Asignación de plazas MIR.
En los últimos 25 años, el crecimiento de las
plazas MIR ha sido desigual entre las distintas especialidades médicas, con un claro desfase en
Medicina de Familia. Entre 2001 y 2025 se habrán ofertado cerca de 50.000 plazas para esta rama, frente a unas 120.000 destinadas al resto de especialidades. Este desequilibrio, según expertos, es una de las causas que
explican la crisis actual en la Atención Primaria, marcada por la falta de profesionales y la sobrecarga asistencial en los centros de salud.
Actualmente, la ratio nacional es de
una plaza MIR de Medicina de Familia por cada 19.112 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2024). Sin embargo, esta proporción varía notablemente entre comunidades autónomas. Extremadura, por ejemplo, oferta casi el triple de plazas por habitante que Madrid, a pesar de contar con una población mucho menor. Esta brecha territorial ha sido denunciada en diversas ocasiones por especialistas como
Juan Simó, médico de familia y analista independiente, que subraya la falta de una planificación estatal homogénea.
25 años de desajuste en la oferta MIR
Entre 2001 y 2025, el número de plazas ofertadas en el
MIR para otras especialidades se ha triplicado en comparación con Medicina de Familia. Mientras las ramas hospitalarias han crecido de forma constante para adaptarse al avance tecnológico y la demanda asistencial, la
Atención Primaria ha quedado rezagada, pese a ser la puerta de entrada al sistema sanitario.
El dato es contundente: cerca de 120.000 plazas en el resto de especialidades frente a apenas 50.000 en Medicina de Familia durante este periodo. La consecuencia de este desajuste es una
plantilla insuficiente para cubrir las necesidades reales de la población, especialmente en zonas rurales y centros de salud saturados.
Simó señala que “todo depende del papel que se quiera dar al médico de Familia”. Si se le sobrecarga con
tareas burocráticas o se le desvía a urgencias hospitalarias, el sistema necesitará más profesionales para atender la misma demanda. En su opinión, una mejor gestión de recursos y una oferta más equilibrada entre especialidades ayudaría a revertir la actual crisis de
Atención Primaria.
Madrid, a la cola de Medicina de Familia
Madrid, una de las comunidades más ricas y con algunos de los hospitales más prestigiosos del país, figura desde hace años a la cola en la oferta de plazas de Medicina de Familia ajustada por población.
“La oferta de plazas de Medicina de Familia en Madrid es la menor de todas, y lo ha sido durante los últimos 15 años”, advierte Simó en un análisis publicado recientemente. En comparación, Extremadura, con un sistema sanitario más pequeño y menos recursos, ha mantenido históricamente una oferta por encima de la media nacional, lo que eleva su ratio global de plazas MIR.
La situación en la capital contrasta con el resto de especialidades, donde Madrid sí registra cifras altas de oferta en comparación con otras comunidades. “Lo que no se entiende es que haya tanta variabilidad en la oferta MIR de Medicina de Familia, sobre todo en comunidades con muchos centros de salud y capacidad docente”, apunta.
Para el próximo
examen MIR, la Comunidad de Madrid volverá a ofrecer una de las cifras más bajas de plazas de Medicina de Familia en proporción a su población. Esta carencia, según expertos, contribuye a la precariedad de la Atención Primaria en la región y reduce las posibilidades de atraer a nuevos residentes.
Desigualdades territoriales en la oferta
El modelo descentralizado de acreditación de plazas MIR permite que cada comunidad autónoma decida el número de vacantes, lo que genera diferencias llamativas. Comunidades más pequeñas como
Extremadura o Murcia han hecho un esfuerzo superior, con ratios de plazas de Medicina de Familia ajustadas por población por encima de la media nacional. Por el contrario, otras más ricas, como Madrid, Cataluña, País Vasco o Baleares, se sitúan por debajo del promedio.
Este desequilibrio se traduce en un flujo de profesionales que, tras formarse en comunidades con más plazas, terminan ejerciendo en otras con mejores condiciones laborales. De hecho, la falta de oferta no solo limita el número de residentes, sino que también reduce las probabilidades de que estos
permanezcan en la región donde han sido formados.
Medidas para equilibrar la situación
Los expertos coinciden en que el incremento de plazas de Medicina de Familia es una prioridad para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario. Además de aumentar la oferta, plantean r
eforzar la acreditación de tutores y unidades docentes, así como mejorar las condiciones laborales y salariales en Atención Primaria para hacerla más atractiva.
“Las comunidades más ricas deberían liderar el esfuerzo en la formación MIR, pero no siempre es así”, indica Simó. Mientras algunas regiones con menor PIB per cápita, como Extremadura, superan la media nacional en su esfuerzo formativo, otras con más recursos han optado por concentrar su inversión en especialidades hospitalarias, dejando a la Atención Primaria en un segundo plano.
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