María Rodríguez, médica, junto a su hijo.
Cuando
María Rodríguez estaba estudiando tercero de Medicina, tenía claro que al año siguiente se iría de
intercambio a Madrid y dejaría Granada, la ciudad que la vio crecer. Pero no siempre los planes salen como uno desea, y ese mismo verano le llegó una noticia que cambiaría totalmente su vida tal y como la conocía: estaba
embarazada con 22 años. Con el miedo de no saber si sería capaz, pero con la convicción de querer criar a su hijo, esta actual médica logró, con mucha dificultad, terminar la universidad a curso por año. Ahora, Rodríguez se enfrenta a la
preparación del examen MIR, una nueva etapa que está poniendo a prueba sus conocimientos del sector sanitario mientras 'lucha' porque su formación
no le quite tiempo con su hijo."Ya no soy solo médica, sino también madre. Y me preocupa pensar en las
guardias de 24 horas y no pasar tiempo suficiente con él”, ha subrayado.
Aunque el momento en el que se enteró de que tendría un hijo fue inesperado, Rodríguez ha recalcado a
Redacción Médica que siempre ha sido
muy querido. Pero eso no quita que el primer pensamiento fuese de agobio. "Sabía que podría terminar la carrera porque tenía a mi pareja y a mis padres de apoyo, pero, inevitablemente,
sientes miedo.
El grado de Medicina exige mucho y durante los primeros años la mayor carga en la crianza la tiene la madre", ha afirmado.
El embarazo fue "complicado". Tuvo varias complicaciones, como la aparición de hematomas, y los médicos la recomendaron reposo, pero algunos de sus profesores no ‘levantaban el brazo’ por su delicada situación y no le permitían faltar a sus clases. "
Otros sí que me ayudaron, pero fue duro", ha reconocido.
Compaginar la Medicina con ser madre
Fue en abril de 2023, en mitad de cuarto de Medicina, cuando Rodríguez dio a luz a su hijo. Un momento maravilloso, pero, cuando volvió a su casa y empezó de nuevo a estudiar, la realidad no fue la que ella esperaba. "
Siempre había creído que podía con todo, pero no. Ese año solo puede presentarme a una asignatura. El cuidado del bebé ocupaba todo mi tiempo. No dormía nada y simplemente no podía estudiar la carrera. Eso sí, más adelante, ya en quinto, aprobé las que me quedaron de cuarto y todo quinto entero”, ha aclarado.
De hecho, ahora que ya ha terminado Medicina a curso por año, tiene claro que la preparación del
examen MIR es "más fácil" que la propia universidad, quizá, por las circunstancias a las que se tuvo que enfrentar. "
En el MIR hay más competitividad, pero la facultad es muy exigente. Lo típico que si faltas a una práctica de una asignatura de media hora te la suspenden. En cambio, para hacer la residencia, tú te organizas tus tiempos. Es cierto que estás con las academias, pero
no tienes la misma presión", ha resaltado.
Prepararse el examen MIR siendo madre de 22 años
Lo que sí sigue siendo complicado es compaginar esta preparación con la crianza de su hijo, de tan solo dos años. "
Es difícil a nivel psicológico porque se da cuenta si un sábado estoy estudiando. Pero es cierto que el año más duro, para mí, fue el primero. Me acuerdo que sacaba fotos a los apuntes de Medicina para, cuando le daba el biberón, poder repasarlos”, ha incidido.
Aun así, Rodríguez se toma la preparación al examen MIR como un trabajo. "Soy consciente de que mi situación es diferente. La María de antes tenía la idea estudiar la prueba e
irse a Oviedo a hacer la residencia en una especialidad concreta. Pero ahora es diferente. La verdad que lo estoy llevando con mucha paz. Sé que
me gusta la Medicina y que voy a ser feliz en casi cualquier rama”, ha subrayado.
¿Cómo prepararse el examen MIR siendo madre?
En este sentido, ella antepone su hijo a todo lo demás, y deja claro que ya no solo es médica, sino también madre, y que eso hace que no pueda cumplir todas las exigencias que, actualmente, demanda su etapa formativa. “
Estudio mientras está en la guardería y por la tarde un ratito porque mis padres me ayudan, pero también quiero estar con él y disfrutar”, ha incidido.
Su objetivo a corto plazo es hacer la residencia en Granada, para estar junto a su familia. Aunque tiene seguro que lo logrará, sí que es verdad que tiene una
gran preocupación por las guardias de 24 horas y el tiempo que estas jornadas le quitarán de estar con su hijo. "Lo pasaré fatal porque es muy pequeño. En mitad de la noche se despierta todavía y viene a buscarme. Pero es algo que tengo que pasar sí o sí, e intentaré transmitirle lo que es mi trabajo y que, aunque haya momentos en los que no esté,
que sepa que le quiero", ha concluido.
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