Francisco José Sáez Martínez. Como responsable del Grupo de trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
El Ministerio de Sanidad no está dispuesto a abandonar las cifras de récord alcanzadas estos últimos años en la
oferta de plazas MIR. Detrás de este aumento, un propósito: paliar el déficit estructural de profesionales que experimentan ciertas áreas, con
Medicina Familiar y Comunitaria a la cabeza. Aunque agradecidos con esta muestra de compromiso, los profesionales de esta rama creen que
incrementar el número de vacantes es empezar la casa por el tejado. Una solución a medias, dados los problemas de base que presenta la especialidad en cuanto a
valoración y reconocimiento dentro del propio Sistema Nacional de Salud. No solo por parte de la Administración, sino también por parte de los propios pacientes y ciertos segmentos del sindicalismo. e
"Lo que no se puede hacer es aumentar el número de médicos de Familia s
in que tengan una valoración como especialistas como ocurre con otros facultativos a nivel hospitalario", argumenta Francisco José Sáez Martínez. Como responsable del Grupo de trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), señala como problema la
visión que se tiene del médico de Familia, "un poco dejada de la mano de Dios" y desligada del resto de especialidades hospitalarias, si bien, "cuando hay un problema sí que se tira de estos especialistas para que lo solucionen", critica.
¿Falta de apoyo sindical?
Una falta de apoyo que a veces procede incluso de las
propias organizaciones sindicales. "
Encontramos sindicatos que casi apoyan más a los hospitales que a Primaria", sentencia, poniendo como ejemplo la tramitación del nuevo Estatuto Marco, en el que "no se habla para nada de la Medicina de Familia".
Esta desigualdad, en parte, se debe a la falta de reconocimiento que existe, a nivel general en
Europa, donde esta
rama médica ni siquiera está definida como especialidad. Eso sí. No hay un reconocimiento como tal pero sí mejores condiciones de trabajo, que empujan a muchos médicos de Familia a irse fuera de España, lamenta el facultativo.
Dicha migración también es extensible a los
Servicios de Urgencias en territorio nacional, al ser, hasta la llegada de la
especialidad MIR, una de las opciones más valoradas por aquellos que cursaban la especialidad - debido a los
mayores sueldos y al "mayor reconocimiento y visibilidad" que ofrece este nivel- en detrimento de las zonas rurales. "Nadie quiere ir allí porque no se hace una buena continuidad ni se valora", explica.
La percepción de los pacientes contribuye a perpetrar este esquema puesto que
acuden a Urgencias a someterse a una valoración y "luego van al médico de Familia a que les firme o les haga la receta" con la intención de saltarse la anamnesis.
Relevo generacional en peligro
Para Sáez Martínez no es cuestión de dar más dinero, como ha hecho el ministerio al insuflar 26,7 millones a las universidades públicas para financiar 1.783 plazas de Grado en Medicina en el curso 2025-2026,
ni de sacar más plazas MIR, sino de "reconocer lo que es la Atención Primaria, ubicarla y darle la representatividad que realmente tiene", defiende. Si no se atiende esta situación de minusvaloración, "al final lo que sucede es los profesionales buscan otras opciones", advierte el facultativo.
De hecho, "si no se motiva a que los nuevos médicos de Familia quieran serlo" este experto teme que no haya relevo generacional, teniendo en cuenta que
muchos facultativos actuales se van a jubilar y "que se supone que para 2033 el número de profesionales de la especialidad va a ser mucho más bajo".
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