a requerir una atención no solo medico-sanitaria sino mucho más amplia. Por eso entendemos que el hospital tiene que ser distinto, y que no puede haber servicios independientes unos de otros. Tenemos que apostar por una gestión por procesos y definir cómo debe ser el tratamiento a pacientes agudos; a pacientes crónicos; y los tratamientos pos-hospitalización. El modelo que tenemos hoy en día no sirve y tenemos que cambiarlo radicalmente.

¿Qué papel juega la gestión clínica en el hospital del futuro?

Es un proyecto que presentó de forma conjunta la SEMI con la Fundación Imas, y aparte de ser una declaración de intenciones, pone de manifiesto lo que ya están haciendo la Sociedad Española de Medicina Interna, la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme) y desde el resto de sociedades científicas.

La sociedad está cambiando, y lo va a hacer aún más en los próximos años por el tipo de pacientes que vamos a tener, va a aumentar mucho la carga de la enfermedad, tanto por el cáncer, como por las enfermedades cardiovasculares, así  como por el envejecimiento de la población y otros factores de riesgo que van a aparecer. Y el hospital se tiene que adeicuar a estas necesidades. Por decirlo de una forma resumida, hay que apostar por el profesionalismo médico y, tal como recomiendan la SEMI e Imas, y hay que basarse en el bienestar del paciente, la autonomía del paciente y la justicia social.
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